América Latina Mejor Sin TLC | 4 de Noviembre, 2025
Esteban Silva: “Los TLC han profundizado la dependencia de América Latina»
El Coordinador de la Plataforma presentó en Asunción, Paraguay, una ponencia clave durante el «I Foro Regional: Libre Comercio, Territorios Subordinados» realizado los días 23 y 24 de octubre de 2025. El texto enfatiza que los Tratados de Libre Comercio (TLC), tras más de tres décadas de aplicación, han consolidado un modelo de dependencia estructural.
Para descargar la ponencia completa ingrese AQUÍ.
Estos acuerdos han debilitado la capacidad de los Estados para garantizar derechos fundamentales (económicos, sociales y ambientales) al imponer un marco normativo al servicio exclusivo de las corporaciones. Desde la Plataforma, Silva reafirmó que los TLC son instrumentos de la dominación imperial en el siglo XXI y que refuerzan la crisis climática mediante un extractivismo que subordina a la región.
A lo largo de su ponencia, Esteban Silva señaló que los Tratados de Libre Comercio se presentaron desde finales del siglo XX como la vía “natural” para la inserción de América Latina y el Caribe en la globalización, prometiendo modernización, crecimiento y empleo. Sin embargo, sostuvo que el balance es contundente, pues estos acuerdos han profundizado la subordinación de las economías latinoamericanas al capital transnacional concentrado.
La consigna “Mejor sin TLC”, explicó Silva, sintetiza la crítica política y civilizatoria que la Plataforma levanta frente al orden económico global y su expresión imperial dominante. En su esencia, estos acuerdos no funcionan como mecanismos de cooperación, sino como instrumentos jurídicos del capital global diseñados para asegurar el control de los mercados, los recursos naturales y las decisiones soberanas. Esto ha implicado una “renuncia parcial a la soberanía jurídica y económica” de los Estados, donde el derecho público se subordina al derecho privado transnacional.
En la misma línea explicó que el libre comercio, lejos de promover la diversificación productiva, ha consolidado en la región una nueva forma de dependencia y reprimarización. Los TLC refuerzan la estructura desigual del comercio internacional, obligando a las economías periféricas a exportar productos primarios de bajo valor agregado, mientras importan bienes manufacturados con alto contenido tecnológico. Los capítulos de inversión y propiedad intelectual introducen una “transferencia permanente de valor hacia el centro” y una “superexplotación estructural del trabajo”, según la teoría de Ruy Mauro Marini. Las consecuencias sociales son devastadoras: los países que más liberalizaron su comercio enfrentan hoy desindustrialización y precarización laboral. En el ámbito rural, la competencia con productos subsidiados del Norte ha destruido la agricultura familiar y acentuado la pérdida de soberanía alimentaria en la región.
Un punto central de la crítica expuesta en el foro de Paraguay es la conexión entre libre comercio y crisis climática. En ese sentido, Silva afirmó que la Plataforma América Latina y el Caribe Mejor Sin TLC advierte que los TLC refuerzan un modelo extractivista-dependiente que percibe la naturaleza solo como un “recurso exportable”. Al clasificar las normas ambientales como “barreras al comercio”, estos acuerdos obstaculizan la implementación de políticas ecológicas necesarias y una transición energética justa. Los TLC promueven megaproyectos mineros y agroindustriales que intensifican la deforestación, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Los nuevos pactos, como el Acuerdo Chile–Unión Europea, perpetúan esta lógica neocolonial bajo un discurso “verde”, buscando el acceso privilegiado de Europa a recursos estratégicos para su “transición verde”.
Frente a la crisis actual del imperialismo, la Plataforma llama a construir una alternativa basada en la democracia económica, la justicia social y la integración soberana en América Latina y el Caribe. Las luchas contra el neocolonialismo económico se articulan con la disputa por la soberanía sobre los bienes comunes estratégicos, incluyendo el agua, el litio y la biodiversidad. Organizaciones como la CELAC Social han exigido que los países denuncien estos tratados y salgan del CIADI, reafirmando la soberanía de los pueblos frente al poder corporativo global. La ponencia de Esteban Silva Cuadra subraya que la resistencia a los TLC es parte integral de una batalla civilizatoria por la autodeterminación y la construcción de un orden mundial solidario y sustentable. Es fundamental la confluencia de movimientos sociales, trabajadores y fuerzas políticas para construir y levantar juntos estas alternativas.