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¿Desintegración latinoamericana?

Por Andrés Espinosa Fenwarth

La negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Colombia y Perú con Estados Unidos se convirtió, de manera insospechada y no planeada, en el agente catalizador del cambio estructural más profundo del proyecto de integración subregional de los últimos años. La transformación comenzó con el retiro de Venezuela de la Comunidad
Andina, el 20 de abril del 2006, y culminó con el ingreso de esta nación andina y caribeña a Mercosur, el 31 de julio pasado.

En el entretanto, Cuba y Venezuela fundaron el Alba (Alianza Bolivariana para América o Tratado de Comercio de los Pueblos), organización internacional de colaboración y complementación política y social, promovida para contrarrestar los TLC negociados por Estados Unidos en América Latina, agrupación a la cual también pertenecen Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Los integrantes del Alba desempolvaron la conocida doctrina de derecho internacional de Carlos Calvo, según la cual las empresas y los ciudadanos extranjeros deben solucionar sus controversias ante las magistraturas internas del Estado territorial donde estén establecidos, en lugar de acudir a las instancias internaciones, como lo disponen, por lo general, los TLC.

Durante estos años, Mercosur, la segunda unión aduanera del planeta, se alejó paulatinamente de sus objetivos originales de creación de un mercado común, integración y liberación comercial plasmados en el Tratado de Asunción de 1994, para transformarse en un organismo de carácter político y social. La Comunidad Andina perdió, también, el rumbo trazado sabiamente por el Acuerdo de Cartagena de 1969, por medio del cual se buscaba la integración regional y la cooperación económica y social que culminara con la creación de un mercado común latinoamericano.

Los visionarios sueños de integración regional se convirtieron, así, en instituciones de naturaleza política, diseñadas para contrarrestar, ciega e ideológicamente, la influencia norteamericana. El ingreso de Venezuela a Mercosur puede ser el puntillazo final de este proceso de fragmentación comercial, de naturaleza no convergente. El Protocolo de Adhesión de Venezuela a Mercosur deja sin efecto, a más tardar a comienzos del 2014, el Acuerdo de Complementación Económica No. 59 suscrito con las naciones andinas en noviembre del 2004. A partir de entonces, Venezuela podrá implementar las disposiciones que le permitan consolidar el área de libre comercio con los miembros de Mercosur, incluyendo la adopción del Arancel Externo Común aplicable a terceros países.

La conversión de Venezuela en Estado parte de Mercosur promoverá, gradualmente, la creación de comercio al interior del bloque subregional. Es previsible que se consolide, asimismo, la desviación de comercio iniciada con el retiro de Venezuela de la Comunidad Andina, cuyos flujos comerciales con los países fuera del Alba serán sustituidos, inexorablemente, por el comercio con las naciones de Mercosur.

Fuente: Portafolio


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