QUITO, (AFP) - Los sectores sociales acorralan con protestas al presidente, Alfredo Palacio, para impedir un TLC con Estados Unidos, aunque sin ofrecer alternativas a un acuerdo que el gobierno considera vital para un país rodeado de vecinos con economías sólidas y abiertas al exterior.

Las paralizaciones promovidas por los indígenas, principalmente, arrastran a Palacio hacia una encrucijada: si firma, se va del poder -como sentencian sus contradictores- y si no lo hace, el país podría padecer la peor crisis económica de la historia, como advierten varios gremios. Sin atender a la amenaza de los nativos, Palacio se apresta a cerrar las negociaciones el 23 de marzo en Washington, donde se reunirán las delegaciones de ambos países para destrabar las discusiones en el tema agrícola y de propiedad intelectual.