Lejos del ALCA, Washington profundizó los acuerdos bilaterales en 2006

El año que se evapora dejó algunas definiciones, otras certezas y muchas incertidumbres por delante.

De forma definitiva, los países de la región, comandados por Brasil, Venezuela y Argentina, le dijeron que no al proyecto integrador comercial liderado por Estados Unidos: el Área de Libre Comercio de las Américas.

El veto de estos países al esfuerzo continental se encontró con una respuesta a nivel bilateral de Washington: cerró acuerdos de libre comercio con Perú y Colombia, que deberán ser aprobados en 2007 por el Congreso estadounidense; y por último, Panamá, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana (los dos últimos aún tienen que ser aprobados por los parlamentos locales).

Por otra parte, el Gobierno uruguayo anunció que el 27 de enero firmará con Estados Unidos el acuerdo mutuo de comercio e inversiones, bautizado TIFA en inglés, que según la versión de Montevideo no afectará su permanencia dentro del Mercosur, pero que seguramente no facilitará las relaciones hacia dentro del bloque ya que en una etapa posterior, tal como lo admitió el Ministro de Economía Danilo Astori, el TIFA puede desembocar en la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Washington.

Esa hipotética firma implicaría la ruptura de Uruguay con el Mercosur, según advirtieron sus dos principales socios regionales, Argentina y Brasil. En cambio, el Canciller de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, descartó el viernes la firma de un acuerdo de libre comercio bilateral con Estados Unidos al afirmar que su país sólo mantendrá negociaciones con terceros países por tratados comerciales "en el contexto del Mercosur".

La novela andina

Por otro lado, Perú y Colombia comienzan 2007 con el objetivo de seducir al nuevo Congreso estadounidense para que apruebe la entrada en vigor del TLC, al tiempo que realizan un esfuerzo diplomático por mostrar su alineamiento hacia una política de intereses con Washington en la que la relación con el Ejecutivo estadounidense forma parte del paquete de lineamientos básicos de la dirección económica de esos países.

El asalto al Congreso de los demócratas modificó un sí seguro por una posible revisión de algunos capítulos como el laboral. Parte de los esfuerzos de los gobiernos peruano y colombiano deberán ir direccionados hacia ese apartado que es de sumo interés para el Partido Demócrata y que de no ser solucionado podría traer más complicaciones que resoluciones positivas.

El año que concluye cerró con la aprobación de la extensión de las preferencias andinas, un beneficio arancelario del que gozan Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú por su lucha por la erradicación de las drogas. El ATPDEA, por su sigla en inglés, vencía a finales de este año y fue renovado por seis meses con la posibilidad de extensión para aquellos países que estén en negociaciones con Estados Unidos. Es decir que de no prosperar el diálogo con Bolivia y Ecuador, en julio estos países se quedarían sin una fuente importante de ingresos.

Panamá finalizó la semana pasada las negociaciones con Estados Unidos para la firma de un tratado de libre comercio que, según la afirmación oficial, dejó satisfecha a la mayoría de los sectores económicos del país.

El acuerdo pudo avanzar luego de dos años de negociaciones, cuando Washington desistió de su exigencia de desconocer las leyes de sanidad animal vigentes en Panamá.

Panamá ya tiene tratados de libre comercio con El Salvador, Taiwán y Chile, y actualmente también negocia con sus vecinos centroamericanos, para luego apuntar hacia Europa.

source : ADN Mundo

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