Los TLCs de los Estados Unidos son, junto con los de la Unión Europea, los de mayor alcance en términos de lograr un cambio sustancial -o bases legales para ello- en las políticas sociales y económicas de otros países, estableciendo normas favorables a los Estados Unidos en materia de privilegios a los inversionistas, protección ambiental, derechos de los trabajadores, propiedad intelectual, desregulación de las industrias de servicios y privatización en general, donde sea que se firmen.
Algunos son más amplios que otros, como los más recientes. También siguen un patrón, y los más radicales “hasta la fecha” sirven de modelo para los que les siguen.
Antes del año 2000, los Estados Unido registraban solamente tres TLCs amplios: Canadá, Israel y México.
Desde el año 2000, Estados Unidos ha concluido TLCs con Australia, Bahrein, Chile, Colombia, Jordán, Corea, Omán, Marruecos, Singapur, Panamá, Perú y los seis países que son partes del TLC de América Central (CAFTA, por su sigla en inglés): Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua). Los acuerdos con Colombia, Corea, Omán y Panamá están pendientes de ratificación.
Además ha firmado acuerdos sobre comercio e inversión, a falta de un TLC pleno, con los cinco miembros de la Unión Aduanera del África Meridional (Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia).
EE.UU. también tiene negociaciones estancadas de TLC con Malasia, Tailandia y los Emiratos Árabes Unidos.
Los países que Washington ha detectado para nuevas conversaciones sobre TLCs son Argelia, Egipto, Túnez, Arabia Saudita y Qatar.
Las corporaciones de la industria y otros grupos de presión con base en Estados Unidos están llevando a cabo un fuerte lobby a favor del los TLC entre EE.UU. y la India, la Unión Europea, Japón y Taiwán. A fines de 2008, los EE.UU. decidieron (junto con Australia, Perú y Vietnam) comenzar negociaciones de un TLC con los miembros del Trans-Pacific Economic Partnership Agreement (TPP).
última actualización: mayo de 2012