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Costa Rica: TLC y el pronóstico del tiempo

Flora Fernández (TRIBUNA DEMOCRATICA), 14/05/2007

Es impresionante que habiendo dedicado tanta energía, mejor dicho, desperdiciado tanta energía en este TLC, el año anterior el país alcanzara el mayor crecimiento económico de Centroamérica, aumentara la inversión extranjera directa y que el turismo siguiera llegando a un país de ensueño, aunque su infraestructura sea un desastre y la distribución del ingreso catastrófica. Además, hay que reconocer que esos logros no eran del gobierno que iniciaba, sino del impulso de la Administración Pacheco que ha sido tan criticada.

No menos sorprendente, es el hecho que casi ninguna ley relevante se haya aprobado, porque en dos períodos legislativos la Asamblea ha estado distraída, o mejor dicho, concentrada en el análisis y estudio de la Ley o Tratado más voluminoso y enredado de la historia del país.

Desde las protestas del Combo en el 2000, ningún evento logró congregar tanta gente como las marchas contra el TLC. Lo más curioso fue ver a los empresarios que criticaban la vagabundería de las marchas, gastando millones en organizar una que fue un fiasco, sin llegar a reconocer que ’la otra parte’ tiene lo suyo: organizar multitudinarios eventos movilizados únicamente por la mística y el compromiso de los participantes.

El asunto del TLC, ha sumido al país en una polarización tan peligrosa, que la muy pacífica Costa Rica podría llegar a un nivel de confrontación sin precedentes en cuestión de horas por el nivel de intolerancia en que se vive. Ni el inculto vaquero tejano, inquilino a punto de abandonar la Casa Blanca, ni su oficioso representante de la Embajada, que más parece otro funcionario público de nuestro gobierno por sus constantes injerencias, podrían intervenir o enviar fuerzas para ’restablecer la democracia’, como las que enviaron a Irak, porque no están en condiciones de abrir otro frente de batalla ultramar, que, además, los Demócratas impedirían sobre todo tras el veto que recientemente les impuso Bush.

El ’frauderéndum’ como llama mi hijo menor a la consulta sobre el TLC, perdió la fuerza que tenía como auténtica expresión de una iniciativa del poder ciudadano, al prostituirla los políticos que metieron mano y trastornaron la esencia y pureza del referéndum.

Y aquí viene lo más importante y trascendente de los últimos días: al acoger la Sala Constitucional una acción interpuesta por la Defensoría de los Habitantes, no sólo abrió una esperanza para que los y las ciudadanas vuelvan a confiar en el estado social de derecho, tan venido a menos tras múltiples violaciones, sino que además, hoy la Sala IV tiene la oportunidad de comenzar a recuperar el prestigio y el decoro, aceptando con la misma seriedad con la que varios distinguidos juristas plantearon los roces constitucionales que tiene el TLC. Ellos ponen en evidencia y demuestran que el Tratado fue negociado por novatos que dieron tanta importancia a lo económico, que llegaron al extremo de ignorar hasta la Constitución de la República.

Desechado el TLC, no será necesario un costoso referéndum que incluso pretendían elevarlo ’a nivel de constituyente’. El ministro Alfredo Volio, podrá regresar tranquilamente a su ministerio a seguir impulsando la producción, mejor dicho, a comenzar a preocuparse por la misma. No tendrán que dilapidar los 3 millones de dólares en publicidad engañosa y el país volverá a la calma.

Si la oligarquía lo permite, el Presidente podrá abrir un diálogo nacional sobre el modelo de país que deseamos los costarricenses y con ello haría lo que un verdadero Premio Nóbel de la Paz debe hacer.

Si don Oscar Arias insiste en el TLC y la agenda paralela; en torcer brazos como confesó lo haría para la elección del directorio el pasado Primero de Mayo, (fecha en la que olvidó hacer una sola mención a una de las más importantes celebraciones nacionales: ¡los 150 años de la rendición de William Walker!) Entonces el pronóstico del tiempo para don Oscar, será tormentoso y oscuro, el mar se pondrá terriblemente picado y turbulento. Ningún capitán en su sano juicio se atrevería a navegar en tales condiciones porque con seguridad sucumbiría en un trágico naufragio.


 source: Argenpress