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Chile propone a la UE renegociar el TLC para profundizar áreas de intercambio

Chile propone a la UE renegociar el TLC para profundizar áreas de intercambio

Por Miriam Leiva P. | 13-11-17

El interés de nuestro país es aumentar la entrada del 10% de productos que quedaron restringidos en el convenio; mientras que el bloque espera ampliar las denominaciones de origen.

En 2016, la Unión Europea (UE) se consolidó como el tercer destino más importante para las exportaciones chilenas y el primer lugar de arribo de los vinos embotellados de nuestro país.

A 14 años de la entrada en vigencia del acuerdo y a cuatro años de la desgravación completa según los plazos contenidos en el Tratado de Libre Comercio (TLC), las autoridades chilenas han planteado a su contraparte una revisión del convenio marco con miras a profundizar aspectos que en su momento no fueron considerados. “Desde un punto de vista práctico ha funcionado bastante bien, pero como ha pasado bastante tiempo, ciertas áreas de la relación comercial están un poquito añejas comparadas con los acuerdos actuales, por eso hay un afán de modernización”, explica el jefe de Europa de la Dirección de Relaciones Económicas, Direcon, Cristián Toloza.

Aprovechando que la UE está procediendo con algunos procesos de modernización como por ejemplo con México, Chile planteó esta posibilidad. Y durante este mes, la Comisión Europea debe autorizar o no a la delegación específica para que inicie conversaciones con nuestro país, lo que podría ocurrir en enero formalmente si la respuesta es favorable.

El tiempo que se prolongue esta renegociación, explica Toloza, dependerá de la voluntad política de la nueva administración que asuma La Moneda el próximo año, considerando que el mandato de la actual Comisión Europea vence en abril de 2019.

Productos por origen

Ambos socios están interesados en profundizar el acuerdo porque el comercio en 18 años, cuando comenzaron las negociaciones del convenio marco, ha cambiado bastante.

Si bien en el caso de Chile el 90% del intercambio bilateral está liberalizado, hubo un 10% de productos que quedaron restringidos. “A nosotros siempre nos ha interesado disminuir ese porcentaje, y lo hemos manifestado hace tiempo. Por ejemplo, para conversar sobre alimentos como los lácteos, cereales, arroz y aceite de oliva – producto con valor agregado de alta calidad-, por nombrar algunos, en los que hay potenciales interesantes y que forman parte de nuestras prioridades”, admite Toloza.

A los europeos, por su lado, les interesa ampliar las indicaciones geográficas de sus productos, una especie de inscripción de propiedad intelectual que impide que otro producto pueda utilizar el mismo nombre. “Son más bien denominaciones de origen, porque ellos tienen productos de larga tradición de lugares bien específicos como queso mozarrella de Piamonte, que tras el reconocimiento de origen no se podrían replicar o sugerir que se encuentren en otro lugar colocando la referencia o utilizando sus símbolos distintivos”, acota Toloza.

De hecho, recuerda que en el acuerdo marco sólo se negociaron denominaciones de origen para los vinos y alcoholes y por ello, admite, que en Chile ya no se utiliza el término champagne sino que el genérico “espumante”.

En términos generales, el convenio ha sido fructífero, ya que entre 2002 y 2016 el intercambio comercial pasó de US$7.237 millones a US$17.682 millones, con un crecimiento promedio anual de 6,6%. Las exportaciones chilenas se han expandido a una tasa promedio de 4,3% anual, según la Direcon, convirtiendo a este bloque en el tercer comprador de la fruta y el principal comprador de productos químicos chilenos.


 Fuente: Pulso