Maíz amarillo, apertura comercial y TLC
Mario E. Fernández
Pensamiento Solidario-Costa Rica
Consultor Independiente
Noviembre 2006
En primer lugar, cuando nuestro "genio de la Economía", Eduardo Lizano, impulsa la transformación necesaria para conducirnos supuestamente al desarrollo y que nos ha llevado al abismo neoliberal, se plantea la apertura en granos, y específicamente en maíz, bajo el argumento de que era más barato importar que producir, y que los únicos afectados podían ser unos pobres campesinos ineficientes, que más bien era saludable para la economía que desaparecieran. Esto puede sonar a caricatura, pero cuando Lizano estuvo al frente del Banco Central, se dejó decir que era preferible dar un crédito grande a una gran empresa que 100 créditos a pequeños productores, porque estas últimos eran ineficientes, no pagaban y la administración del crédito era muy cara.
Es importante tomar en cuenta que Costa Rica ha tenido una larga trayectoria de deficiencias en la producción de maíz, y especialmente de maíz amarillo. En los tiempos en que se tuvo mayor nivel de autoabastecimiento, fue en maíz blanco.
Por cuestiones culturales, el maíz amarillo se usa poco en Costa Rica, y en general en Centroamérica, para la alimentación humana, y se dedica principalmente como materia prima para la preparación de concentrados, especialmente para pollo, ganadería de leche y cerdos. Así es como se ha venido importando, como materia prima para esos productos, y lógicamente, a estos productores les interesa que sea barato, para bajar costos. Por eso ante la apertura comercial estos productores se mueven en dos aguas: por un lado, les interesa que Estados Unidos exporte maíz amarillo a precio bajo, y si es con dumping mejor, pero en lo que se refiere a las importaciones de carne, leche, cerdo y pollo, buscan limitaciones a las importaciones. La situación ideal sería apertura en maíz, y cierre de mercado a las importaciones de esos otros productos.
El único intento serio que ha habido en el país para sustituir al maíz amarillo en la cadena productiva de carne, leche, cerdo y pollo, fue la producción de sorgo. El sorgo es capaz de sustituir al maíz amarillo en los concentrados, y por ello se dio una expansión, especialmente en Guanacaste, de ese cultivo, en la década de 1970 hasta principios de los ochenta, pero al final la producción fue barrida por las importaciones de maíz amarillo. Curiosamente, las importaciones de maíz amarillo no desplazaron a la producción interna de maíz, sino al sorgo.
Al contrario sí ocurrió con la expansión de las importaciones del maíz blanco, y con el tiro de gracia para los agricultores que fue la salida del CNP de la compra de granos y la regulación de los precios.
La perspectiva actual en el mercado internacional es a que la tendencia se encamina a dedicar cada vez más maíz a la producción de etanol, con el objetivo de obtener "biocombustibles". Si esto se profundiza, es posible que se genere una escasez relativa de maíz en el mercado internacional, y ante ello el dumping de Estados Unidos no tendría sentido ya que estarían usando los excedentes para el etanol. Esto lógicamente llevaría a una elevación de los precios, tanto del maíz amarillo como del blanco.
Incluso es posible que se genere una baja de la producción de carne bovina, leche y aves, ante la escasez de materia prima barata en Estados Unidos, pero esto sería a mediano plazo. En la actualidad lo que se da es que en Estados Unidos se transforma gran parte de la producción de maíz en ganado bovino, cerdos, pollos, pavos, y así se exporta.
A nivel interno, una subida del precio del maíz amarillo inmediatamente tendría un efecto encadenado a los costos de producción de la leche, los cerdos y los pollos (acá no utilizamos concentrados masivamente para engordar ganado para carne). Esto deterioraría la famosa "competitividad" aún más frente a las importaciones, y en el corto plazo uno podría imaginarse un panorama en el que todavía Estados Unidos se esté desprendiendo de los excedentes a precios de dumping de leche, pollo, cerdo y vacas de desecho, mientras los productores nacionales estarían ya afectados por la elevación de los costos.
A como está la situación actual yo veo el panorama así.
1. Aumento de los precios del maíz amarillo
2. Aumento de los costos de producción en cerdo, leche y pollo en Costa Rica
3. Entrada al país de esos últimos productos a precios de dumping (eventualmente con TLC o sin TLC, lógicamente con TLC la entrada de productos bajo dumping es casi inevitable)
4. Ruina acelerada de los productores, la cual sería más acelerada con el TLC.
La salida sería prepararnos para esta eventualidad, ya sea mediante retomar la producción de maíz amarillo o mediante la producción de sorgo para sustituirlo en los concentrados. La única ventaja existente es que el maíz es un cultivo de ciclo corto, por lo que es factible tener altos niveles de producción en un corto plazo, pero sería necesario actuar ya.
Lamentablemente, ello supone la existencia de estadistas que defiendan al país en el gobierno, pero precisamente tenemos lo contrario.
