¿Se acerca el fin de la era del libre comercio?

13-6-08

¿Se acerca el fin de la era del libre comercio?

La sugerencia de la agencia Bloomberg se basa en distintos factores que allanan el camino al sentimiento proteccionista: temores de seguridad nacional, inquietud por la suficiencia y seguridad alimentaria y la intención de proteger las fuentes domésticas de empleo y el medio ambiente

Tras seis décadas de continua expansión del comercio internacional, la marea alta del libre comercio parece comenzar a menguar.

Mientras decenas de miles de surcoreanos protestan por las importaciones de carne estadounidense sospechada de estar infectada con el “mal de la vaca loca”, los crecientes precios de los commodities empujan a las naciones a tomar medidas para asegurar el abastecimiento doméstico y Estados Unidos encara una elección presidencial en la que el ganador quitaría el apoyo al libre comercio que sus antecesores predicaron, el mundo empieza a hacerse la idea de que enfrenta la finalización de un ciclo que comenzó luego de la Segunda Guerra Mundial.

La liberalización del comercio global está protagonizando un “violenta freno”, según dijo Fred Bergsten, Director del Peterson Institute for International Economics en Washington. “Tomará años reconstruir los fundamentos de las políticas de libre comercio”, agregó.

La causa parece ser más de índole política que económica. “Estamos en una era en la que es todo un desafío formar parte del ala de libre comercio de cualquier partido, sea el país que sea”, afirmó Susan Schwab, Representante de Comercio de Estados Unidos. “Es cada vez más difícil estar a favor de la apertura comercial, se esté en India, en la Unión Europea (UE) o en China”, amplió.

La nueva tendencia es producto de la convergencia de preocupaciones relacionadas con el comercio: temores de seguridad nacional, la inquietud por la seguridad y suficiencia alimentaria, el deseo de proteger las fuentes domésticas de empleo y el medio ambiente.

La era comercial moderna data de fines de la década del 40, cuando Estados Unidos y Gran Bretaña forzaron el establecimiento de una organización global para evitar la política de “pedir a tu vecino” que solía ser objeto de críticas por exacerbar la Gran Depresión. Este consenso devino en el Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), que luego se convertiría en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Hoy, las negociaciones de la OMC, enmarcadas en la Ronda Doha de diálogo comercial, se encuentran estancadas sobre todo debido a los subsidios agrícolas de Estados Unidos y la UE y a la reducción de los derechos industriales por parte de las naciones emergentes. “La Ronda Doha no está muerta aún, pero está siendo empujada hacia el geriátrico”, ironizó Doug Goudie, Director de Comercio Internacional de la Asociación Nacional de Manufactureros en Washington.

Por su parte, la UE manifestó esta semana su inquietud por la “re-emergencia del sentimiento proteccionista en Estados Unidos”, luego de que el Congreso aprobara la nueva ley agrícola por la cual se otorgan subsidios por 289.000 millones de dólares al agro. La legislación n”lleva a la política agrícola estadounidense hacia la dirección opuesta a la que apuntan las decisivas negociaciones de la OMC”, señaló un grupo de países exportadores agrícolas liderados por Brasil. “La competencia injusta que suponen los subsidios entorpece la liberalización del mercado”, añadió.

Las reservas sobre un nuevo acuerdo en la OMC están creciendo, convirtiéndose en aversión general con respecto al libre comercio en muchos países, incluidos Francia e Italia, donde las importaciones baratas son culpadas por la pérdida de empleos. Esto provoca que muchos gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, replanteen sus políticas de libre comercio.

La cuestión de los acuerdos comerciales bilaterales también es un signo del debilitamiento de la confianza en el libre comercio. El estancamiento del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia en el Congreso estadounidense “mina los fundamentos de la política comercial de Estados Unidos”, dijo Bergsten, quien agregó que crea una pérdida en la confianza en el país norteamericano. Luis Guillermo Plata, Ministro comercial de Colombia, indicó que el rechazo del acuerdo es casi equivalente a imponer “sanciones comerciales” a uno de sus principales aliados latinoamericanos.

En Corea del Sur, una jugada comercial por parte del Gobierno ha llevado a la destrucción de la enorme popularidad con la que contaba el Presidente Lee Myung-bak cuando asumió su cargo, apenas cuatro meses atrás. Multitudinarias protestas se han desarrollado en las calles de Seúl, en principio para manifestarse en contra del pacto cárnico con Estados Unidos, pero que luego evolucionaron en masivos reclamos contra el TLC con el mismo país y en el pedido de dimisión por parte del mandatario.

El 60% de incremento en el precio del arroz, el trigo, el maíz y otros commodities alimentarios desde inicios de 2007 ha llevado a muchos países a erigir barreras a la exportación para garantizar el suministro interno. India, el segundo productor mundial de arroz y trigo, ha prohibido los embarques de granos. Egipto, Vietnam e Indonesia también han bloqueado ciertos envíos de alimentos.

“Por mucho tiempo, tuvo sentido comprar alimentos en el mercado internacional”, señaló Arthur Yap, Ministro de Agricultura de Filipinas. “Ahora la situación ha cambiado”, sentenció, reforzando la idea de la independencia alimentaria que predica su Presidenta.

“El libre comercio siempre ha sido atacado. La pregunta ahora es: ¿cuán alto es el nivel de esta nueva amenaza?”, concluyó Doug Irwin, Historiador económico del Dartmouth College en Hannover y autor de “Libre comercio bajo fuego”.

source : ADN Mundo

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