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TLC: Negocios o principios

TLC: Negocios o principios

Por Guillermo Maya, El Tiempo, Bogotá, febrero 23 de 2010

En su discurso sobre el Estado de la Unión, en el Congreso de los Estados Unidos del 27 de enero, Obama mencionó a Corea del Sur, Colombia y Panamá, en referencia a la política comercial. A Uribe, el discurso lo sorprendió en Davos (Suiza), el santuario del neoliberalismo, cuyo lema es: todo para el capital, el resto para los trabajadores, de un capitalismo sin disciplina social.

La mención de Colombia en su discurso les produjo optimismo al Presidente y a todos aquellos que se van a beneficiar con el TLC. El Gobierno ha rogado, por todos los medios, por la aprobación del TLC, incluida la cuota inicial de las bases militares, como en su momento lo afirmó Uribe.

La propuesta económica de Obama, en lo referente al comercio internacional, de puro sabor mercantilista, se articula así: "(...) necesitamos exportar más. Mientras más exportemos, más puestos de trabajo creamos para los estadounidenses". Objetivo: doblar las exportaciones en cinco años. Agrega: "Necesitamos buscar mercados agresivamente, como lo hacen nuestros competidores. Si Estados Unidos se queda al margen, mientras otros países firman acuerdos comerciales, perderemos la oportunidad de crear puestos de trabajo en Estados Unidos". Sin embargo, "lograr estos beneficios también significa hacer cumplir los acuerdos para que nuestros socios comerciales sigan las reglas. Y es por eso por lo que vamos a continuar para dar forma al Acuerdo de Doha, que abre los mercados globales, y por lo mismo, vamos a fortalecer nuestras relaciones comerciales con Asia y otros socios comerciales claves, como Corea del Sur, Panamá y Colombia". Por fin, Colombia es mencionada en el discurso del Estado de la Unión.

Obama recoge la política que Estados Unidos ha seguido desde Bill Clinton. Finalizar el Acuerdo de Doha, que favorece a las transnacionales y a los países desarrollados y que ha estado a la espera por varios años. La promesa de Obama a los trabajadores estadounidenses de revisar el TLCAN, el acuerdo de libre comercio entre Canadá, México y Estados Unidos, no se menciona en su discurso, y parece que ha sido descartada. Esto parece señalar que Obama ha entrado en la onda de los TLC. Sin embargo, en el caso de Colombia, queda pendiente el tema de las reglas. En su campaña a la presidencia, Obama siempre se refería al cumplimiento de las reglas como condición de los TLC:

Uno: "No podemos frenar la globalización (...), pero sí podemos tener a un presidente que cuide a los trabajadores estadounidenses, a los granjeros y al ambiente. (...) Tenemos que estar seguros de que las reglas que gobiernan el comercio son limpias (...)".

Dos: "Comparto su frustración (de los trabajadores) con los acuerdos comerciales, que como el TLCAN no están funcionando para los trabajadores estadounidenses. (...) Apoyé el tratado con Perú (como senador) porque ese acuerdo rompió con el modelo del TLCAN, poniendo las protecciones del trabajo y el ambiente en el centro del acuerdo".

Tres: "Con respecto a varias provisiones del TLCAN, que dan a los inversionistas extranjeros el derecho a demandar a los gobiernos directamente en tribunales extranjeros, me aseguraré de que este derecho sea estrictamente limitado y exceptuaré completamente cualquier ley o regulación escrita para proteger la seguridad pública o para promover el interés público".

Cuatro: "(...) también debemos agregar obligaciones vinculantes sobre los estándares ambientales, de tal manera que las empresas, de uno u otro país, no puedan ganar una ventaja económica destruyendo el ambiente".

Cinco: "Haremos más para detener a los países que (...) no actúan limpiamente en el comercio, porque ningún país debería tener la libertad de quebrar las reglas".

Seis: "En tanto nosotros insistimos en los derechos de los trabajadores en el extranjero para organizarse, nosotros tenemos que proteger estos derechos aquí en los Estados Unidos (...). Sabemos que los trabajadores organizados son más capaces de negociar colectivamente por su parte justa de la riqueza que nuestra economía crea (...). Nosotros agregaremos obligaciones vinculantes para proteger el derecho a la negociación colectiva y otros estándares laborales reconocidos por la OIT".

¿Colombia cumple las reglas, y no solo reglas comerciales, de la comunidad de naciones civilizadas? Aquí reside la gran dificultad colombiana: Colombia, segunda en el mundo en el desplazamiento forzado de la población civil, gran tragedia humana; campeona mundial en muertes de sindicalistas (definición de sindicalista: especie de mártir en vías de extinción); 30.000 personas asesinadas por el paramilitarismo (¿qué hizo el Plan Colombia contra el paramilitarismo?); cerca de 2.000 muertes sumarias de jóvenes que aparecen dados de baja como guerrilleros sin serlo; la vinculación de un gran número de congresistas de los partidos de gobierno al paramilitarismo, procesados y condenados por la Corte Suprema de Justicia, y un largo etcétera de abusos e injusticias. Esta situación confronta los principios de Obama: "Estados Unidos tiene que estar siempre del lado de la libertad y la dignidad humana. Siempre".

Por otro lado, mientras para Colombia el TLC es muy importante, para los Estados Unidos no significa casi nada, dado el tamaño de su economía. Además, Estados Unidos es el país que entraría a beneficiarse inmediatamente de una rebaja de aranceles, del lado colombiano, porque, por el lado estadounidense, Colombia ha gozado por más de diez años de preferencias arancelarias, con cero aranceles en la mayoría de sus exportaciones. Esto quiere decir que, con la firma del TLC, los costos estarían del lado de Colombia, y mucho más mientras el peso continúe revaluado.


 source: RECALCA