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México - La sombra del TLC

México - La sombra del TLC

Por Javier Rodríguez (PL), 29-12-07

Glocalia.com

México, 29/12/07- Si alguien analizara en el papel el objetivo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un remedo de acuerdos similares impulsados por Estados Unidos en Latinoamérica, podría pensar que es positivo.

Vería que se compone de una serie de enunciados listos para entusiasmar a cualquier nación deseosa de establecer vínculos provechosos con las grandes potencias industrializadas para ayudar a sus planes de desarrollo económico y social.

Basta dar un vistazo a algunos de los supuestos propósitos incluidos en el artículo primero del Tratado en el cual se establecen principios y reglas.

El TLCAN, firmado por México, Estados Unidos y Canadá, y que entró en vigor en 1994, plantea, entre otras cosas:

a) Eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza de bienes y servicios entre los territorios de las partes.

b) Preservar condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio.

c) Aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión en los respectivos territorios.

d) La ulterior cooperación trilateral, regional y multilateral encaminada a ampliar y mejorar los beneficios de este Tratado.

Gradualmente, se han ido aplicando los acápites contenidos en ese documento en las negociaciones y actividades comerciales correspondientes, pero con el resultado de que, 14 años después, nada favorece a México, el socio más pobre del trío firmante.

Una ojeada a los datos oficiales muestra claramente cómo la política neoliberal y la razón del más fuerte aplicada por los otros dos suscriptores afectaron la economía mexicana.

Ahora amenazan con liquidar al sector rural del país mediante la desgravación a las importaciones de alimentos a partir de enero del 2008 contenida en el capítulo agrícola del Tratado.

La enorme asimetría entre la economía mexicana y la de los otros dos países firmantes y el fuerte subsidio del gobierno estadounidense a sus productores, especialmente los del agro, constituyeron de entrada elementos para dañar a México.

Las importaciones mexicanas de carne de cerdo desde Estados Unidos pasaron del cinco por ciento al nacer el Tratado al 50 por ciento en el 2006 y los restantes cárnicos ascendieron de menos de tres mil toneladas a más de 320.000 en el mismo período.

Ello provocó que de 14.500 productores mexicanos de carne existentes en 1994 se llegara ahora a menos de 4.700, muchos con operaciones limitadas por la competencia.

La importación de fructuosa de maíz subsidiada procedente de Estados Unidos golpeó severamente a la industria azucarera local que, además, vio reducir sus exportaciones de sobreproducción del dulce al país vecino.

Para vender a Estados Unidos esta sobreproducción debe importarse de ese país igual cantidad de edulcorante que, además, está copando el mercado de la industria de refrescos nacional, arrebatado así a los productores locales.

El café mexicano se vende a Estados Unidos por debajo de los precios pagados a Costa Rica y Guatemala y con una tasa del peso mexicano frente al dólar para intercambio global de mercancías que deteriora en 30 por ciento el valor del grano.

La progresiva liquidación de aranceles a las compras desde territorio norteamericano desplomó la producción forestal nacional por el repunte de importaciones y el déficit de la balanza comercial en este rubro se elevó a casi 500 millones de dólares.

Los subsidios oficiales otorgados por el gobierno de Estados Unidos a sus productores provocan la desventaja para los agricultores mexicanos y se sitúan en 20 mil 803 dólares a dada uno, mientras los locales apenas reciben 720 dólares como promedio.

Esto, unido a las mayores facilidades técnicas de que gozan los estadounidenses, les permiten precios más bajos y rendimientos superiores por hectárea liquidando las posibilidades nacionales en el mercado y en los intercambios.

Esto son apenas botones de muestra de las consecuencias del TLCAN señaladas para México a lo largo de los años, pero la apertura de fronteras ahora a las importaciones de maiz, frijol, azúcar y leche, se considera como un golpe de muerte al agro mexicano.

Un análisis de la Confederación Nacional Campesina (CNC) señaló que, en el período 1994-2000, la balanza comercial agroalimentaria con Estados Unidos arrojó una pérdida de 10.678 millones de dólares.

En cereales, oleaginosas y actividades pecuarias donde participa casi el total de los productores mexicanos el déficit fue de 17918 millones de dólares en el período 1996-2000, cifra equivalente al presupuesto de seis años de la secretaria de Agricultura, dijo.

Los cuatro granos básicos, maíz, frijol, trigo y arroz, desde la apertura comercial iniciada en 1995 hasta 1999, tuvieron una reducción de precios a valores reales que fluctúa entre el 47 y el 57 por ciento.

En ello tuvo que ver, no sólo la caída de los precios internacionales, sino los valores "dumping" aplicados por Estados Unidos y Canadá en detrimento de México.

Al referirse a las consecuencias de la total desgravación arancelaria, la CNC alertó que el campo mexicano no resistirá la entrada masiva al país de granos básicos, productos cárnicos, celulósicos y agroindustriales de Estados Unidos.

Ello significará una caída más profunda de los precios agrícolas y el desplome del ya afectado empleo rural, la desestabilización del campo, el éxodo imparable hacia Estados Unidos y más cinturones de miseria junto a las grandes ciudades, según advierten expertos.


 source: Glocalia