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TLCAN 2008, el capítulo agropecuario

18-12-07


TLCAN 2008, el capítulo agropecuario

Por : EDUARDO LEAMAN

Finalmente, en unos cuantos días entrará en vigor la importación libre de aranceles de productos agropecuarios, que son a su vez constitutivos de la canasta básica mexicana.

Durante los últimos años, tanto los especialistas como los colectivos campesinos, han pugnado por excluir el capítulo agropecuario del TLCAN, que permitirá a partir del 1 de enero de 2008 la apertura de las fronteras mexicanas a la importación libre de maíz, fríjol, azúcar de caña y algunas otras hortalizas.

Situación que sin duda, y dadas las circunstancias del campo en México, pondrá en una gran vulnerabilidad a millones de Mexicanos.

De acuerdo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que entrara en vigor el 1 de enero de 1994, signado entre Canadá, Estados Unidos y México bajo la premisa de : "Eliminar barreras al comercio, estimulando el desarrollo económico y dando a cada país signatario igual acceso a sus respectivos mercados", así como de, "facilitar el cruce por las fronteras del movimiento de bienes y servicios entre los territorios de los países miembros", el 1 de enero entra la prevista liberación arancelaria.

Evidentemente y a medida que el plazo se acercaba, se han reforzado las protestas campesinas en torno a esta disposición, considerando las grandes desventajas y asimetrías económicas y de capacidad de producción, que significa para los campesinos la entrada en vigor de esta disposición.

Las desventajas tecnológicas del sector agropecuario mexicano, frente al subsidio a los productores estadounidenses, hace más evidentes las asimetrías y no muestra un panorama precisamente alentador.

De acuerdo con algunos especialistas, la entrada de la liberación arancelaria de 2008 generará una serie de situaciones encadenadas : afectaría a cinco millones de productores que, con sus familias suman alrededor de 25 millones de mexicanos, caerían en la "incompetitividad económica" frente a la importación masiva de leche, trigo, fríjol y maíz.

Consecuentemente esto generaría desplazamientos desde las zonas marginales y vulneradas, lo que aumentaría los flujos migratorios.

Mientras que cierto sector articulado y empresarial de la actividad agropecuaria mexicana ve el 2008 con optimismo e incluso como un reto para la competitividad, hay que tener claro que representan solamente a un segmento de esa enorme población cuya actividad primigenia es la agricultura : como forma de subsistencia y como parte de su autonomía alimentaria.

Sin embargo, tal parece que el tema de la soberanía alimentaria sigue siendo una tarea pendiente de México. El maíz no es solo el alimento por excelencia de México, no es solo el icono cultural que nos acompaña desde nuestro pasado prehispánico, es sencillamente el elemento integrador de nuestros procesos económicos y culturales primigenios, y el sustento y actividad principal de millones de mexicanos.

Por ello, la diatriba en torno a la liberación arancelaria adquiere muchos visos que deben considerarse, para poder ampliar e integrar una visión real de lo que nos espera. La no disposición a renegociar el capítulo agrícola por parte de los otros países integrantes del Tratado, manifiesta de alguna manera la voluntad política y la intención de nuestros "socios comerciales".

Es claro que México, a pesar de su gran riqueza en biodiversidad, se enfrentará ante claras desventajas cuando ingresen a nuestro país productos subsidiados a menor precio, y que son artículos de primera necesidad e integrantes de la canasta básica.

Ahora lo que se espera, es el acucioso ejercicio de la responsabilidad que frente a esta inminente situación tienen los legisladores integrantes de la Comisión de Desarrollo Rural.

Acaso habrá que tener claro el artículo 23 de la Ley de Comercio Exterior, en cuyo artículo transitorio No. 4 precisa a la letra que "el Ejecutivo federal establecerá un sistema de alerta oportuna para informar al Congreso de la Unión periódicamente sobre la importación de mercancías vulnerables".

Advierte que en la Secretaría de Economía recaerá la responsabilidad de especificar y publicar el volumen o valor de los cupos de importación, tomando en cuenta las condiciones de abasto y la oferta nacional.

La cuenta regresiva a iniciado y tal parece que nuevos escenarios de vulnerabilidad social se harán visibles en México.


 source: Novedades de Quintana Roo