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El `brexit´ y el TTIP en un mundo de elefantes

El brexit´ y el TTIP en un mundo de elefantes}} Por Ekaitz Cancela Rodríguez, 22-6-16   “No hemos eliminado con éxito las fronteras en Gran Bretaña solo para verlas volver a imponerse a un nivel europeo, con un superestado ejerciendo un nuevo dominio desde Bruselas”. Implacable, la dama de hierro, más conocida como Margaret Thatcher, pronunció esta frase en 1988. De aquellos polvos, estos lodos. Casi cuarenta años después, un debate se ha colado en todas las portadas de la prensa internacional: elbrexit´ o la posible salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Los análisis se han concentrado en la migración y las consecuencias que tendría este hecho para la bolsa, las economías comunitarias y un sinfín de argumentos. Pero el debate público nacional ha obviado mencionar un aspecto clave: su relación directa con la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), un arma geopolítica para la supervivencia futura de Occidente.

No hace siquiera un mes, David Cameron se sublevócontra el TTIP en Downing Street y se unió a una especie de coalición parlamentaria liderada por los laboristas que pedía excluir el servicio nacional de salud pública (NHS, por sus siglas en inglés) de la mesa de negociaciones. Uno de los miembros del Parlamento que redactó el informe, Paula Sherriff, no tardo ni un instante en retratarlo como una “retirada humillante”. El giro de Cameron, que tuvo como fin que el tema no influyera en el debate sobre el brexit, consiguió lo contrario: avivar a los tories más euroescépticos -que son casi la mitad de los miembros del partido en la Cámara de los Comunes- y despertar las dudas sobre un aspecto que debería estar enterrado: la NHS ya está excluida del TTIP. Al que fuera Secretario de Asuntos Exteriores, David Owen (1977-1979), pareció darle igual. “El brexit es necesario para proteger la NHS del TTIP,” expresó en una conversación que recogióThe Guardian.

Muchas voces han sido las que han entrado al trapo sobre este tema. “Reino Unido podría ser un lugar mejor si se aprueba el TTIP”, llegó a decir el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Fue solo el último de una serie de figuras de izquierda en posicionarse. El canciller en la sombra John McDonnell siguió las palabras del exjefe del Banco Mundial y añadió que ve en el tratado “los peores elementos de un proyecto europeo neoliberal basado en la austeridad, la desregulación y al servicio de los intereses del capital transnacional”.

Lo cierto es que los hechos son otros. Dado su linaje, es poco probable que un Reino Unido fuera de la Unión Europea pudiera evitar el TTIP. En su mayoría, el Gobierno conservador actual ha sido uno de los defensores más firmes de un tratado ambicioso. No fue otro que David Cameron quien saliera a la palestra en junio de 2013 para apoyarlo junto con Angela Merkel, Barack Obama y José Manuel Durão Barroso. Como le dijo el exministro de Finanzas griego, Yanis Varaoufakis, al escritor Owen Jones en una entrevista: “de producirse el brexit, un tratado como el TTIP llegaría de forma más rápida aún”.

Europa pierde peso

Sea como fuere, incluso si en las elecciones generales de 2020 llegara al poder un Gobierno laborista con ninguna intención de negociar un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, habría otro factor a considerar: el impacto de las regulaciones europeas permanecerían. Como señala Gabriel Siles-Brügge, autor del libro La verdad sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión, “si Gran Bretaña llegara a salir de la UE, cualquiera de las disposiciones necesarias para que se mantuvieran diferentes niveles de acceso al mercado serían propensos a requerir la aceptación de las regulaciones de la UE -tales como las normas relacionadas con el consumo o la seguridad del medio ambiente- sin tener algo que decir en su elaboración”. En este escenario, salir de la UE no protegería a Reino Unido de los posibles impactos negativos del TTIP. Como escribía el articulista George Mombiot, “la Unión Europea es una mala opción, pero lo es más la alterativa de irse”.

En caso de que se produjera el brexit, lo que sí podría ocurrir sería que Reino Unido perdiera su papel de moderador en las negociaciones comerciales, como lo ha sido hasta ahora. Ocurre que los tratados de libre comercio están dando forma a una estrategia geopolítica de Estados Unidos para frenar el auge de China. El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (más conocido como TPP), que acaba de cerrar Barack Obama con 12 países en la honda de Beijing, alerta de un fenómeno evidente: el pivote central de los planes norteamericanos se está desplazando hasta el Pacífico. Europa pierde peso.

Atrás quedaron los tiempos en los que el expresidente Ronald Reagan y Margaret Thatcher avivaron juntos sus políticas en Occidente. La capacidad de influir de la Unión Europea en un futuro mundo multipolar es cada vez menor y una hipotética salida de Reino Unido no solo les debilitaría a ellos, sino a nosotros. Lo avisaba el que fuera Director General de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy (2005-2013), en un debate: “El comercio se libra en un mundo de elefantes”. Toda negociación que no se realice bajo grandes coaliciones, decía, perdería toda oportunidad para marcar la agenda global.


 source: Bez