bilaterals.org logo
bilaterals.org logo
   

¿Qué es el TTIP y qué efectos tiene para empresas y trabajadores de EEUU y Europa?

¿Qué es el TTIP y qué efectos tiene para empresas y trabajadores de EEUU y Europa?

Por Sonia Mañé Vernia, 5-7-16

El TTIP, o el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones que se está negociando entre EEUU y Europa, se ha llegado a calificar como uno de los secretos mejor guardados de este siglo. Los misterios sobre cómo puede afectar este acuerdo a las empresas, trabajadores, y a la economía en general, se han ido desvelando en pequeñas dosis dado el nivel de privacidad y confidencialidad del que gozan las negociaciones que lo rodean. Las filtraciones y una contenida dosis de información por parte de los órganos europeos, nos dan una idea de lo que podría significar para empresas y trabajadores europeos y estadounidenses que el TTIP siguiera adelante.

¿Qué es el TTIP y que se quiere conseguir con él?

TTIP son las siglas en inglés del Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión, un tratado que, como decíamos, se está negociando en la actualidad entre los Estados Unidos y la Unión Europea. El objetivo de esta alianza comercial, según defienden los que la promueven, es aumentar el comercio y la inversión entre la UE y los EEUU para crear un mercado más amplio.

No es la primera vez que se discuten condiciones comerciales favorables a facilitar el comercio transatlántico; en 1998 ya se hizo una declaración común de la Unión Europea y EEUU sobre la intención de llegar a un acuerdo económico transatlántico. El TTIP es la culminación de ese objetivo, al que se le empezó a dar forma en 2011, con la creación de un Grupo de Trabajo de Alto Nivel encargado de estudiar la reducción de los obstáculos para el comercio entre ambas partes. En 2013, el Presidente de los EEUU, del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, iniciaron las negociaciones oficialmente para alcanzar el acuerdo. Sin embargo, el nivel de secretismo en el que se mantenían era tal que pasó casi un año hasta que la prensa empezó a publicar información. Esta opacidad en un plan de tales características, oculto incluso para los propios eurodiputados, ha generado desconfianza y un contexto muy dualizado en el que detractores y defensores lanzan sus puntos de vista con la atenta mirada de los medios para descubrir más detalles de lo que significa este acuerdo. A día de hoy, el avance de las negociaciones se puede consultar, en algunos aspectos, en la web de la Comisión Europea.

En la teoría, la alianza comercial se ha defendido por las autoridades y grandes empresas como posible solución y empujón para salir de la crisis económica, ya que debería ser una alianza que cree nuevas oportunidadeseconómicas, creación de empleo y más facilidades para acceder a otros mercados, con una nueva normativa mundial que promueva esa filosofía.

El acuerdo, por lo que sabemos, está estructurado en tres apartados clave: el acceso al mercado, las cuestiones reglamentarias y barreras sin aranceles, y la normativa. ¿Qué significan estas tres rutas de actuación? Significa la creación de un acuerdo único que unifique las leyes y derechos de empresas y trabajadores europeas y estadounidenses para la formación de un espacio común de trabajo y libre comercio.

Abriendo la veda al debate, esta unión, sin embargo, es muy difícil de pactar, ya que las condiciones de las que gozan las empresas y sus trabajadores, en materia de derechos y obligaciones legales en Europa y en EEUU son muy distintas. Garantizar un pacto equilibrado significa que debe haber concesiones por parte de ambos territorios.

¿Qué efectos positivos y negativos tendría el tratado?

Positivos

Lo que se plantea es conseguir una regulación única que contribuya al libre comercio; es decir, cosas como los controles de los productos farmacéuticos serán iguales en ambos territorios, o el establecimiento de los niveles de calidad de prácticamente cualquier cosa, ya sean coches o incluso el etiquetado de productos, para que estén armonizados o sean reconocidos mutuamente.

Se dinamizarán los intercambios transatlánticos entre dos grandes zonas. Las tarifas aduaneras se reducirán, así como los trámites burocráticos, y será más sencillo para las empresas cerrar acuerdos en el otro territorio. Para algunas empresas, como es el caso de General Electric, que se encuentra implantada en ambos lados del Atlántico, se espera con ansia un acuerdo que les ahorraría dinero y tiempo.
Para empresas españolas

En el caso de España, los sectores que ya cuentan con un elevado número de exportaciones, disfrutarán de condiciones más beneficiosas para seguir llevando a cabo su actividad y poder incluso expandirse y encontrar nuevas formas de internacionalizarse. Actualmente existen sectores en los que las aduanas en EEUU son especialmente altas y, además, España ha de competir con otros países que no tienen que pagar estos derechos. Un buen ejemplo es el sector textil o el de productos agroalimentarios que, en teoría, podrían salir beneficiados al saltarse esta barrera. Sin embargo, hay que destacar que también supone un riesgo para algunos nichos de mercado en los que la competencia puede ampliarse y ser muy feroz; por ejemplo, en el caso de la ganadería, América cuenta con un mercado muy competitivo al que las empresas Españolas no podrían hacer frente y se correría el riesgo de perder clientes en favor de comprar importaciones de Estados Unidos más económicas.

En este aspecto, las industrias afectadas están planteando que se eliminen aduanas de forma parcial o controlada. Tampoco se ha demostrado que el acuerdo vaya a ser favorable para las pymes.

Negativos o de desacuerdo

El peligro del TTIP, tal y como defienden los detractores, es que la armonización y unificación legal de dos mercados y sociedades muy distintas, se traduzca en una pérdida de derechos en las negociaciones. Es decir; hay distintas materias de regulación en ambos territorios que son opuestas y sobre las que se deberá negociar para que haya una balanza. Esta negociación implica pérdidas por el camino para los dos territorios en materias fiscales, derechos del trabajador, regulación alimentaria, etc.

La mayoría de los detractores del acuerdo se han alineado en el movimiento Stop TTIP; en el que se incluyen Ecologistas en Acción, Attac y hasta otros 500 colectivos y movimientos políticos, así como sectores de la industria agroalimentaria. Todos ellos aseguran que el tratado se sustenta en la intención de dar respuesta a las quejas de las grandes multinacionales; las cuales denuncian pérdidas económicas muy altas por culpa de la legislación actual. Este argumento no parece suficiente para este colectivo si lo que hay en juego es una pérdida de legislación en materia de protección de los derechos de la ciudadanía y el medioambiente.
Conflictos y riesgos para cada territorio derivados del acuerdo

Veamos algunos ejemplos de situaciones en las que las posiciones de cada terriotorio son opuestas y un acuerdo podría suponer romper con la actual legislación:

Los distintos países de la Unión Europea tienen una política más dura contra los transgénicos o productos químicos peligrosos, mientras que en Estados Unidos está aceptado su uso.

La Unión Europea tiene mayores controles sanitarios y barreras comerciales en el sector sanitario o ganadero, mientras que en Estados Unidos son más laxos.

– Para la ciudadanía y empresas europeas

En materia de derechos laborales, la Unión Europea saldría perdiendo, ya que EEUU sólo ha suscrito 2 de los 8 Convenios fundamentales de la OIT, por lo que al llegar a un acuerdo se podrían suprimir algunos puntos. Además, se podrían poner limitaciones en los derechos de representación colectiva de los trabajadores, algo que ya sucede en EEUU.

Existe el riesgo de que, a nivel europeo, se lleve a cabo una rebaja salarial, si se tiene en cuenta el efecto delNAFTA; el acuerdo comercial entre EEUU, Canadá y Méjico. Los sueldos más bajos de México, que competirán directamente con Europa a partir de ese momento, podrían derivar en una tendencia de equiparación a la baja.

En materia de estándares técnicos y regulación industrial, Europa muestra políticas de precaución más estrictas que podrían quedar mermadas.

Se ha hablado también de crear una lista reducida de servicios que no pueden ser privatizados, por lo que quedaría abierta la opción de que se privaticen más servicios públicos.

– Para la ciudadanía y empresas estadounidenses

Si se llega a regular la restricción a la utilización de los carburantes menos contaminantes, EEUU verá sudependencia del petróleo en peligro; un sistema que mueve a muchas empresas y negocios del país. En este punto las negociaciones se complican.

Dependiendo de la regulación que se establezca en materia alimentaria, puede que EEUU deba renunciar al uso libre de transgénicos, y las empresas que hacen uso de ellos deban llevar a cabo un etiquetado de todos los productos modificados transgénicamente.

EEUU cuenta con una regulación más estricta en los mercados financieros, algo a lo que podría tener que renunciar. También podría darse el caso que Europa se sume a la regulación.

En sanidad, EEUU no lleva a cabo controles independientes de los medicamentos, algo a lo que deberían tener que sumarse y a lo que las empresas farmacéuticas estadounidenses muestran rechazo.

Las empresas estadounidenses deberán empezar a competir con otras empresas internacionales para laadjudicación de contratos públicos, ya que en EEUU se eliminaría la regla de preferencia nacional en esta clase de contrataciones.

La pérdida de poderes derivada del acuerdo

Pérdida de derechos del estado

Para los distintos estados de cada continente hay un riesgo a tener en cuenta. Dentro del marco del TTIP se verán en la imposibilidad de aplicar políticas distintas a las que engloban el acuerdo y, por tanto, en todo momento se verán ligados a unas normativas únicas en materia de legislación, viéndose su poder de decisión mermado en distintos frentes económicos. Además, por las características de un tratado como éste, que depende de la Unión Europea, sería materialmente imposible modificarlo en el caso de que nuevas mayorías lo soliciten.

Pérdida de derechos en el poder judicial

Esto hace referencia a la cláusula que se prevé establecer en el acuerdo, según la cual los conflictos jurídicos derivados de la actividad comercial del tratado entre las empresas y los estados, serán resueltos en tribunales de arbitraje de carácter privado. Es decir, se dejan al margen los poderes judiciales nacionales e internacionales. En esta clase de tribunales, son las empresas transnacionales las que demandan a los Estados —nunca al revés— y ellas eligen la jurisdicción, sin necesidad de tener que pasar antes por los recursos internos a nivel nacional de denuncia. Quienes forman estos arbitrajes y deciden los resultados de las resoluciones no son elegidos por la ciudadanía, ni por el estado.

¿Cómo se decidirá si se aprueba o no el TTIP?

La Comisión europea está al cargo de las negociaciones con los EEUU bajo un mandato negociador que contiene información reservada. Hasta que no concluyan las negociaciones, no se presentará el acuerdo al Consejo de la Unión; que será quien deba aprobarlo con una mayoría cualificada (55% de los Estados que representen el 65% de la población). Si se aprueba en esta fase, lo siguiente será llevarlo al Parlamento europeo y, posteriormente, ratificarlo en los Parlamentos nacionales. En ningún caso, y a pesar de que supone un acuerdo que transformará el panorama social y económico de los ciudadanos, no se prevé someter el tratado a referéndum ciudadano.


 Fuente: Business & Tech