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Propone la CNC a productores de Centroamérica crear una alianza

La Confederación Nacional Campesina (CNC) propuso a organizaciones de
productores de Centroamérica y el Caribe crear una alianza para defender
los intereses de quienes viven del sector agropecuario, jornaleros e
indígenas, ante los embates del tratado de libre comercio firmado por los
gobiernos de Estados Unidos y esos países.

En la víspera del encuentro que sostendrán delegados de la Conferencia
Continental de Productores Rurales (CCPR), en el que el tema fundamental
será el análisis de los efectos de la globalización comercial y los
tratados de libre comercio sobre la agricultura, la CNC apuntó que un claro
ejemplo de lo negativo de negociar con Estados Unidos es México, pues a 11
años de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) el país importa 95 por ciento de trigo, más de la mitad de
sus requerimientos de arroz, frijol, sorgo y soya, y el campo está
abandonado. Las ventajas en el sector agropecuario son mínimas, aseguró, y
el convenio no ha sido palanca para el desarrollo del país.

Heladio Ramírez López, dirigente de la CNC, dijo que el Tratado de Libre
Comercio para América Central y la República Dominicana (CAFTA, por sus
siglas en inglés) -firmado también por Costa Rica, El Salvador, Honduras,
Nicaragua y Guatemala- dejará beneficios por 50 mil millones de dólares a
Estados Unidos, mientras el sector rural de los países centroamericanos
sufrirá despojos, desempleo y miseria. Ante esta realidad, el dirigente se
pronunció en favor de establecer alianzas más allá del continente americano
y el Caribe, con el propósito de resistir los impactos de la globalización
en la soberanía y seguridad alimentaria de por lo menos 23 naciones.

Analizará la CCPR daños causados por los acuerdos de libre comercio

Ramírez López recordó que organizaciones campesinas, indígenas, de
productores agropecuarios y de jornaleros migrantes decidieron crear la
CCPR como instancia de defensa de los intereses rurales, para la búsqueda
de acuerdos y la coordinación de acciones comunes. Los días 23 y 24
próximos, añadió, "nos reuniremos de nueva cuenta en la ciudad de México,
con el objetivo de analizar los daños causados por los tratados comerciales
firmados por Estados Unidos con toda la región, así como el papel
desempeñado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la
Organización Mundial de Comercio, entre otros.

Destacó que todas las organizaciones del continente se han pronunciado por
la elaboración, aprobación y promoción de una plataforma de acción contra
los acuerdos que atenten contra las condiciones de vida de los campesinos
pobres y el desarrollo de la producción agropecuaria de los países de la
región. "No hay que creer las promesas de Estados Unidos de que hará
cumplir las normas comerciales de manera vigorosa", declaró.

Tampoco, agregó, esperar que cumpla cabalmente su palabra de que el CAFTA
ayudará a las nuevas democracias del continente a producir mejores trabajos
y normas laborales, y que creará condiciones "más iguales" para los bienes
y servicios estadunidenses para centroamericanos y dominicanos, aseveró.

"Definitivamente -expresó-, el Tratado de Libre Comercio para América
Central y la República Dominicana enfrenta abiertamente a los gobiernos de
la región con los productores azucareros y parte del sector textil,
principalmente porque ven que éste no protege lo suficiente a los
agricultores y a los trabajadores."

México, aseguró, enfrenta una total desigualdad ante Estados Unidos y
Canadá, porque, por ejemplo, la protección arancelaria promedio del
gobierno estadunidense es de 5.4 por ciento y los mayores niveles son para
productos agrícolas. Además, resaltó, se combinan instrumentos como los
contingentes arancelarios, que permiten controlar el acceso de mercancías a
ese país.

La competitividad, dijo, es otro de los factores que el sector agrícola ve
con preocupación. En general, se piensa que se deben hacer esfuerzos
necesarios para mejorarla, así como aumentar la inversión en capital humano
e infraestructura, y considerar en las negociaciones a los sectores más
vulnerables de la economía.


 source: La Jornada, México