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Reconocen mexicanos efectos negativos del tratado de libre comercio

Mi país fue el Caballo de Troya en este tipo de acuerdos, porque aquí el TLC (firmado además con Canadá y en vigor desde 1994), y por ende un tipo de ALCA, está asentado definitivamente con su carga destructora, apuntó en declaraciones a Prensa Latina el presidente del instituto cultural cubano-mexicano José Martí, Omar Castro.

El especialista, presente en el IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), refirió que con el acuerdo se suprimieron paulatinamente muchas leyes que preservaban derechos fundamentales de los trabajadores y campesinos.

Por su parte, el sindicalista azteca Alfredo Jiménez denunció como el campo mexicano ha sucumbido bajo la competencia desleal de los productos subsidiados norteamericanos, que desde el pasado año comenzaron a inundar los mercados de su país.

De esta manera, México, tradicional exportador de azúcar y maíz en el pasado, entre otros rubros, ahora compra edulcorantes y granos transgénicos al norte de sus fronteras, ejemplificó.

Al referirse a las consecuencias en el plano laboral y sindical, explicó que el estado suprimió las conquistas que los trabajadores mexicanos habían ganado en años de lucha, para hacer al país más atractivo a los inversionistas extranjeros.

En estos momentos existe una fuerte protesta en México para que no se privaticen los servicios energéticos, como los de electricidad, gas y petróleo, a los que el gobierno ha retirado toda financiación oficial para hacerlos ver como inoperantes.

Añadió que el presidente Vicente Fox durante todo su mandato ha intentado vender estos sectores, pero su ineptitud y la oposición de los movimientos sindicales y populares lo han impedido.

No obstante se redujeron los salarios mínimos y se liberó a los empresarios de asegurar las pensiones de sus empleados, mientras el ejecutivo ha comenzado a privatizar las prestaciones de la seguridad social, lamentó Jiménez.

Es decir -subrayó- el TLC en México está muy ligado a la corriente neoliberal en boga, encargada de alentar las privatizaciones y de impulsar una apertura indiscriminada de los diferentes rubros de la vida social y económica azteca al capital foráneo.

Jiménez explicó que esas condiciones han conducido a una peor distribución de las riquezas en su país, en la misma medida en que aumentó la precariedad del empleo y disminuyó el monto de los salarios.

Valoró asimismo que pasados 10 años han retrocedido las condiciones de vida de sus coterráneos en general y, sobre todo, la de los pueblos indígenas.

La economista mexicana María Luisa Aguayo dijo a su vez que estos resultados son muy similares en los demás países donde se han firmado estos tratados desventajosos, los que han devenido en estrategia estadounidense de ALCA suavizado.

Expresó que los TLC solo trajeron beneficios para un grupo minoritario de banqueros, empresarios y políticos, quienes curiosamente han visto aumentar su capital todos estos años y constituyen los abanderados de las bondades del acuerdo.

Por supuesto, el mayor beneficiado es Estados Unidos, aseguró.

Asimismo apuntó que estos acuerdos la mayoría de las veces se llevan a cabo en condiciones de secretismo total por parte de los gobernantes de turno, los que prestan sus nombres a intereses ajenos a cambio de alguna tajada.

Pero a medida que las masas populares tienen noticias de estos tratos y sufren sus consecuencias van mostrando su oposición, afirmó.

Aguayo defendió la importancia de estos encuentros que contribuyen a articular estrategias de luchas contra el ALCA, proyecto latente tras los tratados de libre comercio.

Los mexicanos lo sabemos bien, esta es otra estrategia que Estados Unidos ha inventado para poder hacer de las suyas sin que nos demos cuenta, dijo, y afirmó que la resistencia popular ha sido decisiva para retrasar los acuerdos del ALCA.

"Y que no se instaure nunca depende de nosotros", concluyó Aguayo.


 Fuente: Prensa Latina