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Comercio, Política y Diplomacia

Por Andrés Espinosa Fenwarth

La edad de oro del libre comercio observada desde la creación de la Organización Mundial de Comercio en abril de 1994 se tradujo en 421 acuerdos comerciales negociados por las naciones desarrolladas y en desarrollo. Durante 13 años, las negociaciones comerciales fueron totalmente ajenas a los temas políticos relacionados con los derechos humanos, o a las consideraciones no comerciales como los derechos de los trabajadores, el papel de los sindicatos y el cambio climático. Desde el 2007, estos elementos hacen parte invariable del proceso negociador de los acuerdos comerciales, y especialmente de su tránsito legislativo, hecho significativo que hace necesario repensar la estrategia negociadora.

El cambio en el panorama de las negociaciones internacionales es tangible. La reunión de Pathways for Prosperity, grupo proclive al libre comercio reunido en San Salvador a finales de mayo, compuesto por Estados Unidos y Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana, concentró sus deliberaciones en los temas de desarrollo social y cooperación técnica.

En Washington, el ambiente para los acuerdos comerciales tampoco es favorable. De acuerdo con el senador republicano Judd Gregg, el calendario legislativo está saturado, de suerte que "cualquier movimiento a favor de la política comercial minaría el apoyo en temas claves como la reforma del sistema de salud pública y el cambio climático".

En cuanto a los TLC de Colombia, Panamá y Corea del Sur, el entorno político sigue excesivamente cargado. El proceso orientado a desempantanar el TLC con Colombia se ha concentrado en la definición de los equipos de trabajo, pero no ha avanzado hasta ahora en la sustancia, incluidos los términos de referencia que podrían medir objetivamente la disminución registrada en la violencia contra los sindicalistas colombianos.

El TLC con Panamá, que pasó al frente por encima del TLC de Colombia, está también enredado. De acuerdo con la respetada publicación de Washington Inside Trade, la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (Ustr) recibió la instrucción de frenar la consideración del TLC con Panamá en el Congreso norteamericano hasta que se apruebe la reforma al sistema de salud pública prevista para el otoño. Además, Panamá tiene aún pendiente la solución a los incumplimientos laborales en la Organización Internacional del Trabajo y la negociación del Tratado de Intercambio de Información Fiscal, que mantiene a este país en la lista gris de la Ocde de paraísos fiscales, sujeto a posibles sanciones económicas.

El TLC con Corea está todavía más lejos, pues el Gobierno coreano mantiene las restricciones impuestas desde el 2003 (cuando apareció la enfermedad de ’las vacas locas’ en Estados Unidos), aplicadas a la carne de bovino de animales mayores de 20 meses, y las exiguas cuotas asignadas a las exportaciones de vehículos norteamericanos.

Las dificultades evidenciadas en la segunda lectura del TLC con Canadá en el Parlamento canadiense a finales de mayo relacionadas con los derechos humanos, ratifican que las negociaciones comerciales son actualmente un asunto de alta política y fina diplomacia. Ante lo cual es imprescindible que las Cancillerías nacionales se involucren de manera directa y temprana en todo el proceso negociador, incluso desde sus inicios.

Fuente: Portafolio


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