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El TLC-andino rumbo a la recta final

Bolpress, 10 de septiembre de 2005

El TLC-andino rumbo a la recta final

Huascar Rodríguez García

Como se sabe, el TLC-andino es un conjunto de acuerdos comerciales que EEUU negocia con Colombia, Ecuador y Perú desde el 18 de mayo de 2004, como una medida sustitutiva para una aplicación gradual del ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas). Este último fue, inicialmente, un megaproyecto comercial propuesto por EEUU en diciembre de 1994 para 34 países de toda América, que al igual que los posteriores TLCs, planteó básicamente la progresiva eliminación de los aranceles, es decir de los impuestos por la importación de productos extranjeros en cada país. Sin embargo las negociaciones del ALCA llegaron a un estancamiento definitivo debido a la oposición de varios países latinoamericanos, por lo que los intentos de EEUU tuvieron que concentrarse en acuerdos bilaterales y subregionales tipo TLC-andino. Así, a falta de un acuerdo que abarque a todo el hemisferio, EEUU ha recurrido a negociar por bloques separados, lo cual le está resultando ventajoso ya que de este modo ha logrado debilitar el poder de negociación de los países latinoamericanos.

Recordemos que Bolivia asiste a las rondas del TLC-andino en calidad de "observador", es decir sin voz ni voto, debido a que EEUU ha condicionado la firma del acuerdo a cambio de que se garantice un ambiente de "seguridad jurídica" para la inversión extranjera, entre otras exigencias. En estas circunstancias los últimos tres gobiernos han buscado que el país sea negociador pleno en las reuniones, pero hicieron esto sin ninguna estrategia definida y de espaldas a la sociedad civil y a sus organizaciones, con excepción, lógicamente, de los empresarios privados.

Hasta ahora suman a once el número de rondas oficiales que se han llevado a cabo en el marco de la negociación del tratado, quedando teóricamente una penúltima reunión a realizarse entre el 19 y 23 de septiembre en Cartagena (Colombia), para después consolidar definitivamente el acuerdo en Washington, probablemente durante octubre de este año.

Hay que destacar que la reciente aprobación del TLC de EEUU con los países de Centroamérica (CAFTA, por sus siglas en inglés) tendrá importantes y dañinas consecuencias para lo poco que queda de la negociación del TLC-andino, ya que el desgaste político sufrido por Bush con la suscripción del CAFTA podría obligar a ciertos cambios que los negociadores estadounidenses buscarán introducir para obtener más ventajas en el tratado con los andinos. No olvidemos que el CAFTA tuvo una amplia resistencia en EEUU incluso dentro del mismo Congreso, debido a que los productores azucareros estadounidenses temían perder en la competencia con los azucareros centroamericanos.

Si bien se observa, todo lo anterior indica que la potencia del norte no cederá un milímetro en sus ventajas dentro el TLC-andino para convencer a sus legisladores de que será más beneficioso que el CAFTA; de hecho EEUU ha mantenido inflexible su posición desde la primera ronda y exige sin reparos que los andinos expongan su frágil industria a la desigual competencia internacional. El problema es que los TLCs están hechos para que EEUU sea un ganador neto: el país del norte quiere vender, pero no comprar, quiere que se modifique toda la estructura económica de los países con los cuales negocia, pero no acepta ninguna modificación a su legislación interna. Esto quedó claro cuando en la ley de aprobación del CAFTA se incluyó expresamente en la Sección 102 titulada "Relación del Acuerdo con la Legislación Federal y la de los Estados" lo siguiente: "La normativa estadounidense (Federal) prevalece sobre cualquier precepto del CAFTA; todas las disposiciones que sean inconsistentes con la normativa Federal quedan sin efecto; nada del Acuerdo podrá alterar o modificar la legislación Federal. [...] ninguna persona privada podrá demandar al gobierno de EEUU [...] Los compromisos de los países centroamericanos son muy distintos pues ellos sí deben modificar su legislación interna; [...] las empresas norteamericanas podrán demandar a los Estados".

Como conclusión y síntesis de lo dicho, puede afirmarse que con estos tratados EEUU pretende concretar dos objetivos generales: 1) conseguir una liberalización hemisférica radical en el comercio de bienes y servicios. 2) resolver su crisis de sobreproducción y protegerse de la competencia de la Unión Europea que tiene importantes inversiones en algunas áreas de Latinoamérica. Esta política consiste en abrir mercados externos para sus productos subsidiados (como los agrícolas) y buscar protección frente a la "invasión china" de productos manufacturados. La urgencia del gobierno estadounidense para acelerar este tipo de tratados, radica en su afán de consolidar legalmente un control geopolítico y militar en puntos vitales del hemisferio, particularmente en el corazón andino del continente y la cuenca amazónica: regiones ricas en recursos naturales, ambientales y de biodiversidad.

En una palabra, estamos ante la más grande ofensiva del neoliberalismo, que pretende invadir nuestros mercados y promover una ola masiva de privatizaciones irreversibles y beneficiosas únicamente para las empresas transnacionales, lo que ocasionará sin duda alguna un nudo de conflictos sociales de imprevisible magnitud.


 Fuente: Bolpress