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E.U. quiere lograr patentes para plantas y semillas en la XIV ronda de negociaciones del TLC

El Tiempo, Colombia

8 de noviembre 2005

E.U. quiere lograr patentes para plantas y semillas, en la XIV ronda de negociaciones del TLC

Esa etapa de la negociación será la próxima semana, pero este martes comienza la cita de la mesa de propiedad intelectual donde se negocia el tema.

Personas muy cercanas al proceso se hacen una pregunta con una inmensa carga de temor: ¿Se comprometerá Colombia a realizar "esfuerzos razonables" para permitir el patentamiento de plantas, tal como lo pide Estados Unidos en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC)?

Lograr que se patenten nuevas variedades de plantas es uno de los objetivos estratégicos de Estados Unidos en estas negociaciones, en las que también participan Ecuador y Perú, y que se ha abierto camino en los tratados firmados con Chile y los países centroamericanos y República Dominicana (Cafta).

Patentar, o ampliar la protección a nuevas variedades vegetales que ya existe en Colombia y en la Comunidad Andina (CAN), implica aumentar los costos de producción del sector agropecuario, que tendría que pagar más regalías por el uso de semillas mejoradas, advierten conocedores del tema como la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).

Inclusive, de aceptarse la propuesta estadounidense, a los campesinos se les prohibiría utilizar (sembrar) semilla de una cosecha con semillas mejoradas, salvo que estén dispuestos a pagar por dicho uso.

Igualmente, no se podrían realizar investigaciones sobre las nuevas variedades sin el consentimiento del titular de la planta protegida a no ser que se paguen regalías por ello.

Hasta ahora, el sector agropecuario colombiano no ha conseguido nada en las negociaciones con Estados Unidos, tal como lo han reiterado sus dirigentes gremiales (al estancamiento de la mesa agrícola se le suma el fracaso la semana pasada de la mesa de medidas sanitarias y fitosanitarias) y aceptado el mismo Gobierno.

Pero aun si Colombia consigue instrumentos para defender productos sensibles como arroz, maíz, algodón de las ayudas que reciben los agricultores estadounidenses, amplios plazos para la eliminación de aranceles y acceso real al mercado de Estados Unidos, el aumento de la protección a las nuevas variedades vegetales sería un golpe mortal a la ya maltrecha competitividad agropecuaria, advierten en círculos cercanos a las negociaciones.

Colombia hace parte de la versión de 1978 de la Convención Internacional para la Protección de Nuevas Variedades de Plantas (Upov 78), que reconoce y garantiza los derechos de quienes obtienen nuevas variedades vegetales (flores, algodón, sorgo, soya, arroz), quienes reciben unas regalías por su uso.

Lo que dicen las normas

Las normas colombianas y andinas prohíben el patentamiento de plantas y no contemplan protecciones adicionales a la mencionada.

Por esto, los agricultores pueden utilizar semillas obtenidas de la siembra de la variedad mejorada y los investigadores trabajar sobre estas sin tener que pagar por ello.

Esto cambiaría radicalmente si Colombia se adhiere a la versión Upov 91, como lo propone Estados Unidos, que contempla patentes y otras protecciones, y se compromete a hacer "esfuerzos razonables" para concretar los cambios en las normas que desemboquen en el cumplimiento de lo acordado en el TLC, cuya última ronda de negociaciones se prevé que sea la que comienza el próximo lunes en Washington.

El ministro de Comercio, Jorge Humberto Botero, ha dicho "hasta el cansancio", según sus propias palabras, que Colombia no patentará seres vivos, pero miembros del equipo negociador se están inclinando para que el país haga esos "esfuerzos razonables" que pide la delegación estadounidense para las nuevas variedades vegetales.

Aprietan a agroquímicos

Estados Unidos también ha pedido que se aumente de cinco a 10 años la protección a los datos de prueba de los agroquímicos (información sobre la seguridad y eficacia de estos insumos para el agro).

Si ello queda plasmado en el TLC, como lo sugiere el estado de las discusiones en la mesa de propiedad intelectual, nuevos agroquímicos genéricos tardarían 10 años para entrar al mercado. Como en el caso de los medicamentos, una menor competencia puede elevar sus precios y, por lo tanto, los costos de producción del campo.

A ello se sumaría el incremento hasta del 15 por ciento, según estimaciones de la SAC, en los costos de producción.

El Tiempo.com 08/11/05


 source: El Tiempo