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Con las cartas marcadas

Fue escrito por Jacques B. Gélinas, un sociólogo y economista canadiense dedicado a investigar los problemas del desarrollo y el subdesarrollo en los países de América Latina, el Caribe y África. Sus capítulos están llenos de frases que uno quisiera enmarcar, como esta de Mahatma Gandhi : "La tierra proporciona suficientes recursos para satisfacer las necesidades de todos los hombres, pero no la avaricia de cada uno".

A lo largo de 297 páginas, el profesor Gélinas hace un recuento de las cuatro grandes globalizaciones de la economía mundial, desde los tiempos de los viajes de Cristóbal Colón a América en 1492, hasta el surgimiento de la última ola globalizadora en 1980.

Los capítulos más importantes están dedicados a los tratados de libre comercio con países de América impulsados por la diplomacia económica de los E. U.

Advierto que muchas veces me siento harto de oír hablar del TLC firmado entre Colombia y E. U. Pero esta vez me dije : tengo que entender esta trifulca. Y me leí el libro hasta el final. Después de ver lo que ha pasado en México diez años después de la firma del TLC, mi conclusión es sencilla : los tratados de libre comercio que están firmando casi todos nuestros países -tal vez con la excepción de Chile y Costa Rica, que se prepararon para hacerlo- son como una partida de póker con las cartas marcadas y con jugadas por debajo de la mesa.

Las principales se encuentran ocultas en dos capítulos ignorados por la opinión pública y por casi todos los periódicos y noticieros : los capítulos 10 y 11, que le confieren a las empresas multinacionales extranjeras los mismos derechos que a las empresas nacionales, y las autoriza a demandar a los gobiernos en caso de que ellas consideren lesionados sus intereses. Algunas cláusulas contenidas en esos capítulos prohíben a los poderes públicos de nuestros países adoptar leyes susceptibles de perjudicar a los inversionistas extranjeros.

El profesor Gélinas cita un ejemplo : el pleito entre el gobierno de México y la empresa norteamericana Metalclad. Éste se inició cuando el Estado de San Luis Potosí negó a Metalclad una licencia ambiental para instalar un relleno de residuos tóxicos por encontrarse cerca de una capa freática de donde se aprovisionaban de agua varias poblaciones del Estado. El pleito fue resuelto por un tribunal especial contemplado en los capítulos 10 y 11, formado por tres jueces cuya decisión es inapelable. Ellos, después de reinterpretar a su acomodo la Constitución mexicana, condenaron al gobierno de ese país a pagar a la compañía Metalclad una indemnización de 16,7 millones de dólares.

Como el poder del tribunal está por encima de las cortes supremas nacionales, México debió pagar de inmediato esa suma. Ahora en San Luis Potosí las canecas con desechos tóxicos están al sol y al agua y el lugar ya se ha convertido en el mayor basurero industrial del país. A pesar de haber cobrado la indemnización, Metalclad entró en quiebra. El Estado central mexicano, por su parte, le descontó al Estado de San Luis Potosí los 17,6 millones de dólares del presupuesto nacional.

Gélinas da otro ejemplo : en virtud del capítulo 11 del TLC, el gobierno canadiense perdió un juicio contra la compañía estadounidense Ethyl Corp., que fabrica un aditivo para la gasolina prohibido por su legislación ambiental, ya que es reconocido como un potente cancerígeno. Esta prohibición fue considerada "perjudicial para las inversiones y el comercio" por la Ethyl Corp. De acuerdo con el fallo del tribunal especial, Canadá no sólo debió anular parte de su legislación ambiental, sino que tuvo que pagar a Ethyl Corp. una indemnización de 13 millones de dólares.

Con razón, la revista Business Week dijo en sus páginas, comentando el fallo a sus lectores : "Esta es una corte suprema de la que ustedes jamás han oído hablar". Yo, por mi parte, pensé : si estas cláusulas fueron firmadas por países con economías más poderosas que la de Colombia, ¡qué cláusulas todavía no reveladas nos harían firmar a nosotros !

Impresionado por estas historias, le pregunté al periodista mexicano Pablo Latapi, conductor de los noticieros nacionales de TV Azteca en México, cuál era la verdad de lo que había pasado en su país, diez años después de la firma del TLC. Él me dijo : "Han aparecido quince o veinte nuevos multimillonarios y más de diez millones de nuevos pobres".

Me puse a leer la prensa de ese país para ver si la respuesta de Latapi era exagerada.

Las cifras me dejaron aterrado : a pesar del aumento en las exportaciones, los estudios económicos muestran que el TLC barrió con buena parte de la pequeña y mediana industria, que era la que daba más empleo ; la gran industria exportadora se desnacionalizó ; muchos economistas hablan en forma llana de la "destrucción del campo mexicano". Y parece que es verdad : antes del TLC, México se autoabastecía de los principales alimentos y exportaba otros. Ahora importa el 40 por ciento de los granos que consume : sus compras en el mercado externo de arroz, maíz, trigo, soya y sorgo se incrementaron en porcentajes que van desde el 75 hasta el 242 por ciento ; además, ha tenido que importar un 247 por ciento más de carne de res.

Por todo lo anterior, en la última década se perdieron más de un millón 800 mil empleos agrícolas y se disparó la migración rural. Cinco millones de mexicanos huyeron hacia E.U. en busca de trabajo. Mientras tanto, el gobierno de E.U. planea construir una enorme muralla de concreto para atajar a los demás.

Pienso en todo esto porque creo que unas elecciones presidenciales no son una carrera de caballos en un hipódromo. En ellas la gente no apuesta a un caballo ganador, sino al futuro de un país. Buena parte de ese futuro tiene que ver con el TLC. Y un tratado de esta clase está arruinando a los campesinos y a los empresarios del campo en México.

El mismo tratado también ha obligado a México y a Canadá a pagar a empresas de E. U. indemnizaciones millonarias por negarse a recibir sus basuras tóxicas, violando en forma descarada sus leyes ambientales. Por eso creo que el TLC es una partida de póker llena de cartas marcadas y de jugadas por debajo de la mesa, en la que sólo van a ganar los grandes monopolios, protegidos con el antifaz del libre comercio. En las próximas elecciones, una de las cosas más importantes que el pueblo de Colombia va a resolver es si apoya o rechaza un tratado como éste.

Ojalá después de mayo los colombianos distraídos por la propaganda llena de mentiras y trampas que se ha hecho alrededor del TLC no tengan que decir, cuando se apruebe el tratado oficialmente : ¡este NO es el caballo al que nosotros le apostamos !


EL MONSTRUO DE LA GLOBALIZACIÓN
Desafíos y alternativas
Publicado por HOMBRE NUEVO EDITORES, Medellín, Colombia, 2006
Escrito por Jacques B. Gélinas (La globalisation du monde), Ecosociété, Montreal, Canadá
Traducido por Jorge Parra
www.abclibros.net/globalizacion


 source: RECALCA