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Colombia: 7 años de mala suerte con Estados Unidos

En 7 años de TLC con EE.UU. se perdieron USD 1.865 millones en ventas colombianas a ese país cada año.

Por Mario Alejandro Valencia | 20-5-19

Colombia: 7 años de mala suerte con Estados Unidos

Los atroces resultados sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que han intentado ocultar y maquillar, corresponden a un pésimo negocio advertido desde el inicio.

La suerte no existe. Cada quién se labra su destino con acciones que traen consecuencias. Los atroces resultados que las cifras del Dane y el Ministerio de Comercio revelan sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que han intentado ocultar y maquillar, corresponden a un pésimo negocio advertido desde el inicio.

Lo deseable para cualquier nación, cualquier sociedad, es tener la oportunidad de establecer un comercio abierto, fluido y de beneficio recíproco. Este ha sido el canal para materializar la riqueza creada por la humanidad. Pero después de 7 años de TLC con EE.UU. se perdieron USD 1.865 millones en ventas colombianas a ese país cada año. ¿La explicación? La alta dependencia colombiana de la exportación de recursos naturales y materias primas, el 64,3 % de todo lo que le vende, cuyo éxito en el comercio depende de los precios que se fijan por condiciones completamente ajenas a nuestro control. En este mismo periodo Colombia no logró vender nada nuevo significativo a EE.UU. De hecho, los mismos datos del gobierno prueban que en 2004 se exportaban 773 partidas arancelarias y para 2018 bajaron a 707.

Frente a este fiasco de la política pública, el gobierno ha respondido que la culpa es de los empresarios, por miedosos y vagos. ¿Cómo es posible que sean tan estúpidos de no aprovechar un mercado de 300 millones de clientes que tienen un ingreso promedio de $15.400.000 por persona al mes? ¡Podríamos venderles muchas cosas! Qué malos negociantes son los empresarios colombianos.

Lo cierto es que Estados Unidos sí compra mucho al mundo, pero (¡qué mala suerte!) lo que compra no lo produce Colombia. El 90 % de sus importaciones corresponden a suministros industriales, bienes de capital, automóviles y bienes de consumo, que Colombia no produce porque la competencia desleal, subsidiada y con dumping, a la que sus gobernantes sometieron durante años a las empresas, las quebró.

El problema del comercio internacional, desde la revolución industrial de Inglaterra hace dos siglos y medio, no es de acceso a mercados sino de oferta exportable. Es decir, el comercio consiste en que los ganadores son aquellos países capaces de hacer productos con innovación y sofisticación. Donald Trump, que sabe esto, ha impuesto medidas de protección a sus empresas, con una especial atención y estímulo a aquellas que están desarrollando tecnología a través de la investigación científica. Por eso prohibió a sus empresas utilizar la de Huawei, que en los últimos años ha invertido más en tecnología que IPhone.

Ninguna nación, a menos que esté dirigida por ineptos, se niega el derecho de proteger a sus empresas, crear infraestructura, facilitar la creación de empleos capacitados y exportar cosas que valgan la pena. Colombia perdió ese derecho con la firma del TLC con Estados Unidos y los otros 13 acuerdos similares que tiene. Sus malos resultados no son cuestión de suerte, sino de decisiones fríamente calculadas para mantenernos en el atraso.


 source: Las 2 Orillas