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Instituto Tecnológico dice no al TLC

CONSIDERANDO QUE:

El Artículo 2, inciso c del Estatuto Orgánico del Instituto Tecnológico de Costa Rica establece que la acción integrada de la docencia, la investigación y la extensión del Instituto, está orien-tada al cumplimiento de los siguientes fines:

c. “Contribuir al mejoramiento de la calidad de vida del pueblo costarricense mediante la proyección de sus actividades a la atención y solución de los problemas prioritarios del país, a fin de edificar una sociedad más justa”

El Artículo 3, inciso b del Estatuto Orgánico del Instituto Tecnológico de Costa Rica establece como uno de los principios para el cumplimiento de los fines institucionales:

b. “La vinculación permanente con la realidad costarricense, como medio de orientar sus políticas y acciones a las necesidades del país.”

Es necesario hacer un análisis profundo del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos de América, no solo por su complejidad, sino también porque este tratado, a diferencia de otros suscritos por el país, ha generado diferencias de criterio y división en la sociedad costarricense por la forma en que se visualizan sus implicaciones jurídicas, económicas, sociales y políticas sobre el modelo de desarrollo y la visión de país que hemos venido construyendo.

El Consejo Institucional en las sesiones Nos. 2359 de mayo del 2004, 2374 de agosto del 2004 y 2441 de noviembre del 2005, se pronunció respecto a la necesidad de abrir espacios de diálogo en relación con la aprobación de este Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos de América, en atención a los evidentes riesgos y amenazas a la calidad de vida de amplios sectores sociales de nuestro país, a la biodiversidad, a las instituciones públicas, a la seguridad alimentaria, a la pequeña y mediana empresa. Estos riesgos y amenazas han quedado evidenciados, al menos parcialmente, en el “Informe final de carácter general no vinculante al Presidente de la República sobre el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos de América” (Informe de los Notables).

A lo interno del Instituto, la Rectoría solicitó a las diferentes instancias que lo constituyen, abocarse al análisis del Informe de los Notables, como un recurso para fomentar el ejercicio democrático y la libertad de expresión, dentro de un marco de respeto a la diversidad de criterios y opiniones de los miembros de su comunidad, a efecto de dilucidar los impactos que tendría la eventual aprobación del TLC sobre los sectores productivos y sociales nacionales, y asumir una posición institucional en relación a este Tratado.

Algunos señalamientos derivados de los análisis hechos por las diferentes instancias en el ITCR son los siguientes:

A partir de los años cuarenta del siglo pasado, Costa Rica siguió un modelo de desarrollo solidario, incluyente, que puso atención a la distribución del ingreso, el bienestar y las oportunidades. Esto permitió que, en el concierto de las naciones latinoamericanas, alcanzara indicadores de país desarrollado en áreas como educación, salud, agua potable, electricidad, telefonía.

Desde principios de los años ochenta, bajo la presión de organismos financieros internacionales y con el apoyo de nuestros gobernantes, el país ha seguido un modelo de “desarrollo” caracterizado por el incentivo a las exportaciones y su diversificación, la liberalización del comercio, la atracción de inversión directa extranjera, la disminución de aranceles, que además ha implicado el subsidio a los exportadores (CAT’s), períodos de gracia y/o eliminación de impuestos a la industria exportadora y al turismo. Este modelo, de características neoliberales, ha permitido la evolución positiva de algunos indicadores macroeconómicos.
Sin embargo, este modelo también ha traído consecuencias adversas como el aumento de la pobreza, de la desigualdad y la exclusión de amplios sectores de la población. Ante este panorama los Notables en su Informe se preguntan: “Costa Rica es el primer país exportador per cápita en América Latina y el cuarto en el mundo ¿Cómo es posible que con esos datos no se haya logrado disminuir la pobreza? ¿Qué se debe hacer? El problema parece no estar en el TLC, pues el país lleva muchos años exportando, lleva muchos años disfrutando de los beneficios de la Cuenca del Caribe y no se ha logrado disminuirla sustancialmente.”

¿Qué tiene que ver el TLC con todo esto? Los Notables lo dicen con toda claridad: “Las distintas posiciones convergen en concebir el Tratado como la consolidación del modelo de apertura, atracción de inversiones, liberalización y diversificación de la producción, iniciado hace más de veinte años”.

De lo anterior se deduce que obviamente no debemos seguir transitando por el mismo camino y menos aún escribir en piedra las reglas que garantizan el enriquecimiento de unos pocos y sumir en la miseria a las mayorías. Esto para quienes aspiran a una sociedad inclusiva, digna, justa y solidaria representa una traición a las mejores tradiciones nacionales.

El TLC no fue negociado por un órgano de amplia representación y en una discusión abierta sobre el modelo de país que queremos. Fue negociado por un reducido número de personas nombrados por el entonces Señor Presidente de la República, sobre las que no hubo ningún control político y manejaron con absoluta “reserva” los términos de la negociación, incluso para la misma Asamblea Legislativa, poder de la República al que los negociadores comprometieron taxativamente a aprobar leyes y convenios internacionales que incluso habían sido rechazados en el pasado. Sirvan como ejemplo las declaraciones del expresidente Rodrigo Carazo, quien certifica que le llevó años conseguir el texto del tratado y sólo lo obtuvo hasta que ya estaba firmado. Es inadmisible que un asunto tan trascendental fuera manejado por un grupo sin representatividad, en secreto y sin dar cuentas a nadie.

El Acta de Implementación mediante la que el Congreso estadounidense aprobó el TLC “establece que las leyes ordinarias federales y estatales, prevalecerán sobre el Acuerdo”, en cambio, en Costa Rica el Tratado prevalece sobre las leyes nacionales y la Asamblea Legislativa únicamente puede ratificarlo o rechazarlo. La asimetría es evidente. Para Estados Unidos si hay conflicto entre el TLC y sus leyes, prevalecen sus leyes. Para Costa Rica si hay conflicto entre el TLC y sus leyes, prevalece el TLC.

Quienes defienden el TLC argumentan que, en caso de controversias, Estados Unidos tendrá que someterse a la Convención de Viena. No obstante, lo cierto es que Estados Unidos no ha ratificado aún esa convención.

Estados Unidos ha venido impulsando el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Esta iniciativa ha encontrado importantes obstáculos por el desacuerdo de los países del MERCOSUR respecto de los subsidios a la producción en Estados Unidos, mismos que este país pretende excluir de la negociación. Además, los países del sur proponen “no incluir los capítulos sobre inversiones, propiedad intelectual y servicios y que el ALCA se base fundamentalmente en una negociación sobre mercancías. Frente al desacuerdo, Estados Unidos planteó que seguiría con su estrategia de negociación bilateral de tratados de libre comercio en los países que estuvieran dispuestos.” (IN)

El gobierno de Costa Rica abandonó las ventajas y seguridad de una negociación multilateral para ingresar en una negociación bilateral consecuente con la estrategia de Estados Unidos. Ante ello los Notables apuntan: “En vista de la relación asimétrica entre las Partes de la que partió la negociación, era de esperar que se dieran resultados favorables a la estrategia de la Parte más fuerte y que fueran incluso más allá de las disposiciones en negociación o ya negociadas en los espacios multilaterales.” con consecuencias muy desfavorables para Costa Rica.

El TLC implica modificaciones sustanciales en la protección unilateral de la inversión directa extranjera; ampliación de garantías y beneficios en protección de propiedad intelectual a favor de empresas transnacionales con el consecuente detrimento de la producción nacional; renuncia a la resolución de conflictos con empresas dentro del sistema jurídico nacional y aceptación de que se diriman en tribunales externos.

Con el TLC algunos derechos fundamentales en el perfil de sociedad, que este país ha construido bajo los principios de justicia social, solidaridad, subsidiaridad y universalidad, se convierten en mercancías y por tanto en bienes y servicios que estarán al alcance de quien los pueda pagar. Entre ellos pueden mencionarse: educación, salud, agua potable, electricidad, telecomunicaciones, seguros.

El TLC es un texto jurídico muy complejo que se presta a la interpretación. Deja muchas dudas en temas sustanciales como el laboral, ambiental, educación, agua, lista negativa, expropiación indirecta. Esto trae consigo el grave riesgo de que para dirimir diferencias podríamos tener que recurrir a tribunales arbitrales externos. En contraste, algunos temas que interesan a los negociadores estadounidenses, como inversión directa extranjera y propiedad intelectual sí se definen minuciosamente y se obliga a Costa Rica a suscribir convenios internacionales - como el Convenio UPOV (Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales) que hasta la fecha nuestro país se había negado a ratificar por considerarlo perjudicial para nuestros intereses-.

El TLC es una renuncia clara a la seguridad alimentaria, entendida esta como producir al menos una parte de los alimentos básicos que comemos. Significa una amenaza para miles de productores agropecuarios que tendrán que competir, en el mediano o largo plazo, con productores que disponen de tecnologías avanzadas y enormes subsidios. Significa igualmente una amenaza para artesanos y pequeños industriales cuyos productos se podrán importar de Estados Unidos. Al respecto es importante hacer referencia a la experiencia mexicana, país donde se produjo un aumento sustancial en la maquila y la exportación pero también en el desempleo, la pobreza y la emigración.

El TLC ha puesto en la agenda la necesidad de definir el proyecto de país que queremos. La sociedad próspera, democrática, solidaria, inclusiva que la mayoría anhela. Con TLC o sin él, esa agenda debe ser discutida amplia y democráticamente; no es el proyecto político de un partido ni el proyecto de endeudamiento presentado por el anterior gobierno como “agenda complementaria”. Los Notables concluyen su informe señalando que es necesario que “se busque un acuerdo político nacional que lleve al país en una vía diferente a la seguida hasta ahora y conduzca a decisiones fundamentales para alcanzar las metas de desarrollo humano que todos anhelamos”. En este contexto, sería muy iluso y hasta perverso, aprobar primero el TLC y luego discutir sobre el proyecto de país. La secuencia de aprobación debe ser exactamente a la inversa: primero debe aprobarse ese proyecto de país, pacto social o agenda complementaria y luego el TLC. En este caso el orden de los factores afecta sustancialmente el producto.

Es claro que el TLC es un asunto de mucha importancia por sus consecuencias en el tipo de sociedad que se perfilará por décadas. Se esperaría en consecuencia un debate profundo y democrático de todos sus alcances y sendas alternativas. Sin embargo, el anterior y el actual gobierno, así como los responsables de la negociación, se han limitado a la propaganda vacía y sin espacios suficientes para discusiones de fondo. Esta carencia e insuficiencia de discusión amplia y profunda también se ve reflejada en la actuación de quienes conducen la actual Comisión Legislativa que analiza el Proyecto. La mayoría de los Medios de Difusión Masiva y los sectores que defienden a ultranza la aprobación del tratado, se han limitado a desacreditar a los que lo cuestionan, particularmente a las organizaciones sociales que han convertido el tema en un asunto de importancia nacional. Esta práctica lesiona las más elementales bases de la democracia.

ACUERDA:

Manifestar a la Asamblea Legislativa de Costa Rica nuestra firme oposición a la ratificación del actual Proyecto del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos de América, por contener evidentes asimetrías que ponen a nuestro país en clara desventaja frente a su contraparte (Estados Unidos de América).

Reiterar nuestra preocupación ante las gestiones gubernamentales y legislativas orientadas a ratificar el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos de América, sin que nuestro país cuente con una agenda de desarrollo nacional que minimice los riesgos e impactos negativos de este tratado a los sectores más empobrecidos y que nos garantice que el mismo se aplicará y entenderá dentro de una visión compartida del país que queremos, dentro de un modelo de desarrollo conforme con nuestra cultura y con las mejores tradiciones de democracia y justicia social que nos han caracterizado en el concierto de las naciones.

Hacer un respetuoso llamado, especialmente al Poder Ejecutivo y al Legislativo, para que impulsen el diálogo con todos los sectores institucionales, sociales y productivos, para el proceso de construcción de una Agenda Nacional que enmarque la estrategia de desarrollo de corto, mediano y largo plazo, que, como país, consideramos más conveniente y conforme con nuestros más excelsos valores y aspiraciones nacionales.

Exhortar a toda la comunidad institucional y nacional para que participen de manera crítica y creativa en el diálogo nacional, sereno y profundo para la construcción de la Agenda Nacional, que permita el establecimiento de dicha estrategia de desarrollo. Asimismo, a que se manifiesten por todas las vías de participación ciudadana, en oposición a la aprobación del TLC.

Avalar en todos sus alcances el documento “Análisis de diversos aspectos del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos, a la luz del Informe de la Comisión de Notables, de la posición de Escuelas y Departamentos del Instituto Tecnológico de Costa Rica” y remitirlo a la Asamblea Legislativa junto con el presente acuerdo.

Poner a disposición de la Asamblea Legislativa el Recurso Humano Institucional para que colabore con la apertura de espacios de diálogo nacional en relación con los temas que entraña el TLC en particular y la construcción de una Agenda Nacional, en general.

Publicar el documento citado en el inciso e. y el presente acuerdo.

Comunicar. ACUERDO FIRME.

Freddy Pacheco, Ph.D.
Universidad Nacional
Heredia. Costa Rica
Tel. (506)2773332


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