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China gana posiciones en la región : tratados comerciales, inversiones y deuda

Por Carla Perelló | 22 de mayo 2023

China gana posiciones en la región : tratados comerciales, inversiones y deuda

Ecuador selló el cuarto tratado de libre comercio en América Latina con China y el primero en el marco de la disputa global con EEUU. Honduras rompió con Taiwán El caso de Surinam.

Como si fuera una partida de TEG, cada paso dado por China o por Estados Unidos se lee en el contexto de constante tensión entre las dos potencias que, desde distintas perspectivas, se disputan el poder en el mundo. En las últimas semanas, las fichas se movieron desde América Latina y el Caribe hacia Oriente. China firmó un tratado de libre comercio (TLC) con Ecuador y logró el reconocimiento por parte de Honduras, con quien aceleró las negociaciones para ampliar el alcance de la cooperación comercial y económica con el país centroamericano. Al mismo tiempo, una noticia resonó en distintos medios de la región : Surinam -paraíso de reserva petrolera- “está ahogado” en deudas tanto con Beijing como con el FMI y su caso ya es un ejemplo de cómo la potencia asiática interactúa con ese pilar de la hegemonía financiera estadounidense.

La presencia china en la región avanzó lento. Fue recién a inicios de este siglo que las y los presidentes latinoamericanos comenzaron a correr la mirada e, incluso, a viajar más a China cuando las tensiones con su rival geopolítico, Estados Unidos, recién comenzaban a percibirse. Aunque desde Oriente la premisa es la de un mundo multipolar, Washington asume la presencia de la potencia asiática como una amenaza latente e insiste en el avance que hace sobre los recursos naturales y en las condicionalidades que impone.

Pero las advertencias estadounidenses no lograron evitar que China se convirtiera en el primer o segundo socio comercial de la mayoría de los países latinoamericanos, en detrimento del protagonismo que había tenido Washington. Para Juliana González Jáuregui, investigadora en el Área de Relaciones Internacionales de FLACSO Argentina e investigadora asistente en CONICET, esto fue posible porque Beijing “contribuyó a superar los cuellos de botella de infraestructura en los países en desarrollo, alivió las restricciones de liquidez y brindó a los países en desarrollo más opciones y financiamiento competitivo”.

En diálogo con El Destape, la analista destacó que aún ninguna de las dos potencias definió un rol único ante la realidad de economías con brechas de infraestructura y necesidad de contar con financiamiento adicional de parte de múltiples actores.

Existen diferencias al momento de otorgar préstamos. Por un lado, los sectores y, por otro, las condiciones.

En el primer caso, –marcó González Jáuregui- están los sectores en los que las empresas chinas hacen su apuesta : infraestructura digital, energética, de logística, transporte e infraestructura vinculada a los combustibles fósiles. El objetivo es “tener un impacto en la ampliación de las redes comerciales y de transporte”. En el segundo caso, las condicionalidades financieras que China exige a la hora de prestar dinero son esencialmente comerciales, mientras las occidentales –el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI)- se caracterizan por exigir condicionalidades políticas y austeridad fiscal. El caso de Argentina es claro.

Pese a contar con “el beneficio de la capacidad para proporcionar ‘capital paciente’, es decir, finanzas a largo plazo con una mayor tolerancia al riesgo”, las inversiones chinas, tienen como contrapartida haber “generado desafíos sociales, ambientales y de sostenibilidad de la deuda”, sostuvo la analista. Al mismo tiempo, agregó, si se hace una comparación entre el financiamiento chino con los préstamos otorgados por el BM, los préstamos del BM, “no han producido los mismos beneficios de crecimiento económico".

Ecuador, primer TLC en el medio de la disputa global

“Ecuador y China : el histórico acuerdo comercial que potenciará la economía”, es el título del comunicado con el que el país sudamericano dio a conocer el cierre del acuerdo que se tejía hacía diez meses, que se suma al tratado bilateral de inversiones que mantienen desde 1997. El anuncio del 10 de mayo fue sobre el borde de la crisis política e institucional, que acabó con el cierre del Congreso y el llamado a elecciones para agosto, por parte del presidente, Guillermo Lasso. Ante este panorama, la ratificación que debe dar la Asamblea Nacional quedará pendiente hasta después de los comicios de agosto.

Sea como fuere el contexto interno, lo cierto es que China firmó su primer tratado de libre comercio (TLC) en la región en el marco de la disputa global explícita con Estados Unidos y lo hizo nada más y nada menos que con una economía dolarizada. Con él, Beijing ya suma cuatro : Costa Rica (2007), Chile (2005) y Perú (2009). Los últimos dos se concretaron durante el “boom de las commodities”, cuando China se convirtió en un relevante importador de materias primas (agrícolas y energéticas) de gran parte de los países sudamericanos y, al mismo tiempo, logró posicionarse como origen crucial de las importaciones de bienes de medio y alto contenido tecnológico.


 source: El Destape