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Declaración sobre el TLC entre Colombia y Estados Unidos

Desde el 18 de mayo de 2004, Colombia inició un proceso de negociación de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Dicha negociación está comprendida dentro de la estrategia de expansión imperial norteamericana a nivel mundial y, en particular, en el Continente donde ha insistido en la creación de “una zona franca desde Alaska hasta la Tierra del Fuego”.

La ASOCIACIÓN NACIONAL POR LA SALVACIÓN AGROPECUARIA, organización de la cual UNIDAD CAFETERA es filial, indicó desde ese primer momento que, de acuerdo con las experiencias en países como México, en esos tratados se causa la destrucción de muchas áreas económicas y sociales y de manera muy grave la del sector agropecuario. Luego de 19 meses de negociaciones y a las puertas de su finalización, no hay ninguna duda que en el caso de los países andinos, incluida Colombia, la historia se repetirá sin apelación. El proceso ha consistido en cómo Colombia va entregando una a una las posibilidades de protección de su economía y de su agricultura mientras Estados Unidos se queda con todas las ventajas que le permitirán inundar a estos países con sus géneros vendidos, mientras se quiebra a los productores locales, a precios por debajo del costo de producción. Las ventajas que en el capítulo de Agricultura, uno de los 23 que se están negociando, se le han otorgado ya a Estados Unidos, de las cuales disfrutará desde que comience el TLC, valen más de 600 millones de dólares mientras las que se han concedido a Colombia no llegan a valer más de un millón.

Lo que ha sucedido en Agricultura se repite y, en algunos casos con mayores pérdidas para el país, en todas las demás mesas negociación. Las inversiones, las mercancías, incluidos las usadas, las de calidades inferiores y hasta los residuos y desechos, gozarán de privilegios mayores que las nacionales. Es, como se ha dicho en múltiples oportunidades, la recolonización del país. Dentro de los abusos del TLC, está el requerimiento de Estados Unidos de ingresar a Colombia con artículos procesados con materia prima de otros países. En el capítulo de Normas de Origen, Colombia ya ha accedido a esa solicitud y trata de lograr una excepción con relación al café; además de que ya se permitió la importación de café verde sin impuestos aduaneros después de 10 años de vigencia del TLC.

Los caficultores no solamente sufriremos con el TLC como consecuencia de las jugarretas norteamericanas en el sector agrícola y comercial, amparadas por los negociadores colombianos y el gobierno de Álvaro Uribe, sino que otros temas donde Estados Unidos ha impuesto su voluntad y ambición nos lesionan enormemente. En Propiedad Intelectual, donde se otorgará el monopolio por 25 y 30 años sobre medicamentos, semillas, insumos y droga veterinaria a las multinacionales dueñas de las patentes; en Servicios, donde el derecho al agua, a las comunicaciones, a la energía y al saneamiento básico se pierde en beneficio de las empresas privadas que solamente los prestarán a quienes puedan comprarlos, e igualmente sucederá con la educación y la salud. Contrario a lo que muchos proclaman, los cafeteros seremos perdedores en el TLC, junto con casi todos los 44 millones de colombianos, exceptuando a la ínfima minoría que está asociada a los intereses estadounidenses que se beneficiará de las desgracias colectivas.

Así como muchas organizaciones sociales, las comunidades indígenas del Cauca, los productores de arroz del interior del país y los de bienes agropecuarios y cereales de clima frío, lo hicieron en consultas ciudadanas, los 500 delegados presentes, representantes elegidos democráticamente entre los afiliados a UNIÓN CAFETERA, en 120 municipios de Colombia, en Antioquia, Risaralda, Caldas, Quindío, Valle, Cauca, Huila, Tolima y Nariño decimos NO al TLC con Estados Unidos y solicitamos en nombre de nuestros representados al gobierno que se levante de inmediato de la mesa de negociaciones.

No es posible detener la hecatombe que se avecina con el TLC con las “limosnas temporales” que el presidente Uribe ofreció a los delegados al LXV Congreso Cafetero. Cualquier colombiano con el más mínimo sentido común sabe que se trata de paliar con engaños los efectos políticos que firmar el TLC puede significarle al presidente Uribe. La misma Sociedad de Agricultores de Colombia ya los desechó.

Por tanto, la Asamblea Nacional de UNIDAD CAFETERA llama a todos los caficultores de Colombia a participar en 2006 en las tareas de resistencia contra la firma, aprobación y ratificación del TLC con Estados Unidos, a oponerse hasta el último momento a que se cristalice este daño histórico contra la nación colombiana; en otras palabras, a luchar denodadamente contra el TLC, así “caigan rayos y centellas”.

Leída y aprobada en Asamblea Nacional realizada en Pereira el 12 de diciembre de 2005


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