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TLC Centroamérica-UE: posible favor a las transnacionales europeas

Igual que Washington exigió cambios constitucionales en estos países para concretar la aplicación de un tratado bilateral, negociado desde 2004, los europeos establecen como requisito acelerar la integración en el área y ratificar algunos convenios internacionales.

De manera similar a lo pactado con Estados Unidos, que entró en vigor en algunas de estas naciones en marzo de 2006, un tratado con el foro europeo podría afectar a campesinos, trabajadores, pequeña y mediana empresas, y otros.

Esos sectores carecen de capacidad para competir con las grandes transnacionales y sus producciones corren el riesgo de ahogarse ante la avalancha de mercancías generadas en los países desarrollados a más bajos costos, en opiuión de economistas.

Semejante situación podría presentarse en Honduras, Guatemala, República Dominicana, Nicaragua, El Salvador e incluso en Costa Rica, donde el convenio con Estados Unidos aún no cobró rango de ley.

El retorno al poder del ex mandatario Oscar Arias (1986-1990), concretado el 8 de mayo, puede traer aparejado el impulso a la legitimación de ese acuerdo en este país, que cuenta entre sus principales defensores al gobernante.

Un tratado de esta naturaleza con el bloque europeo debe ser negociado para favorecer al istmo y no a las compañías foráneas, como ocurrió antes con el tratado concertado con los gobernantes estadounidenses, insistieron.

La propuesta de la UE debe ser analizada, más valdría no adelantar las cosas y desarrollar un proceso de unificación aduanera de forma integral, consideraron seguidores de estos temas.

Esta iniciativa resultará favorable si se traduce no sólo en una apertura al libre comercio entre las naciones centroamericanas, sino también en la eliminación de las trabas impuestas al soberano tránsito de seres humanos de uno a otro territorio.

"Nosotros queremos la unidad centroamericana, pero integral, para poder insertarnos en el mundo y que nuestros pueblos tengan mejores condiciones de vida y salud", afirmó Salvador Sánchez Cerén, dirigente del salvadoreño Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

"Esa es la unidad que aspiramos los pueblos de esta subregión, no sólo ser una plaza para las grandes transnacionales", enfatizó.

Para algunos historiadores, el interés del bloque europeo en avanzar en las relaciones con esta zona recuerda las disputas entre las potencias imperialistas de finales del siglo XIX, cuando se procuraba el reparto del mundo en zonas de influencia o mercado.

Asistimos al redimensionamiento del valor de esos puntos geoestratégicos en el ámbito de la disputa contemporánea entre Estados Unidos, la UE, Japón y otras potencias, por reforzar la hegemonía comercial y política en el mundo, argumentan.

Siglos atrás, esas fueron las razones que animaron la rivalidad entre los otrora imperios coloniales- Inglaterra, Francia y el naciente Estados Unidos- y despertaron la urgencia de acortar distancias entre Oriente y Occidente.

Aún vigentes, los afanes expansivos de Washington y la competencia con sus rivales europeos en pos de mercados por el mundo constituyen el motor propulsor de las miradas sobre la "cintura de América" y la aplicación de estrategias para obtener derechos de posesión o concesiones de paso en esos puntos.

Sánchez Cerén demandó a sus compatriotas estar pendientes de las negociaciones comerciales que puedan establecerse con la UE por las desventajas que podría acarrear para los productores locales.

En virtud de lo pactado entre los gobernantes centroamericanos y Estados Unidos, los productos subsidiados del norte, exportados generalmente por las grandes transnacionales que controlan el mercado de alimentos, entrarán a estos países sin pagar impuestos.

Además, el TLC con Estados Unidos implica la venta de la soberanía, la salud, la protección ambiental y la justicia, denunció la economista costarricense María Eugenia Trejo.

Tal cosa es posible a través de los tribunales arbitrales, que serán creados en virtud del contrato y posibilitarán a los mediadores nombrados por las transnacionales y los gobiernos implicados, adoptar o modificar decisiones internas de cada país.

En México, país suscrito a un contrato similar desde 1994 con Estados Unidos y Canadá, los productores de sorgo, soja, fríjol, arroz y maíz están desapareciendo y un millón 900 mil trabajadores del agro ya fueron desplazados.

Eso muestra el modo en que puede repercutir sobre las economías menos aventajadas de Latinoamérica el ingreso de productos foráneos libres de impuestos de importación, algo que pudiera acontecer también de concretarse un acuerdo con la UE.


 source: Prensa Latina