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La visita de los parlamentarios estadounidenses a Colombia

LA VISITA DE LOS PARLAMENTARIOS ESTADOUNIDENSES A COLOMBIA

RECALCA, Bogotá, 12-9-07

Nuevamente la administración Bush y Uribe han iniciado una ofensiva propagandística para presionar la aprobación del TLC en EEUU. Tras lo que Bush llamó una marcha en pro del comercio, el Secretario de Comercio de EEUU afirmó que no se podía dar la espalda a América Latina en este momento, cuando justamente la administración Bush hace agua por todos lados y la mayor parte de los gobiernos suramericanos cuestionan sus políticas. Se trata de un esfuerzo más del presidente norteamericano por imponer su agenda legislativa a los demócratas. Como parte de esta campaña doce parlamentarios estadounidenses partidarios del TLC van a pasar un día por Medellín, después de visitar Lima y Panamá.

La comisión está básicamente integrada por republicanos, más unos cuantos demócratas conservadores que se han caracterizado por votar favorablemente todos los tratados de libre comercio que la administración de EEUU ha puesto a consideración de su Congreso. Incluso es notoria la ausencia de Charles Rangel y Sander Levin, quienes encabezan la Comisión de Medios y Arbitrios y la sección de finanzas de la misma, quienes son claves para desatascar el trámite y que no son propiamente adversarios del libre comercio.

El secretario de Comercio Mike Johanns anunció que quiere mostrar a sus congresistas las ventajas que el TLC implica para los empresarios estadounidenses, lo que en efecto hizo afirmando que “Hay un amplio reconocimiento de que la agricultura de EEUU goza de enormes beneficios por los TLC existentes, y los acuerdos pendientes [entre los cuales está el de Colombia] traen la misma promesa a nuestros agricultores”.

Lógicamente los congresistas que vienen no son los que tienen sospechas de Uribe en relación con el escándalo de la parapolítica que ha conmocionado tanto a Colombia como al extranjero ni desconfianza sobre el “libre comercio”, sino quienes siguen rigurosamente la agenda de Bush. No se encontrarán con los opositores al TLC, no hablarán con los defensores de derechos humanos y no dialogarán con las centrales sindicales. Apenas se entrevistarán con la Cámara de Comercio Colombo-Americana y saldrán a afirmar las mismas cosas que repiten Bush y Uribe desde hace años.

Uribe no ha ahorrado esfuerzos para suplicar la aprobación del TLC en EEUU: ha acelerado la aprobación en el Congreso de Colombia de los cambios que exigieron los demócratas, se ha asesorado de Clinton, ha pagado millonarias sumas a agencias de cabildeo e inclusive las recientes destituciones de altos mandos militares, capturas de narcotraficantes y posibles extradiciones son más un mensaje a EEUU que una verdadera rectificación del rumbo. El único principio de Uribe en esta materia es hacer lo que Bush diga, cuando lo diga y como lo diga.

Sin embargo, todos los días el movimiento popular es testigo de la continuación de las amenazas y del amedrantamiento. En muchas regiones no hay garantías para participar en elecciones y las restricciones a la organización sindical se mantienen e intensifican. El gobierno permanentemente intenta crear la impresión de que todo el que se oponga a sus políticas es porque apoya a la guerrilla. En estas condiciones Uribe vuelve a dar pruebas de servilismo, pero no de democracia.


 source: RECALCA