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García Linera propondrá en Washington un acuerdo comercial distinto a un TLC

El intercambio económico debe servir para reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de las personas, superando las profundas asimetrías entre ambas naciones, es el espíritu de la propuesta que será explicada en persona por el Vicepresidente Alvaro García Linera, quien viajó ayer a Washington.

En un documento denominado “Lineamientos para un Acuerdo de Comercio Justo y Cooperación Productiva entre Bolivia y Estados Unidos” que se hizo público esta mañana, el gobierno boliviano expone algunos principios sobre los cuales se negociaría un acuerdo de comercio y cooperación con Norteamérica, que es muy diferente a un tradicional tratado de libre comercio (TLC).

En criterio de las autoridades nacionales, uno de los principios fundamentales de la negociación es el respeto a la soberanía de las partes, lo que implica el reconocimiento de que la democracia se da cuando ciudadanos libres asumen las decisiones que son más favorables para ellos, sus familias y sus países. El aseguramiento de un medioambiente saludable para el futuro, el desarrollo social para la paz y la seguridad entre naciones, y la preservación de las libertades universales son la base de toda democracia genuina, enfatizan las autoridades.

El segundo principio propuesto por Bolivia a Estados Unidos es articular y complementar reglas de comercio con mecanismos de cooperación productiva, una acción fundamental para contrarrestar “en cierta medida” la gran asimetría que existe entre Bolivia y Estados Unidos. El PIB de EE.UU. es 1.200 veces más grande que el de Bolivia.

En tercer lugar, Bolivia propone crear un mecanismo de financiamiento de créditos concesionales y/o no reembolsables para fortalecer la plataforma productiva y los sistemas de mercado que permitan a los productores bolivianos beneficiarse efectivamente del acceso al mercado de Estados Unidos.

¿Qué busca Bolivia con un Acuerdo de Asociación con EE.UU.?

El Vicepresidente García inicia este lunes una gira por Washington para exponer las políticas antidroga y las aspiraciones comerciales bolivianas. García se reunirá hoy con Thomas Shannon y Nicolas Burns del Departamento de Estado, con James Kunder de Usaid y con Dan Fisk y David McCormick del Consejo Nacional de Seguridad. Para el martes están previstos encuentros con Ever Einsenta del USTR y con miembros del BID, y la presentación de las políticas antidroga al Carnegie Endowment for International Peace. Además, el Segundo mandatario sostendrá reuniones con miembros del Congreso como Xavier Becerra, Mark Kira, Henry Hyde y Bill Thomas. El miércoles se reunirá con Ann Patterson y Josette Shiner del Departamento de Estado y con John Walters de la ONDCP, entre otras citas.

Por siglos, Bolivia ha sido un exportador neto de materias primas (plata, goma, estaño, gas) sin haber logrado beneficios reales para su población. Por ello, García planteará que el Acuerdo de Comercio Justo y Cooperación Productiva (ACJCP) busque la diversificación e industrialización de los recursos naturales y las exportaciones con valor agregado, requisito indispensable para lograr el crecimiento económico y la reducción efectiva de la pobreza, como lo demuestra la historia de los países en desarrollo que tuvieron éxito.

Por otro lado, las normas para la promoción y la protección de la inversión extranjera no solo deben garantizar utilidades y la recuperación de las inversiones para los actores privados, sino también preservar el derecho propietario del Estado boliviano sobre sus recursos naturales y garantizar que las ganancias se reinviertan en el desarrollo del aparato productivo nacional y en la provisión de servicios esenciales como educación y salud, la base del desarrollo y del bienestar general.

Un futuro acuerdo con Estados Unidos debe también promover una agricultura ecológica e indígena que, aunque no sea competitiva a nivel internacional, sea valorada y apoyada por su aporte a la preservación del medio ambiente, la alimentación saludable y la diversidad cultural. En su gira por Washington, García Linera explicará que Bolivia es un país con una mayoría indígena que práctica una agricultura comunitaria y familiar que no puede ser sometida a reglas de libre competencia.

Un acuerdo de comercio justo con Estados Unidos -agrega el documento del gobierno- debe respetar y contribuir al proceso de construcción de capacidades regulatorias en actividades económicas, sociales, culturales y medioambientales, tomando en cuenta que Bolivia está en proceso de recuperar la capacidad reguladora del Estado entre las esferas públicas, privadas y sociales.

La administración de Morales plantea diseñar reglas de comercio basadas en un trato especial y diferenciado que tome en consideración la realidad económica de Bolivia para compensar las profundas asimetrías. Estas normas deberían incluir: 1. una cobertura y un calendario mas flexible y más favorable para Bolivia; 2. la continuación de aperturas comerciales no-recíprocas que han contribuido al comercio entre Bolivia y EEUU, y 3. la flexibilidad para Bolivia en relación a varias normas en los temas de inversiones, servicios, propiedad intelectual y compras estatales que son decisivas para la reducción de la pobreza.

Los temas sensibles de la negociación

De la misma manera en que Estados Unidos insiste en que hay asuntos que no pueden ser negociados bilateralmente, o que requieren de un tratamiento especial (como los subsidios agrícolas y la seguridad nacional, por ejemplo), Bolivia reivindica su derecho soberano a no negociar derechos ligados a patentes que minan la facultad del Estado y que obstaculizan el acceso a medicamentos genéricos y tratamientos médicos a precios asequibles. En este caso, el gobierno boliviano defiende, como mínimo, la preservación de las flexibilidades contenidas en el Acuerdo sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y la Declaración de Doha sobre Salud Pública. Las autoridades nacionales rechazan la patentabilidad a plantas, animales y materia viva, y la protección de los conocimientos tradicionales y la biodiversidad de Bolivia del robo, la expropiación o la monopolización. El gobierno busca proteger los bienes y servicios culturales en el marco de la “Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales” de la UNESCO (Octubre 2005).

Además, en sus lineamientos de un acuerdo con Estados Unidos, el gobierno boliviano propone ampliar los mecanismos que fortalecen los mercados nacionales y la capacidad productiva nacional, como el Compro Boliviano y asegurar el acceso universal a los servicios esenciales suministrados por el sector público.

La administración de Evo Morales está de acuerdo con promover inversión extranjera, pero que asegure transparencia y transferencia de tecnología apropiada, utilización de insumos y materias primas locales, contratación de mano de obra nacional y respeto por las políticas nacionales medioambientales y laborales. En caso de controversias entre el Estado y los inversionistas, éstas se resuelven en el marco de la jurisdicción establecida por la Constitución Boliviana y las leyes nacionales, tal y como fue acordado en el TLC EEUU-Australia, acuerdo que limita la aplicación de los mecanismos inversionista-Estado.
Según el gobierno, la negociación de un acuerdo con Estados Unidos requiere plazos “suficientemente flexibles y amplios” en vista de que Estados Unidos está en puertas de un proceso electoral y que Bolivia reformula su sistema político en una Asamblea Constituyente. “Un Acuerdo de esta naturaleza no puede alcanzarse a través de la adhesión a los TLCs firmados por países vecinos. Ambos países debemos ser lo suficientemente abiertos y creativos para encontrar un formato de acuerdo y un proceso de negociación que satisfaga las realidades y necesidades de ambas partes”, indica el documento oficial.


 source: Movimiento Boliviano por la Soberanía y la Integración solidaria de los pueblos: Contra el TLC y el ALCA