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Hay que recuperar a Ecuador con medidas radicales

Rafael Correa es un economista de prestigio que aceptó el timón económico de su país después que una asonada popular, la de “los forajidos”, acabara en el año 2005 con el gobierno de Lucio Gutiérrez. En pleno año electoral, el ex ministro aspira a la presidencia de Ecuador desde la Alianza País, una formulación que se reivindica como profundamente reformadora de las estructuras política, y no le teme a las posturas claras: el camino en América del Sur no es el trazado por los gobiernos de Perú y Colombia, sino el propuesto por los presidentes Evo Morales, de Bolivia, y Hugo Chávez, de Venezuela; apuesta por la integración regional y no se inmuta al reconocer que podría expulsar del país al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM).

 Usted apareció en la escena política luego de la revuelta de “los forajidos”, un movimiento popular que se levantó contra el ex presidente Lucio Gutiérrez ¿Cómo ve ese proceso y dónde ve que se el mismo se exprese en la actualidad?

Creo que fue un proceso interesante, pese a quienes intentan desmerecerlo. Doscientas mil personas sólo en Quito, que tiene menos de dos millones de habitantes, sin financiamiento, sin cuartelazos, sin arreglos entre las cúpulas partidistas y movilizándose espontáneamente. Creo que fue algo histórico, pero por la misma espontaneidad luego se desmantelo. Yo creo que el país cambió en el año 2005, los ciudadanos se dieron cuenta de que ellos son el poder de una democracia. Ese fue un movimiento que está despertando y a ese león es al que nosotros convocamos. ¡Basta de que en democracia nos gobiernen los mismos de siempre, las mafias políticas, la partidocracia!

 ¿Y cómo puede refejarse ese movimiento en una alternativa de poder?

Tiene que surgir una fuerza no hegemónica, pero sí dominante, y eso es lo que estamos tratando de hacer, organizar a la ciudadanía para que ellos sean esa fuerza y reformular las reglas de juego con una Asamblea Nacional Constituyente. Bolivia estaba peor que nosotros hace dos años, y de repente llega Evo Morales y gana con el 54 por ciento de los sufragios. Por eso sí creemos que es posible unificar al país, tener un poder determinante, alterar las relaciones de fuerza y ahí sí sentarse con los otros actores políticos para lograr las mejoras que demandan las grandes mayorías.

 ¿Con qué sectores hay que hablar para construir ese proyecto?

Creemos que el Pachacutik va a venir con nosotros pese a que están atentando una serie de factores para dividirnos. La famosa estrategia de la derecha de dividir a la izquierda. Eso, más cierto sentimiento etnocentrista de los indígenas, que lo entendemos. Ellos no quieren ser trampolín de nadie, ya fueron traicionados, y por ello es que algunos plantean como mejor alternativa la del candidato propio. Nosotros, igualmente creemos que está equivocada esa visión, es necesario en este momento tener una visión integral. Todas esas cuestiones hacen que sea muy difícil aglutinar las fuerzas de la tendencia. Estamos intentándolo con todas nuestras fuerzas pero no nos engañamos, va a ser difícil. Por los personalismo, por esas pugnas que al final del día ves que no son de principios ni de programas, sino por espacios de poder.

 Las propuestas electorales aparecen todavía indefinidas, y en esa indefinición se ve una semejanza entre el proyecto de Alianza País y el de León Roldós, que genera la disputa por cierto electorado progresista.

Supuestamente, Roldós nos disputa el espacio pero su proyecto es de centro derecha, vinculado a la partidocracia. La Asamblea Constituyente es un punto clave. Roldós primero habló de la asamblea, pero luego, cuando buscó el apoyo de la Izquierda Democrática, retrocedió en su postura. Ahora está hablando de reformas a través del Congreso, lo cual le conviene a los partidos tradicionales. Otro ejemplo es el Tratado de Libre Comercio (TLC). El discurso de Roldós es hay que negociarlo bien, cuando para nosotros es claramente un proyecto que destruye a nuestro país. Sobre la deuda externa empezó a hablar sólo cuando nosotros empezamos a hacerlo. Con respecto a las petroleras, y porque Roldós es un hombre honrado, probablemente esté convencido de que hay que acabar con el robo de estas empresas. ¿Cuál es la estrategia de Roldós? Haber pactado con el centro y la derecha, para ahora, con un nuevo discurso, ubicarse en la izquierda y captar más adeptos.

En el momento político actual no es posible acotar a los paradigmas entre derecha e izquierda. Se registra una rebelión ciudadana ante la falta de representación de nuestros políticos. Una variable a analizar en la política ecuatoriana es patriotismo y honestidad. Le soy franco, yo prefiero un gobierno de derecha honesto y patriota, que uno de izquierda corrupto. Los jóvenes nos ven con esas características.

 ¿Qué significa el manejo soberano de la economía sobre el que se hace hincapié en su programa político?

Soberanía implica independencia, capacidad de tomar opciones, y con el tiempo nosotros nos hemos vuelto cada vez más dependientes. Nos ponemos de rodillas para que ingresen 1.500 millones de dólares, mientras mandamos para afuera unos 3.000 millones. Tenemos que recuperar nuestra capacidad de acción colectiva para que sea la sociedad la que domine al mercado. Tenemos que parar esa intromisión de la embajada norteamericana. No queremos más ejemplos como el de la embajada declarando que el TLC dependía del caso OXY. El FMI ya vino para ver que vamos a hacer con esos 1.300 millones que la OXY deja en el país. Si soy presidente, los expulso del país. Expulsaría también al representante del BM pero antes le pediría que me explique por qué nos negaron un crédito, cuando estaba todo en orden, solamente porque un país soberano reformo una ley nacional. De dignidad también viven los pueblos.

 En el prologo al libro “El rostro oculto del TLC”, hace mención a la marca de nuestros países como productores de materias primas y no de manufacturas, ¿Cuál es su estrategias de desarrollo para incentivar la industria?

Hay que hacer mejoras en competitividad, hay que dar créditos, se necesita generar energía hidroeléctrica y se necesita bajar los costos de financiamiento, lo que será difícil de llevar a cabo mientras la banca sea dueña del país. Hay que apoyar a la industria, nuestro proyecto de desarrollo es integral. Pero nosotros vamos a poner énfasis en el principal problema que es el desempleo, y por eso es que vamos a hacer énfasis en la economía popular, en el pequeño productor rural, en el artesano, en el empresario minorista, en el empresario informal, que son quines además generan redistribución de ingresos.

 Cuando habla del desarrollo de las fuerzas internas, ¿significa ello el apoyo a la burguesía nacional?

Nuestra burguesía nacional es altamente entreguista, esnobista. Si coincide con nuestros postulados es mejor tenerla como aliada estratégica, pero te diría que es muy remota esa posibilidad. Lo único que supera a su arrogancia es su ignorancia.

 ¿Cuál es su propuesta en materia energética?

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tiene interesantes propuestas en este sentido. Nosotros consideramos que tiene que haber una integración energética de América Latina. Aquí esta destrozado el sistema eléctrico. Es necesario invertir en energía hidroeléctrica porque en nuestro continente tenemos la más cara generación de energía, pero sucede que hay fuertes intereses de grupos privados. Tenemos además un consumo ineficiente y un mal uso. Se debe atacar la demanda subsidiando focos con menor consumo, aparatos electrodomésticos más eficientes.

 ¿Qué le parece la idea de Chávez de construir un gasoducto que una Caracas y Buenos Aires o lo que han hablado algunos de tus colaboradores acerca de una alianza estratégica con Venezuela para trabajar en refinerías?

Pienso que sería importante que Venezuela invierta en Ecuador, que nosotros hagamos refinerías para procesar el crudo de ellos y demos trabajo en nuestra tierra. Nuestra producción es marginal comparada con la de Venezuela, con una refinería tendríamos para procesar nuestro crudo. En el caso ecuatoriano hay que rescatar para el Estado el sector hidrocarburífero. Cuando dicen hay que nacionalizar el petróleo, definan qué es nacionalizar. Porque el petróleo es del Estado. El problema son las malas negociaciones, Que las transnacionales arriesguen y veamos que participación nos dan. Si nacionalizar es dejar que la exploración esté en manos del Estado, no estoy de acuerdo porque es una actividad de alto riesgo y de alta tecnología.

 A lo Evo Morales...

Es que Bolivia es el país que más lejos fue en las reformas neoliberales y Evo tuvo que revertir las medidas de los `90, y renegocio mejor los contratos. Ecuador nunca privatizo el petróleo.

 La economía de Ecuador está dolarizada, ¿Cómo piensa enfrentar sus efectos y cuál es su estrategia alargo plazo?

En este momento las condiciones no están dadas para la salida de la dolarización, la salida en el largo plazo puede ser una moneda regional, andina.

 Suena a una salida a demasiado largo plazo, sobre todo si nos atenemos a la actual crisis de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).

Yo estudié la posibilidad de una moneda andina y no es tan difícil. En Europa sucedió lo mismo, se aceleraron lo procesos y fue la voluntad política de sus lideres la que permitió la unión monetaria. Desde el punto de vista técnico, Europa no reunía los requisitos de un área monetaria.

 Pero parece justamente que no hay voluntad política en los Andes. Ahí están los casos de Perú y Colombia, con la firma de sus respectivos TLC.

Pero miremos a Chávez, a Evo Morales, a Néstor Kirchner en Argentina, a Tabaré Vázquez en Uruguay, a Luiz Inacio Lula Da Silva en Brasil.

 Sin embargo, incluso en el MERCOSUR, Paraguay y Uruguay cuestionan la forma en que Brasil y Argentina conciben el proceso de integración.

Los países grandes, bueno...suceden esas cosas. ¿Por qué se va a aliar Brasil con Ecuador si ya solo es la mitad de Sudamérica? Por eso los países grandes son más difíciles de convencer, pero entre los países pequeños se puede dar de otra manera y las condiciones no son tan lejanas. Hay problemas con Colombia y Perú, pero están Ecuador, Bolivia y Venezuela.

 ¿Qué opinión le merece el gobierno de Néstor Kirchner en Argentina?

Creo que ha dado gratas sorpresas, con pragmatismo y sentido común, sin dogmatismos. Ha hecho mucho.

 Dentro de lo que es el corrimiento de la centro izquierda sudamericana existen experiencias diferenciadas. ¿Se ve cerca de los “socialismos modernos”, como el de Tabaré Vázquez, o de los procesos más radicales, como los de Bolivia y Venezuela?

Yo creo que todo responde a la regla de cada país. Hay gente que pretende que el estilo de Chávez sea el mismo que el de Michel Bachelet. Un venezolano y un chileno de Santiago, son cosas distintas. Sí creo, de todas formas, que hay un nacionalismo en los casos de Venezuela y Bolivia en los que existe un antinorteamericanismo más claro, pero que responden a las reglas de esos países. En Chile y Uruguay no se han devastado los recursos naturales como sí se hizo en Bolivia y Venezuela. Creo que no puedes encontrar catecismo de modelos exactos en países diferentes. Creo que sí coinciden en muchas cosas, en buscar un nacionalismo que difiere en los grados, en reactivar la economía popular, el trabajo y en tratar de limitar la entelequia del mercado. Sin embargo, el grado de profundidad responde a las realidades de cada país.

 Y Ecuador, ¿qué grado de profundidad necesita?

Acá debemos ser muy radicales, porque se nos han llevado al país.


 source: Agencia Periodística del Mercosur