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Costa Rica, TLC y la Economía Social

Esta solidaridad la hemos visto reflejada en instituciones como la Caja Costarricense del Seguro Social, donde el principio solidario ha prevalecido por años: cada quien paga de acuerdo a sus ingresos una cuota y/o porcentaje establecido, use el seguro o no. El Instituto Costarricense de Electricidad ha navegado sobre los mismos principios al distribuir las utilidades obtenidas en la gran Area Metropolitana, en satisfacer las necesidades de electricidad y teléfono en zonas alejadas en donde por su densidad poblacional y distancia hacen que la prestación de estos servicios genere pérdidas importantes.

Un porcentaje muy alto de costarricenses tuvimos la suerte de nacer en hospitales de la Caja que nos dio el servicio gracias a la solidaridad de nuestro sistema de salud. Trasplantes de órganos, operaciones de la vista, dolencias cardiacas, entre otras son las cientos de enfermedades que se tratan en los hospitales de la Caja gracias a nuestros aportes al sistema de salud, sin discriminación alguna, sin egoísmo.

No he podido apartar de mi cabeza una noticia que salió en los periódicos hace un par de años más o menos en donde daban informaban de un atropello al frente del Hospital Cima y que la persona atropellada murió llegando al Hospital San Juan de Dios? Qué triste realidad...

Por otro lado las cooperativas costarricenses, que se basan en los mismos principios de economía social, han contribuido al desarrollo del país mediante la unión de personas y no de capitales, empeñadas en satisfacer sus necesidades y proyectos mediante la solidaridad entre sus asociados. Estas cooperativas están siendo bombardeadas con nuevas normativas salidas de Basilea I y II, que lo que pretenden es destruir el sistema de economía social que ha caracterizado a nuestro país por años.

Este sistema solidario costó mucha sangre, y no desde la creación de los Beneficios Sociales, sino desde muchos años atrás con las luchas que se desarrollaron en nuestro país por la procura de nuestra libertad y soberanía. Logros que constaron la vida a Juan Rafael Mora, José María Cañas, Juan Santamaría así como el derrocamiento de presidentes y las calumnias en que fueron expuestos gobernantes de turno que lucharon contra los grupos de poder...

Nuestra generación recibió un país libre y soberano, en donde privan los factores sociales y humanos sobre los económicos. Un país que escogió un camino de paz sustentado por el diálogo, un país humano donde la solidaridad estaba sobre todo y ante todo. No lo perdamos. Nuestra obligación es traspasar esos beneficios a nuestros hijos.

Hoy, en la antesala de la discusión y votación del Tratado de Libre Comercio (TLC) insto a los señores y señoras diputados a estudiar a fondo el tratado, sin prisas, sin presiones políticas que pretenden candelarizar una discusión para lograr la complacencia de un grupo que está empeñado, contra viento y marea, a tenerlo listo en una fecha determinada sin profundizar las consecuencias que tendría este tratado en nuestra población.

Veamos las experiencias de países como México, que después de más de 10 años de la firma de NAFTA, en donde uno de sus enunciados era que proveería a ese país de miles de empleo, lo que ha logrado es la construcción de un muro a lo largo de su frontera con Estados Unidos, para impedir que miles de mexicanos crucen hacia los Estados Unidos en busca de trabajo.

Revisemos que ha pasado con los reclamos de Canadá por el trato que le ha dado los Estados Unidos en relación a la exportación de madera blanda hacia ese país. Veamos las respuestas de los Estados Unidos hacia esas demandas y hacia lo dispuesto por los tribunales especiales establecidos en el NAFTA.

Costarricenses: Si vamos al matadero, vamos -al menos- sabiendo donde nos estamos metiendo. Que no nos engañen con falsas promesas, ni comamos cuentos. Somos un país con alma y corazón, tenemos todo el derecho de exigir un estudio profundo así como toda la información necesaria para tener el criterio suficiente para elegir.

No nos pongan a correr de manera sospechosa para aprobar un tratado comercial que incluye no sólo comercio, sino que comprometemos nuestra soberanía territorial y alimenticia.

Costa Rica lo merece, nuestros hijos lo agradecerán...


 source: Argenpress