Colombia: no habrá en Guayaquil plato de lentejas

Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA

Después de una pequeña pataleta, el gobierno aceptó
asistir a la ronda de Guayaquil. Estados Unidos prometió
que habría una reunión bilateral sobre el tema agrario
unos días antes de la ronda final en Washington. Con la
asistencia a Guayaquil y la aceptación de dejar para el
último día un tema en el cual según los gremios no se ha
avanzado nada en las anteriores rondas, queda ratificado
que Estados Unidos no ofrecerá el plato de lentejas sino
hasta que el gobierno de Uribe haya claudicado totalmente
y también queda claro que el gobierno está dispuesto a
sacrificar, sin ningún asomo de dignidad, cualquier cosa
con tal de firmar el TLC.

A mediados de mayo afloró una importante inconformidad
entre los productores de palma, cereales y soya,
agrupados en Fedepalma, Fenalce y Coagro, quienes dijeron
que no había garantías para seguir en la negociación del
TLC. Con sus reclamos indignados denunciaron que los
negociadores del TLC abrieron la puerta a los
exportadores norteamericanos, violando lo acordado con
los productores colombianos. Señalaron que esta es una
negociación absurda y desordenada que afecta no solamente
a los productores de trigo y soya sino a todos los
cereales. Estas declaraciones se motivaron en el hecho
de que los negociadores colombianos ante la permanente
inmovilidad norteamericana, que no ha respondido ninguna
de sus solicitudes y ofertas, entregaron en forma
unilateral, después de la ronda de Lima, una nueva oferta
agraria que, aunque fue calificada como una "mejora
técnica" por el ministro de agricultura, en realidad
significaba por enésima vez buscar estimular la
"generosidad norteamericana", haciendo concesiones, está
vez anunciando el sacrificio de los cereales y el aceite
a cambio de que EEUU facilitara la compra de productos
como tabaco y cigarrillos, etanol y hortalizas.

En la nueva oferta Colombia planteo nuevas concesiones en
trigo, soya, cebada y cereales. En trigo ofreció pasar de
una desgravación en 10 años a una en 5 y permitir un
contingente de 200.000 toneladas con crecimiento del 2
por ciento anual. Propuso abrir inmediatamente el mercado
para cebada maltera y cerveza, dar un cupo de importación
de 55.000 toneladas de torta de soya de las 400.000 que
se importan. En oleaginosas ofreció una salvaguardia
temporal válida solamente durante el periodo de
desgravación y pidió a los norteamericanos un cambio en
sus normas técnicas para facilitar el ingreso del aceite
colombiano al mercado estadounidense.

Los productores de soya denunciaron que se pretende que
Colombia importe toda la soya que consume y de paso
facilitar la llegada masiva de la torta y la harina de
soya.

Al parecer en Lima se había acordado llevar una propuesta
que incluía periodos de desgravación de 20 años para los
productos sensibles, defensa de las franjas de precios y
salvaguardias permanentes. Pero estas posiciones no dejan
de ser retóricas cuando en la maleta que llevaban a
Guayaquil los negociadores colombianos incluían la
protocolización del abandono definitivo de las franjas de
precios. Los agricultores denunciaron también que en Lima
se entregó un arancel base muy bajo, se cedieron
contingentes sin contraprestación alguna y postularon que
una alternativa a considerar debía ser no firmar el TLC.

Días después, el 16 de mayo, el ministro de agricultura
en un aparente retroceso que suscito una crisis interna
en el gobierno dijo que había que corregir este
cortocircuito y que de pronto podría haber un TLC menos
profundo para el agro, que lo propuesto se podría
replantear pues no estaba grabado en piedra y que la
oferta colombiana se sostenía sólo si Estados Unidos
accedía a las peticiones colombianas en tabaco, etanol y
hortalizas. Esto suscitó la molestia del ministro de
Comercio quien llegó a considerar su renuncia. Ante la
crisis Rudolf Hommes, otrora eminencia gris del gobierno
acusó a minagricultura de poner en peligro el TLC y al
presidente Uribe de estar indeciso, indecisión que fue
llamada por el diario El Tiempo como "una cierta actitud
de contemplación". El citado diario se quejó de las
desavenencias y falta de coordinación del gobierno y
llamó a los "muchos ganadores a que se pronuncien contra
el activismo de los pocos perdedores. El minagricultura
llegó a plantear que EEUU debía concretar el tema lácteo,
ofrecer algo en azúcar y en síntesis que Colombia no
haría más propuestas hasta que no hubiera respuestas de
Estados Unidos.

La reacción norteamericana fue excluir el tema agrario de
la ronda de Guayaquil, programar citas bilaterales en
fechas diferentes con Perú y Ecuador y en represalia no
definir el día para la cita con la delegación colombiana.

De esta manera, la atención se concentró no en la
gravedad de las exigencias de Estados Unidos sino en su
negativa a acordar una reunión. El negociador colombiano
de agricultura que habla todos los días con su homóloga
de Estados Unidos no lograba arrancarle la cita y ella
solo daba "vueltas y vueltas". En agro ya no se pide
eliminación de barreras o mecanismos de protección sino
solamente que los atiendan, así sea para humillarlos.

Esto llevó a la crisis de la negociación pues se ha
desplomado toda la demagogia que se había hecho desde la
SAC y el ministerio de agricultura sobre los intereses
ofensivos de Colombia, sobre el agro como ganador del TLC
o sobre las enormes posibilidades de acceso al mercado
estadounidense.

En esas circunstancias y ante la incapacidad de EEUU de
concretar alguna oferta por la indefinición del Cafta, la
negociación se paralizó. El ministro Arias aceptó que "El
gobierno se siente solo en la negociación del TLC" y
llamó a que los ganadores salieran a defender el tratado,
para lo cual enumeró al azúcar, las flores y las
confecciones. Para acrecentar la soledad del gobierno,
Asocaña, en lugar de salir a apoyarlo dijo que su sector
no se siente ganador pues no se sabe que pasará con el
Cafta y lo mismo Asocolflores que dijo que no sabía que
obtendrá finalmente su sector.

El gobierno colombiano se quedó hasta la víspera de la
cita de Guayaquil, esperando alguna señal de Estados
Unidos que le sirviera como plato de lentejas para
justificar la continuación en las negociaciones.

La atención prestada a la intransigencia americana en el
tema agrario ha ocultado otro temas igualmente graves en
la negociación y que presagian graves pérdidas para el
país. En esos mismos días la convención Nacional de Acopi
se quejó de la indiferencia de los equipos de negociación
ante las peticiones de las Pymes, especialmente alertó
ante el peligro de que no sean protegidas las 160
partidas propuestas por Acopi como extremadamente
sensibles en materia de importación de usados. Para hacer
más gris el panorama se anunció que a la Ronda de
Guayaquil EEUU no llevará respuesta en medicamentos y
biopiratería y que no se han solucionado las diferencias
en otros varios temas como telecomunicaciones, cultura,
biodiversidad, compras estatales etc y según informes
provenientes de Quito, las telecomunicaciones y la aduana
también quedarán excluidas de la ronda de Guayaquil.

Ante esto, la junta directiva de la Sociedad de
Agricultores de Colombia (SAC) decidió el miércoles
abstenerse de continuar en las negociaciones (léase en el
cuarto de al lado) hasta que las autoridades de EEUU no
fijen una fecha para discutir las posiciones colombianas,
aunque sepan muy bien que discutirlas no significa
aceptarlas. Estados Unidos respondió que esperaba una
propuesta global y fue tan arrogante su posición que un
gremio como la SAC que ha acompañado al gobierno en todo
el proceso negociador tuvo que denunciar "la poca
disposición del gobierno de EU para avanzar en las
negociaciones agropecuarias hasta tanto Colombia coloque
sobre la mesa todo su capital negociador en beneficio de
ese país de manera unilateral y sin contraprestación".

Cuando estados Unidos habla en ese tono quiere decir:
rendición incondicional y cuando el gobierno colombiano
habla de no ir a Guayaquil está remitiendo todo a la cita
de Washington a mediados de julio próximo en la cual
Estados Unidos haciendo uso de toda su capacidad de
presión doblegará a un gobierno dócil, vulnerable y que
desde el primer día supo que no habría TLC si no es a la
medida de las exigencias estadounidenses y que sin
embargo sometió al país a un costoso e irresponsable
proceso de negociación.

A pesar de lo que afirman los negociadores colombianos de
que algunas mesas como la agrícola requieren más trabajo,
lo cierto es que todas las cartas están sobre la mesa y
lo que hace falta es firmar las exigencias
norteamericanas.

Desde el punto de vista de nuestra Red conviene aclarar
un aspecto importante que además ha sido motivo de
controversia en el país. Es cierto que en este episodio,
como en otros, aparece la resistencia de ciertos gremios
particulares lo cual para nosotros es una prueba más de
la inconveniencia del Tratado. Sin embargo, tenemos claro
que no se trata solamente de esa resistencia sino, como
lo acabamos de señalar, de muchos otros perjuicios que ni
siquiera se pueden asociar con sectores particulares
afectados. Se trata, ante todo del conjunto del tratado
su filosofía y sus objetivos que para nosotros debe ser
rechazado, justamente en defensa del interés público, de
los intereses generales de la nación.

El ambiente andino no es más favorable, el mismo
negociador peruano no descarta una prolongación de las
negociaciones hasta septiembre en Ecuador el presidente
del Congreso, Wilfrido Lucero, consideró ayer que los
ecuatorianos deben opinar a través de una consulta
popular sobre el TLC que se negocia con los EEUU y
criticó la falta de información por parte de la anterior
comisión negociadora del TLC, que ahora ha sido
sustituida por otro grupo.

Las movilizaciones y el descontento aumentan en toda la
región. En Lima a finales de mayo tres gremios agrarios
del Perú realizaron un paro de 48 horas en rechazo a las
negociaciones con participación de los productores de
algodón, arroz y papa, quienes consideran que el pacto
los llevará a la ruina ante la competencia desleal de sus
subsidiados para norteamericanos y preveen el inicio de
un paro por tiempo indefinido a comienzos del venidero
mes de julio. En Ecuador la indefinición del gobierno ha
aumentado el margen de acción de los opositores al
Tratado y en Colombia centenares de organizaciones
aumentan su condena al tratado y exigen una consulta
popular.

Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el
ALCA, Recalca
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source : RECALCA

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