Colombia: “Los TLC promueven una educación subdesarrollada”

posted 16-March-2012

Colombia: “Los TLC promueven una educación subdesarrollada”

Por Andrés Felipe Mejía Álvarez

Para hablar sobre la relación entre los Tratados de Libre Comercio y las oportunidades del sistema educativo nacional, se entrevistó el senador de la República, Jorge Enrique Robledo Castillo con el magisterio y varios estudiantes de la universidad del Quindío.

En su visita dialogó con La Crónica del Quindío para abordar este tema y otros como la realidad cafetera y la minería, temas centrales de la discusión en el ente territorial.

Viene usted a hablar sobre una dimensión generalmente ignorada en el tema de los TLC y es su relación con la educación del país.
El libre comercio es un conjunto de concepciones de asuntos de la vida del país y por supuesto tiene que ver con la producción y la educación. En la medida que los TLC definan que el proyecto país no es el de uno desarrollado e importante, termina empujando a que la educación tampoco lo sea, y como el país del libre comercio es subdesarrollado, atrasado y pobre, la educación que promueve es igual.

El problema es que el aparato productivo que se promueve se limita a ser exportador de materias primas con muy poca o baja transformación, no hablamos de una industria petroquímica o del procesamiento del oro o níquel, sino como ‘commodities’. Esto nos llevará a una educación de segunda categoría, no va a haber un desarrollo de la electrónica, todo nos llega hecho y no habrá necesidad de escuelas de ingeniería electrónica; y si se importa parte de la dieta básica, las facultades de agronomía de pronto no volverán a hablar de trigo, sorgo o maíz porque no lo hay.

¿Pero entonces qué piensa usted de iniciativas como el programa de Transformación Productiva, que busca consolidar los sectores con oportunidades de abrirse mercado en estos países?
Escoger los sectores es una idea que en el ámbito práctico resulta sensata, lo que pasa es que en Colombia las actividades elegidas no son capaces de dinamizar nada porque Colombia no es competitivo en nada que de verdad valga la pena.
El libre comercio no empezará ahora, comenzó en 1990, llevamos 22 años en eso y hoy el 80% de las exportaciones nacionales son de materia prima. Cuando echan ese cuento de los sectores de ‘clase mundial’ me suena a ‘paja’.

¿Y la iniciativa de financiar por medio de Colciencias los estudios doctorales en disciplinas relacionadas con la oferta exportable?
En principio es bueno que hayan más doctores pero si el aparato productivo no se desarrolla estos terminarán emigrando o como subempleados en campos que no son de sus áreas de conocimiento. Sin un avance enorme del conocimiento no hay nada, pero sin otras cosas el conocimiento sólo deja desempleados, eso sí, muy bien educados.

Ya hay TLC firmados que dudo que puedan reversarse, ¿qué hacer en este sentido?
Algún día lo tenemos que reversar o modificarlos profundamente, no me extrañaría que con el tiempo Colombia termine solicitando modificaciones muy profundas de los acuerdos porque el tiempo demostrará que en un ambiente de TLC Colombia no resolverá sus problemas. Los hechos que ya nos han dado la razón en dos décadas, llegará el momento que si entran en vigencia tocará modificarlos.

¿Y los TLC no facilitarían a que llegue inversión extranjera?
Yo no me opongo a que llegue inversión extranjera a Colombia, pero la sola idea de que nos desarrollarán desde el extranjero es muy exótica, es como si yo teniendo una finca espero a que el vecino me la desarrolle. Ellos tienen sus propios intereses y en estos no está Colombia.
Inclusive las cifras registran que sale del país por utilidades y remesas de inversión extranjera es la misma cifra que lo que entra. Desde 2002 hasta acá la cifra se acercó a los 106 mil millones de dólares y corremos el riesgo de que este año sea mayor el egreso que el ingreso. Inicialmente es muy bueno porque es el momento de la inversión, pero en la medida que se estabiliza llega la hora de sacar.
Si usted mira la balanza de la cuenta corriente es deficitaria como en cuatro puntos, Colombia está gastando más de lo que gana. En la información aparece un montón de plata entrando de remesas que no es producción interna, también los dineros del narcotráfico; o sea que el déficit es muchísimo más grande de lo que registran las cifras oficiales.

Usted es un gran conocedor del tema cafetero. ¿Cómo ve la situación actual de la caficultura?
Hace como 20 días nos invitaron a mí y a Aurelio Suárez Montoya un grupo de caficultores del Eje Cafetero y Valle del Cauca; yo ya venía preocupado porque la cosa venía complicada, porque este ya no es el Eje Cafetero, hay otros departamentos que nos pasaron y no porque estén produciendo mucho sino porque en estos la producción se ha hundido.
Hay otra cifra inverosímil: la cosecha la están calculando en 7,2 millones de sacos para final del año cafetero, pero Colombia alcanzó a producir 17 millones de sacos, y eso es reflejo de una crisis muy grave.

Como si fuera poco al presidente Santos y la alta dirigencia cafetera se les ocurre aumentar los impuestos a los cafeteros por medio de la contribución cafetera, que hoy está a seis centavos de dólar por libra y la quieren pasar a doce o catorce. Hay toda una reacción en el mundo cafetero, el gobierno dice que esto está muy complicado y dicen que hay que hacer un ajuste, y los cafeteros le responden que mantienen ajustados todo el día, que ya es hora se ajuste la dirigencia cafetera, que la Federación Nacional de Cafeteros debe recortar sus gastos.

En cuanto a la minería, otro tema que ha tratado en sus encuentros, ¿cuál es su posición?
Yo pienso que puede haber minería pero en algunos casos hay que decir no porque el impacto ambiental de la minería es muy grave. Los horrores del sector están muy bien documentados y en ese sentido he visto con mucho interés que en el Quindío se haya logrado un tipo de acuerdo para declarar al departamento libre de la gran minería. Me gusta que gente de sectores muy diversos entiende que el Quindío es como una ‘tacita de té’ que hay que cuidarla.

Celebro eso y hay que estar vigilante, los quindianos tienen toda mi solidaridad para impedir que los proyectos mineros le vayan a hacer daño a este departamento y si hay que luchar hay que luchar como lo hicieron los santandereanos con Santurbán: hay que notificar a las trasnacionales que no estamos en La Colonia, que acá no pueden llegar los extranjeros como llegaron los españoles con cuatro espejitos y un arcabuz a ‘ponerse esto de ruana’; el gobierno nacional tiene que ser respetuoso de la realidad regional, el presidente de la República no puede pasar por encima de lo que quiere la gente, si lo que se quiere es un desarrollo agrario, agropecuario, turístico, ambiental.

La minería y los hidrocarburos son las actividades que más ingresos le dejan a una región y el Quindío es una de la de menores ingresos per cápita del país y menor participación en el PIB nacional. ¿Es mejor dejar pasar esta oportunidad?
Una minería a cielo abierto en un departamento tan pequeño no me lo imagino. En Zaragoza, Antioquia están sacando oro hace como 100 años y tienen los peores indicadores de desarrollo de todo Antioquia. Es proverbial que en el Chocó hayan sacado todo el oro y el platino del mundo y en esos pueblos hay la miseria más espantosa; en el Cesar y La Guajira tienen esos huecos descomunales que parecen un paisaje como el de la luna; los impactos ambientales, laborales y de salud de las minas se pueden demostrar de mil maneras y las supuestas ganancias no aparecen.

Menos con esta nueva ley de Regalías porque a los departamentos de producción minera les redujeron la participación en proporciones inmensas, y súmele a eso que las regalías son bajas, los impuestos son bajos, es un negocio muy mal planteado, casi que montado a las patadas, las supuestas bienaventuranzas del negocio son para las compañías que no pagan impuestos, ni regalías, se ganan todo, hacen lo que se les da la gana, se compran a los políticos locales, se vuelven como unos sátrapas, quitan y ponen alcaldes.

¿Las ‘locomotoras’ funcionan?
Yo creo que no, cuando uno mira el presupuesto de las ‘locomotoras’ descubre que es el mismo del gobierno anterior. La pregunta es qué acto de magia hacen para que lo que el 6 de agosto no era nada, luego de esta fecha se convierta en una ‘locomotora’. Son unos carros de balineras, sumados a la minería, que es más una aplanadora.

Lo que pasa es que este gobierno es muy retórico, es un especialista en crear frases, en inflar las cifras, Santos dice que es el presidente de los campesinos, es paja. Una vez oí a Vargas Lleras y dijo ‘el mundo mira a Colombia para aprender del presidente Santos’, nadie mira para acá, todo lo que dice Santos es ‘primera vez’, ‘es un acto histórico’, ‘nunca antes visto’, ‘el mundo palidece ante nosotros’.

source : Crónica del Quindio

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