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Colombia: El TLC como causa de nuestro problemas agrarios

Colombia: El TLC como causa de nuestro problemas agrarios

Por Roberto Jose Mangonez Serrano, 26-5-14

Las recientes protestas agrarias han tenido una diferencia con respecto a las presentadas en el año 2013, los gremios campesinos se muestran más dispersos, no parece haber un pliego de peticiones consensuado y particularmente durante las presentes manifestaciones ha tomado mayor trascendencia la culpabilidad que tienen los acuerdos de libre comercio sobre la actual situación agraria y económica del país. Frecuentemente se me acercan personas a cuestionarme: ¿Cómo es posible que el TLC con EEUU sea el causante de esta crisis?, ¿Cómo podremos prosperar si no nos relacionamos económicamente con los demás países?, ¿Los campesinos quieren que Colombia se aísle económicamente del mundo? A continuación intentare responder los anteriores cuestionamientos. Primero ningún país puede sostenerse a largo plazo sin mantener relaciones de intercambio económico con otros. Particularmente países en vías de desarrollo como Colombia están obligados a mantener dichas relaciones con países que nos proveen de productos que el país no fabrica. Observe usted su computador, su celular, los zapatos que usa, el vehículo en el que se transporta, etc., todos o casi todos estos bienes fueron fabricados en otros países y llegaron a sus manos a través de las relaciones de intercambio económico que Colombia mantiene con esos estados.

Hacia los años 70 y 80 Colombia era en gran medida autosuficiente en la generación de sus alimentos, el agro nacional era capaz de solventar la demanda nacional de productos como el trigo, la cebada, arroz, cereales, maíz, papa, leche, carne de res, entre otros. Ante la posibilidad de que productores de alimentos extranjeros pudieran introducir sus productos y por ende quitarles el mercado a los productores nacionales, el gobierno impuso aranceles o impuestos a la importación a alimentos extranjeros. Dichos impuestos representaban un costo adicional al importador, que era cargado al precio de venta, lo que hacía económicamente inviable el ingreso de alimentos extranjeros al país. A muchas personas les parecerá extraño pero para esos años Colombia era uno de los países más sostenibles de la región, incluso con un desarrollo económico elevado con respecto a los demás estados del vecindario.

Las políticas de libre comercio –implementadas por el gobierno desde el año 90 y reforzado con la firma del TLC-, se soportan bajo la tesis de establecer una igualdad aduanera y económica entre Colombia y EEUU es decir no habrán restricciones, ni barreras arancelarias entre los dos países. Los productos norteamericanos y colombianos podrán circular entre ambos países sin el pago de aranceles. Le pregunto a usted señor lector, ¿Puede haber igualdad entre países altamente desiguales? ¿Son las economías Colombiana y Estadounidenses iguales? no puede plantearse una hipotética relación de igualdad cuando son de lejos palpables las profundas diferencias entre estos dos países. Se plantea que Colombia y EEUU van a competir por el mercado conjunto de ambos países, ¿puede el agro colombiano competir con el agro gringo? La respuesta es no, por lo que presumiblemente se puede esperar que con este TLC los productores de alimentos extranjeros se tomen el mercado nacional, dejando a los campesinos de Boyacá, Nariño y Huila viendo un chispero, lo que generaría cierre de empresas y a la larga aumento del desempleo, he ahí las razón de las protestas.

El agro colombiano está enormemente rezagado frente al agro norteamericano en aspectos como calidad de semillas, maquinaria, infraestructura vial, costos de agroquímicos, asistencia técnica, las tasas de interés para préstamos son menores allá que aquí, seguridad, etc. Evidentemente poner a Colombia a competir con EEUU es como poner a un niño de 5 años contra un peso pesado del boxeo, no hay ni la más mínima posibilidad de competencia, por lo tanto es claro que no todos los acuerdos económicos propenden a un desarrollo de los países incluidos. Si Colombia quiere profundizar sus relaciones económicas con otros países, bien podría optar por acuerdos similares al libre comercio con estados vecinos que están casi en las mismas condiciones de desarrollo, de esa manera podría haber un desarrollo progresivo de la región –obsérvese el caso de la Unión Europea-, porque es claro que el libre comercio plantea una relación económica tipo mula y jinete, donde es claro quién es la mula y quien es el jinete.

Ya en este momento se pueden evidenciar los impactos del libre comercio en diferentes sectores de la economía, en la actualidad Colombia importa la totalidad del trigo, cebada y cereales que se consumen, sorpréndase sabiendo que importamos la mitad del café que consumimos –si alguien hubiera premeditado esto hace 20 años hubiese sido tildado de loco-, además importamos grandes cantidades de productos como leche, carne de res, carne de pollo, arroz, granos, tomates, lechugas, pepino, hortalizas frescas y congeladas, avena, maíz, sorgo, entre muchos otros productos. También es cierto que el contrabando genera el ingreso de grandes cantidades de alimentos que desplazan también a la producción nacional, si bien es difícil de fiscalizar, se ha evidenciado una pasividad e incapacidad del estado para controlar este delito.

Hace un año se publico un estudio sobre el impacto del TLC entre EEUU y México –suscrito hace poco mas de 10 años- los resultados son escalofriantes: el 72% de las empresas mexicanas se declararon insolventes o en bancarrota, aduciendo la agresiva competencia norteamericana, además acuerdos de libre comercio como EEUU-Chile y EEUU-Perú –suscritos hace relativamente poco tiempo- empiezan a evidenciar resultados similares. Señor lector cuestiónese lo siguiente: Si es el libre comercio el camino hacia el desarrollo económico ¿porque no hay un TLC entre EEUU y la unión europea? ¿Por qué no hay un TLC entre China y EEUU? Estos gobiernos son conscientes de los inconvenientes que generan este tipo de acuerdos a las estructuras económicas internas, por ello ni siquiera contemplan posibilidades de implementarlos. Mientras la sociedad Colombiana ignore las causas de las protestas agrarias y la influencia de las políticas de libre comercio sobre las mismas, nos seguiremos aproximando a un estado en el cual dependamos totalmente de la producción extranjera para satisfacer nuestras necesidades alimentarias, situación que sería nefasta para el país y pondría en juego nuestra estabilidad.


 source: Las 2 Orillas