El Tratado entre México, los Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es un acuerdo de libre comercio e inversión amplio que entró en vigor el 1 de julio de 2020. Reemplaza al entonces pionero Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se implementó el 1 de enero de 1994.
NAFTA fue una expansión del Tratado de Comercio entre Canadá y Estados Unidos de 1989, y fue visto como un hito en cuanto a establecer niveles más altos en una serie de sectores, en especial agricultura, inversión, propiedad intelectual y servicios.
El TLCAN, calificado de “sentencia de muerte” para los campesinos y pueblos indígenas mexicanos, ha provocado una resistencia fuerte y sostenida de un amplio espectro de la población mexicana. Fue uno de los catalizadores del levantamiento zapatista. Desde que entró en vigor, el maíz barato subvencionado de los Estados Unidos inundó el mercado mexicano, vendido a precios por debajo del costo de producción, con lo cual los campesinos no pueden competir. Casi dos millones de empleos se perdieron en el sector agrícola en el TLCAN durante los primeros diez años: esto ha llevado a desplazamientos masivos, pobreza y hambre.
Los mecanismos del Arbitraje de Controversias entre Inversionistas y Estados (ISDS por sus siglas en inglés) —en las cuales un inversionista de uno de los países signatarios puede demandar al gobierno de otro país signatario por acciones u omisiones que aduzca interfieren con su derecho a obtener ganancias— ha sido motivo de preocupación por la forma en que el tratado promueve los intereses de las empresas transnacionales y limita la capacidad de los gobiernos de regular la economía en función de consideraciones sociales, ambientales o de otro tipo.
El mecanismo ISDS ha cobrado su cuota a México y a Canadá, los cuales han sido llevados a juicio 20 y 27 veces, respectivamente, casi siempre por inversionistas estadounidenses.
El TLCAN ha sido criticado también por promover salarios bajísimos y precarias condiciones de trabajo, sobre todo a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, donde más de 3 mil maquiladoras emplean a más de un millón de mexicanos, sobre todo mujeres que ganan unos 5 dólares al día.
El 1° de enero del año 2008 se produjo la apertura definitiva de los aranceles en materia agrícola dentro del TLCAN y por ese motivo las organizaciones campesinas declararon la “guerra total” al acuerdo comercial con EUA y Canadá argumentando que están en peligro la soberanía y la seguridad alimentaria del país. Esto llevó a que los primeros meses del 2008 se realizaran importantes manifestaciones en todo México contra el TLCAN por parte del movimiento campesino.
La campaña presidencial de Trump en 2016 hizo un llamado a que terminara el TLCAN. En cambio, el nuevo gobierno estadounidense decidió hacerle ajustes al acuerdo y comenzó un proceso de renegociación en mayo de 2017.
El T-MEC se firmó el 30 de noviembre de 2018, después de que Estados Unidos se enganchó en acuerdos separados con Canadá y con México. México ratificó el acuerdo en junio de 2019. Sigue pendiente la ratificación por parte de Canadá, y está empantanado en Estados Unidos, debido a las preocupaciones de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, en torno a los derechos laborales, el ambiente y algunos puntos relacionados con los fármacos.
El T-MEC es criticado por ir mucho más allá en la liberalización del comercio que el TLCAN. las organizaciones campesinas dicen que privilegia a las grandes corporaciones agroindustriales por sobre los agricultores familiares y el ambiente (incluido el cambio climático). Se limitará la información pública respecto de los químicos utilizados en la agricultura y también el etiquetado de los alimentos. En mayo de 2017, muchos grupos se reunieron en la ciudad de México y llamaron a impulsar un nuevo modelo de integración, cooperación e intercambio entre las naciones que respete los derechos humanos, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales.
El nuevo TLCAN sigue el lenguaje propuesto por Estados Unidos para la propiedad intelectual y el comercio electrónico que existe en el Acuerdo Transpacífico , hoy Acuerdo Transpacífico Integral y Progresivo sin Estados Unidos. Esto forzará a México a adherirse al Convenio UPOV 91 —reglas relacionadas con la protección de variedades vegetales parecidas a las patentes que impiden que los campesinos guarden e intercambien sus semillas. El acuerdo proporciona un mínimo de diez años de exclusividad comercial para biomedicinas de avanzada, que incluyen tratamiento contra el cáncer e incluso vacunas, más allá de los 20 años de protección concedidos or los estándares de los Aspectos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio o ADPIC. También restringe las politicas de localización de datos y prohibe las restricciones a las transferencias de datos transfronterizas, procedimientos que pueden utilizarse para mantener dentro de ciertas jurisdicciones locales la información personal delicada, tal como la que contiene datos de salud, y otros.
Los negociadores argumentan que han asegurado un progreso arrasador en la proteccion laboral. Sin embargo, no se han fijado hay mecanismos de cumplimiento claros, así que lo que hay es un poco más que directrices voluntarias.
El mecanismo ISDS entre Estados Unidos y Canadá, y entre México y Canadá, se retiró —aunque sigue vigente en el TPP, al cual ambos países pertenecen. NUevos procedimientos reemplazarán los ISDS entre estados Unidos y México. Los expansivos derechos con que contaban los inversionistas terminarán en gran medida. Sólo se permitirán limiados reclamos después de agotar los remedios locales. Pero los mecanismos ISDS siguen ahí entre los dos países en lo tocante al sector de gas y petróleo mexicanos.
Textos finales: https://www.bilaterals.org/?tratado-entre-mexico-estados&lang=es
actualización: agostp de 2021
Fóto: Jim Winstead/CC BY 2.0