Los primeros síntomas del CAFTA-DR

Los primeros síntomas del CAFTA-DR

Joaquín Rivery Tur, 27-2-08

Colaborador de Rebelde

Febrero 27, 2008, 10:00a.m. - Después de las turbulencias sociales estremecedoras de toda Centroamérica y República Dominicana, cuando las protestas masivas contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (CAFTA-DR, por las siglas en inglés) prácticamente obligaron a los gobiernos a imponer el documento y el de Costa Rica se vio obligada a un referendo no exento de trampas y manipulaciones, ya empiezan las quejas por la vigencia del fraude.

Parece que todos los males de un convenio parecido suscrito por Estados Unidos y Canadá con México (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN), concretamente las vicisitudes de los mexicanos de a pie, el desempleo, el aumento de la pobreza y la virtual destrucción de la agricultura, no sirvieron de ejemplo a las autoridades centroamericanas a la hora de aceptar todo lo que Estados Unidos demandaba de ellas.

De las naciones de América Central no es fácil esperar el reconocimiento de los males. A la clase rica, subordinada generalmente a los vínculos con el gran capital estadounidense, no le interesa divulgar la verdadera esencia de lo que firmaron y van a tratar de esconder las verdades.

A un año de la entrada en vigor del CAFTA-DR, por República Dominicana se escuchan ya los primeros lamentos de las consecuencias del documento alegre, provocador de las sonrisas en las lujosas oficinas de las transnacionales.

En un año de vigencia del convenio, Dominicana ha perdido ingresos fiscales serios por la eliminación de los aranceles a productos norteamericanos, sin ver disminución en los precios tan prometida cuando se negociaba.

La Dirección General de Aduanas (DGA), en un balance sobre el pacto, reveló que el fisco dominicano ha dejado de percibir en los últimos 12 meses 2.539 millones de pesos (más de 76 millones de dólares). Eso en un país pobre necesitado de medios para dedicar a los problemas sociales de solución eternamente aplazada.

Las importaciones de Estados Unidos, Puerto Rico y las Islas Vírgenes (de corporaciones norteamericanas llevan la parte del león de las exenciones tributarias con 2.217 millones de pesos (cerca de 67 millones de dólares), según las cifras oficiales.

Entre los daños “colaterales”, la aduana suma 317 millones 800 mil pesos (9,5 millones de dólares) por impactos sobre los impuestos selectivo y de transferencia de bienes y servicios.

A los países centroamericanos signatarios del DR-CAFTA apenas corresponden dos millones 200 mil pesos (poco más de 66 mil dólares) de desgravación, por lo que su incidencia es casi nula en el comercio de República dominicana, pues ninguno de ellos produce artículos en industrias desarrolladas.

Añádase a esto la disminución de las exportaciones de textiles y bienes producidos en zonas francas dominicanas.

Los datos computados sobre el CAFTA-DR todavía no dicen nada de Centroamérica y no se sabe, por ejemplo, cuántas empresas han pasado a manos norteamericanas, cuántos bancos han dejado de ser nacionales, qué leyes ambientales han dejado de funcionar en el primer año de tratado, ni se sabe de los efectos sobre la agricultura, cuyos productos entrarán en desgravación más adelante.

Los primeros datos son molestos, reveladores de las desventajas de firmar tratados con vecinos de tanto poder y es normal que los ricos enlazados con Estados Unidos estén contentos, aunque las grandes masas siguen estallando.

source : Radio Rebelde

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