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El Movimiento de Resistencia Nacional apoya la lucha de los indígenas y los agricultores contra las leyes de despojo y privatización

26-2-08

El Movimiento de Resistencia Nacional apoya la lucha de los indígenas y los agricultores contra las leyes de despojo y privatización

Desde la primera llegada de Oscar Arias con su cártel neoliberal al poder en 1986, el sector agropecuario -y en especial el pequeño y mediano campesino- ha sufrido el embate de una política orientada a privatizar los servicios públicos de apoyo y las distintas fuentes de producción y vida que garantizan nuestra subsistencia como pueblo y Estado-nación soberanos. Lo mismo ha sucedido con la seguridad alimentaria, clave de nuestra seguridad nacional.

Así, se buscó cumplir la inhumana idea de Eduardo Lizano de que la mejor seguridad alimentaria fuera una buena reserva de dólares en el Banco Central para importar la comida y, al mismo tiempo, el sueño vendepatria de Miguel Ángel Rodríguez de transformar el país en una plataforma abierta de negocios transnacionales, una especie de paraíso neoliberal. Ahora, en su segunda administración, la camarilla de Arias busca colmar esta visión mercantilista con la aprobación del TLC y de las leyes complementarias de privatización.

Lo que menos le importa a esta corrupta camarilla en su espuria alianza con los grandes negocios transnacionales, es el presente y futuro de la producción y el comercio locales; ni que las fuentes naturales de riqueza -como la biodiversidad, la tierra, el agua y la energía- se preserven, estén en manos nacionales, y al servicio de nuestros intereses y necesidades. Muchísimo menos, la preservación y desarrollo del patrimonio de nuestros indígenas, clave de su supervivencia; y algo logrado luego de más de 500 años de resistencia, en la senda trazada por Pablo Presbere, cacique de Suinse, el principal líder religioso Useköl Pedro Comesala y los demás héroes luchadores de Talamanca y Chirripó, Térraba y Teotique desde los siglos XVI y XVII.

Ahora ha llegado, pues, una hora decisiva para nuestros productores campesinos e indígenas, para sus libertades y derechos. Están obligados a librar una gran lucha de resistencia contra el empeño de Zapote y la coalición neoliberal -aliadas con la Sala IV y el TSE- de violar sus derechos ancestrales y humanos, para apoderarse de las fuentes últimas de su sobrevivencia; o sea, de cometer lo que los antropólogos mexicanos, basándose en estudios de los efectos del TLC de México con EEUU, llaman un agrocidio: el decreto de muerte social, económica y cultural para miles y miles de campesinos dedicados al cultivo del suelo para satisfacer necesidades vitales del consumo familiar y nacional. Quieren atentar a ultranza, sin piedad ni tregua, contra sus oportunidades de vida y enviarlos al cementerio de la historia. De eso se trata la lucha.

Una vez más nuestros indígenas se han puesto al frente de una lucha patriótica y de profundo contenido humano, social, cultural y ecológico. Están de nuevo en pie de guerra contra sus opresores de larga data, radicalizados y envalentonados éstos ahora por el TLC y sus leyes ilegítimas, anti-nacionales y anti-democráticas. Por eso sus líderes y organizaciones -con apoyo de nuestro Movimiento de Resistencia Nacional y de otros sectores- han convocado para el 27 y 28 de febrero a un acto de protesta frente los tribunales de justicia de este país, para exigir el respeto a sus derechos humanos integrales -políticos y civiles, laborales y sociales, culturales y ecológicos.

Harán en esos predios un campamento y una serie de actos tendientes a denunciar los atropellos cometidos por el gobierno arista y sus aliados; en especial la violación sistemática y descarada del convenio internacional 169 de Costa Rica con la OIT que obliga a una consulta de los tratados y leyes que los afecten. Además, impugnan una larga lista de leyes injustas y opresivas, particularmente las de implementación del TLC, y entre ellas las de obtenciones vegetales y propiedad intelectual, y los tratados de Budapest y UPOV 91.

Toda esa, es legislación inconsulta e ilegítima que permitiría, a unas cuantas poderosas firmas extranjeras y sus aliados locales, apropiarse de las propiedades y el patrimonio natural, así como del conocimiento tradicional de las comunidades indígenas relacionado con el bosque y sus riquezas, mediante la bioprospección y el patentamiento o apropiación espuria de sus semillas y códigos biogenéticos.

El MOVIMIENTO DE RESISTENCIA NACIONAL llama a todos los habitantes y a los sectores más sensibles y humanistas del país, a unirse a las actividades del plantón indígena, como muestra de la creciente necesidad de recomponer y reactivar la lucha social por nuestros derechos, la democracia y el Estado Social de Derecho, contra el TLC y más allá.

¡Ni un paso atrás! ¡Costa Rica no se compra ni se vende!

¡Vivan nuestros indígenas y campesinos!

¡Vivan el pueblo y la humanidad en unidad con diversidad!

MOVIMIENTO DE RESISTENCIA NACIONAL

26 de febrero de 2008


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