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Relanzando el acuerdo Mercosur-Unión Europea

Por Diego Ramiro Guelar y Daniel Montamat | 2-5-22

Relanzando el acuerdo Mercosur-Unión Europea

Hoy los capítulos centrales de nuestra vinculación con Europa son inversiones y financiamiento aplicados en especial a los nuevos retos que plantea el área energética.

El conflicto europeo va a dejar huellas indelebles en la geopolítica y en la transición energética mundial. No sólo porque uno de los actores del conflicto posee el mayor arsenal nuclear, sino también porque Rusia es uno de los principales productores de energía fósil en el mundo.

Es el mayor productor y exportador mundial de gas, y el tercer productor petrolero, luego de Estados Unidos y Arabia Saudita. De los 10 millones de barriles día de petróleo que produce exporta entre 7 y 8, y la mitad a Europa.

De los más de 1000 millones de metros cúbicos día de gas que produce, exporta 643 MMm3/d, y un 70% de esas exportaciones también tienen como destino el mercado europeo, siendo Alemania el principal destino.

Europa importa el 40% del total del gas que consume y el 30% del petróleo que procesa de Rusia. Cualquiera sea el desenlace del conflicto, ya no hay dudas que la Unión Europea, y, en especial Alemania, deberá reducir la dependencia del suministro ruso. No va a ser un proceso simple.

En el menú de sustitución compiten opciones que propician la intensificación del proceso de transición a las energías verdes, con reivindicaciones que desempolvan planes y roles para la energía nuclear. Es importante destacar que las distintas propuestas no puedan soslayar la transición gasífera en una Europa que se hizo muy dependiente de la oferta rusa.

Hasta el presente el único país que ha explicitado compromisos y planes para suplir una parte de la demanda europea de gas con barcos de GNL es Estados Unidos. Proveería en principio unos 50 millones de m3/d. Pero hay mucho otros proyectos en carpeta. ¿No es una oportunidad para los recursos de gas con que cuenta el país?

El gobierno acaba de anunciar en Neuquén la construcción del primer tramo del gasoducto troncal (Tratayen-Salliqueló) que permitirá aumentar la producción de gas de Vaca Muerta. El aumento de la oferta neuquina aliviará los picos de demanda de invierno, pero el repago del caño necesita de nuevas demandas firmes que se sostengan durante el año.

¿No es la oportunidad de interesar a alemanes y europeos con un contrato de provisión de GNL a 20/30 años comprometiendo un suministro inicial de 10 millones de m3/d que puede escalar a 20 o a 30 con el tiempo?

Hoy lo precios del GNL en Europa tienen una prima de guerra, pero ya antes del conflicto estaban por encima de los 20 USD el MMBTU, y empezaban a reponerse las transacciones contractuales.

En los escenarios energéticos que presentó la administración anterior al 2030 se evaluada la posibilidad de exportar GNL con dos plantas de 10 y 20 millones de m3/d. Asumiendo costos de la planta de licuefacción de 2.7 USD el MMBTU (con un factor de utilización del 80%) era posible con precios en destino europeo de 8 USD el MMBTU pagar el gas en boca de pozo en la Argentina 3 USD el MMBTU.

Hoy el netback de un precio contractual podría partir de cotizaciones de entre 10 y 15 dólares. La factibilidad económica con las nuevas referencias de precios es mucho mayor.

El acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y la UE fue concebido hace 25 años priorizando la apertura para nuestros productos agropecuarios.

La realidad actual es que el mercado del Asia-Pacífico, con hoy incluye a Japón, India y Vietnam (como socios fundamentales) nos permiten crecer cinco veces en granos, oleaginosas, carnes, frutas y hortalizas, y tener toda nuestra producción vendida sin cuotas ni restricciones de ningún tipo en esos mercados.

Hoy, los capítulos centrales de nuestra vinculación con Europa son inversiones y financiamiento aplicados en especial a los nuevos retos que plantea el área energética. Un acuerdo como el propuesto – financiamiento de infraestructura, por unos 10 mil millones de euros, contra un contrato de abastecimiento de GNL por un tiempo pre-fijado- seria repagable en un plazo menor a 10 años y, con voluntad política, podría entrar en pleno funcionamiento en los próximos 2 años. Sería un aporte fundamental a las nuevas fuentes de aprovisionamiento de gas que hoy buscan Alemania y toda Europa.

El ministro Paulo Guedes, de Brasil, ya viajó a Bruselas y a Berlín con una propuesta semejante que puede ser asumida como complementaria a la nuestra, y, si no fuera que el Mercosur está paralizado, deberíamos estar haciendo una presentación en forma conjunta desde una Agencia Energética Regional.

Ya habrá tiempo y administraciones futuras para desarrollar este eje en común. Obrando de esta forma, movilizaríamos el interés europeo por las ratificaciones parlamentarias al Tratado Birregional que abarca a 850 millones de consumidores y que orientaría los excedentes energéticos de nuestra región hacia el Viejo Continente, abaratando su costo y redefiniendo el sentido global del vínculo.

Los actores ya presentes en la geología de Vaca Muerta (YPF, Pan American, Total, Tecpetrol, CGC, Vista, Pampa Energía, Shell, Exxon, Equinor, Chevron, Petronas, etc.), y otros que se quieran sumar, deberán delinear los planes de perforación y llevar adelante inversiones millonarias para desarrollar y certificar las reservas que requiere el proyecto.

Todo esto mientras maximizamos la producción y exportación petrolera, y generamos nuevas oportunidades de negocios a la industria petroquímica. El sector energético tiene un inmenso potencial a desarrollar que depende de ingentes inversiones. Europa y Alemania abren a ese potencial un mercado voraz y un financiamiento del que no disponemos. No dejemos pasar el tren otra vez.


 source: Clarín