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¿Bilateralismo o asimetría histórico-estructural? La desigualdad de niveles de desarrollo como detonante de la movilidad humana

Guillermo Castillo Ramírez

En un mundo de muros y discursos nacionalistas xenófobos,
Las primeras víctimas son los migrantes y los excluidos….

Para el Chirihue Balderrama….

Economía política de las movilidades en el marco del bilateralismo neoliberal y desigual

Diversas migraciones sobre todo en el cambio de siglo estuvieron vinculadas a una serie de procesos económicos, principalmente en relación a las políticas neoliberales. Se tratará de demostrar cual fue el panorama en el que se encontraban los procesos migratorios México EU hasta el 2008, para terminar discutiendo un poco cual es el escenario de hoy y como de alguna manera, si bien hay procesos de continuidad en términos de los procesos de explotación y precarización de los trabajadores, también hay algunas nuevas condiciones de vulnerabilidad que se han acentuado en el contexto de la actual administración norteamericana, pero efectivamente en términos de desmontar algunos de los discursos clásicos discriminatorios.

Los dispositivos teóricos en los cuales se encuadran los presentes estudios tienen que ver con una lectura desde la economía política de los procesos migratorios. Siguiendo al grupo de la Universidad de Zacatecas, a Delgado y a Covarrubias, que tratan de explicar cómo la migración, más allá de ser sólo un proceso de movilidad humana, tiene que ver con una serie de condiciones económicas y estructurales de diversas escalas, locales, regionales, nacionales y de grupos de países, sobre todo en el contexto de los procesos de re-estructuración neoliberal. La migración México-EU es una de las migraciones más importantes del mundo y tiene una serie de características bastante particulares. No obstante, a raíz de las reformas estructurales, hubo una re-estructuración de los procesos migratorios justamente en relación a cómo se incorporan nuevos grupos sociodemográficos de México, en términos de cómo poblaciones del sur de México (campesinos e indígenas) se insertaron en los flujos migratorios y esto se articula con una serie de dinámicas de la transformación económica de la economía norteamericana y da lugar también a una re-configuración de una serie de procesos económicos.

Contexto geopolítico de la relación bilateral México y EU

La migración México-EU es una de las más importantes del orbe, justamente en el primer quinquenio del presente milenio fue una de las más grandes del mundo. México fue el primer exportador de migrantes con un promedio de más o menos medio millón de personas que intentaban cruzar con y sin documentos, sobre todo sin documentos durante este periodo (2000-2005), y fue el segundo receptor de remesas después de China. Este panorama cayó un poco después del 2007-2008, a raíz de la crisis económica norteamericana y de su impacto en los empleos. Una vez que se constriñen los lugares de trabajo a donde llegaban los migrantes, empieza a decaer la migración. Por otro lado, en términos del aporte que representaban las remesas a la economía mexicana fue bastante claro, su contribución monetaria todavía para el 2007 fue mucho mayor que el turismo y las exportaciones agropecuarias y de alguna manera esto es un contra-discurso en términos de cómo la promesa de desarrollo que traía el Tratado de Libre Comercio fue justamente sólo una ilusión, porque en ese hipotético escenario las remesas no tendrían que ocupar un lugar tan preponderante y tan importante.

La otra cuestión que me parece que es muy importante destacar es la idea de que hay una pérdida demográfica fundamental. Cuando hablamos de que para el 2007 había cerca de entre 11 y 12 millones de mexicanos en EU, esto refleja, por un lado, un país que no es capaz de dar una serie de oportunidades laborales a estos cerca de 11 millones de trabajadores y, por otro lado, hay una pérdida en términos de saberes, de capacidades y de lo que llaman el bono demográfico. Esto lo voy a enmarcar de manera muy rápida en una definición clásica de migración en términos de procesos de movilidad humana que implica dinámicas de re-localización y que puede tener diversas variantes: puede ser interna o internacional, temporal o permanente, forzada o voluntaria, documentada o no documentada. Aquí estamos hablando sobre todo de procesos internacionales y trans-fronterizos y que tienen un carácter supuestamente temporal no documentado. Lo que si hay que cuestionar es la idea de que los migrantes salen a veces sólo porque tienen deseo de hacerlo. Una discusión muy importante es entender que la migración está vinculada a una serie de procesos fallidos de desarrollo, acceso de servicios de salud, acceso a empleos bien remunerados, que garanticen ciertas condiciones de vida.

Ahora, desde un marco más integral lo que acontece es que habría que leer la migración justamente en términos del circuito de los países de origen, destino y tránsito. Algunos otros plantean que lo que hay que hacer es justamente leer las causas estructurales que obligan a los migrantes a salir. Esta es una lectura mucho más compleja del mentado push and pull y que obedece justamente más al papel que el Estado tiene en términos de generar procesos de desarrollo de vidas justas y dignas. La otra que tiene que ver con algo que se ha denominado la atracción o los polos de desarrollo y que aquí también retomo algunas de las ideas en términos de cómo los migrantes, por un lado, se ven forzados a salir porque no tienen las condiciones que merecen y que necesitan. Pero, por otro lado, esto se articula o se encadena con una serie de necesidades que tienen ciertos mercados laborales y lo que se hace es generar procesos de movilidad humana que traen trabajadores baratos, desechables y que pueden ser altamente explotados. Esto se vincula además con una serie de aproximaciones que tratan de ver justamente cuales son las formas en que los migrantes articulan redes no sólo para desplazarse, si no también para generar procesos de agencia.

Es necesario ahora encuadrar dos grandes rasgos de la migración México-EU. La primera tiene que ver con sus condiciones geográficas y socio-históricas, la migración México-EU es una de las más grandes del mundo, tiene una historia de más de 100 años y también remite a una condición geográfica muy específica: la idea de que se comparten más de 3 mil kilómetros de frontera. Ha sido una migración que algunos autores, como Durand y Massey, estructuran en ciclos de más o menos 20 años, y que estos están vinculados generalmente a procesos económicos y políticos. Por ejemplo, en la época del enganche a principios del siglo XX lo que se necesitaba era mano de obra para generar todo el proceso de desarrollo del suroeste norteamericano y lo que se generó fue tal cual redes que traían trabajadores mexicanos desde el centro-occidente del país. O, por ejemplo, el Programa Bracero en donde en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, lo que necesitó el gobierno y la economía norteamericana fue traer trabajadores extranjeros que suplieran la mano de obra norteamericana, que estaba involucrada en el conflicto bélico. Este es uno de los grandes rasgos, su historicidad, la vecindad y la otra tiene que ver con que siempre ha sido una migración de grandes volúmenes demográficos.

Asimetría de niveles de desarrollo

Ahora bien, cabe destacar dos rasgos, que tienen un carácter de geopolítico y de economía política. El primero es, mientras haya una disparidad en términos de los salarios y de los niveles de desarrollo entre México y EU, esto va a ser un motor para generar procesos migratorios. El hecho de que en EU se gane alrededor de ocho a diez dólares la hora y en México se gane poco más de ochenta pesos al día, sin duda genera un proceso en el cual el migrante mexicano en EU no tiene manera en México de generar este tipo de ingresos. No hay forma de que el migrante gane entre 30 mil y 40 mil pesos en México con una escolaridad de secundaria o de primaria, en un contexto rural. Entonces esto genera una disparidad que no puede ser salvada de otra manera.

El segundo tiene que ver justamente con que hay una disparidad política entre países que permite, por ejemplo, justamente lo que acontece en los contextos actuales, que Estados Unidos sea de alguna manera él que dicta mucho como se dan las normas en las cuales acontecen los procesos migratorios. Por ejemplo, el hecho de que haya un proceso de ilegalización y criminalización del migrante contribuye justamente a que los procesos de explotación y de ganancia de los empresarios se incrementen; esto tiene que ver con justamente leer esto en un contexto mucho más amplio, en relación a cómo esto se enmarca en los procesos de expansión del capitalismo, en términos de generar bloques regionales.

En la región de Norteamérica hay una articulación entre estos flujos demográficos de migrantes chiapanecos, de Guerrero, etc., que se incorporan a los nuevos nichos de desarrollo económico norteamericano. Con el proceso de terciarización de la economía gringa lo que acontece es que estos migrantes empiezan a llegar a trabajos donde antes no llegaban, de la agricultura, la manufactura y la construcción empiezan a desplazarse al sector de servicios.

La migración de mexicanos a EU ha sido una migración que se concentraba espacialmente, tanto en el país de origen, como en el destino. La mayoría de los migrantes mexicanos salían de la región centro-occidente que era aquella que tenia los más altos índices de intensidad migratoria: la intensidad migratoria se mide fundamentalmente por el número de migrantes en EU, el envío de remesas y las familias que tiene algún migrante en EU, lo que abre es una lectura más o menos semi compleja al proceso migratorio. En un principio se concentraban los lugares de origen de los migrantes en el centro-occidente del país y estos se dirigían fundamentalmente a estos cuatro estados de EU (California, Texas, Illinois, Arizona). En un principio y hasta mediados del siglo XX, Texas fue el que más mexicanos concentró y después California lo desplazó de manera muy clara. Estos cuatro Estados en conjunto representaban más de la mitad de los migrantes no documentados en EU, todavía para el 2000. Aquí también hay una cuestión muy importante porque lo que observamos era una incorporación selectiva de manera socio-laboral.

Los migrantes se concentraban fundamentalmente en la agricultura como jornaleros agrícolas, en la construcción, en la industria y en menor medida en la prestación de servicios. Lo que vamos a observar es que con los cambios económicos va a haber un proceso de desplazamiento hacia el sector de servicios, pero sin dejar los nichos iniciales del todo. Lo que se sabe, por ejemplo, es que los migrantes mexicanos son más del 80-85% de la fuerza agrícola norteamericana. Lo que vamos a observar es que había un perfil muy específico de migrante que tiene que ver con el tipo de trabajo que iban a desempeñar en EU. El hecho de que se tratara de migrantes “no calificados”, de baja escolaridad y que se insertaran en estos nichos (en la agricultura o construcción), tenía una razón bastante específica, generalmente eran trabajadores de origen rural que tenían una alta capacidad motriz en relación a su trabajo como campesinos y que los hacía trabajadores “bastante calificados” para las labores agrícolas o las labores de construcción.

Las reformas estructurales, desigualdad entre países y los cambios en la migración

Ahora bien, hubo una serie de procesos de impactos de las medidas neoliberales en México que van a generar, por un lado, que los procesos migratorios se acentúen en términos de los lugares de origen, es decir, que las causas de expulsión se incrementen, y, por otro lado, cómo esto se va a articular después con los lugares de llegada. Una lectura muy interesante es ver como las reformas estructurales en términos de apertura económica, de desregulación, privatización, reducción del gasto público, etc., van a provocar que se generen amplios procesos de deterioro de estructuras productivas. Una serie de grupos del sector agropecuario empieza a tener menos posibilidades de desarrollo y de una vida digna y esto eventualmente va a generar que estos grupos se vuelvan migrantes. Ahora, con las reformas estructurales pero más claramente a partir de la entrada en vigor del TLCAN, esto no sólo afectó al campo, sino que también a entornos urbanos.

No obstante, el impacto que tuvo en el campo mexicano fue severo, sobre todo en términos de una serie de políticas bastante específicas y las entidades federativas de corte agropecuario son las que empezaron a incorporar con mayor intensidad a grupos de personas en los flujos migratorios (Chiapas, Guerrero, Oaxaca). Un análisis de esto se dibuja en cómo se reducen los subsidios tanto en términos de los procesos productivos del campo como del apoyo al insumo. La liberación y des-regularización del mercado que genera por ejemplo la entrada de maíz muy barato producido en EU y que viene a dar a la baja de pequeños y medianos productores. El decrecimiento de la productividad, como por ejemplo el que los pequeños productores que tenían una economía mixta, pero fuertemente orientada a la venta, cuando entran estos cultivos que vienen de EU empiezan a perder un nicho laboral bastante importante. Todo esto lo que va a generar es que se dé un proceso de intensificación de los procesos migratorios sobre todo porque la gente de estos Estados del sur de México encuentra que tiene que buscar otras estrategias de sobrevivencia.

Habíamos hablado que dónde se concentraban el grueso de los lugares de origen de los migrantes durante gran parte del siglo XX era en el centro-occidente de México, se presentaban también en otros Estados (del norte), pero fundamentalmente ahí, en el centro Occidente. Y lo que vamos a observar es que, el sur-oeste mexicano con un claro componente agropecuario, empieza a incorporarse a los flujos migratorios de manera bastante acentuada en menos de una década. Si usamos algunos indicadores más o menos del 95-2000 al 2007, 2008, 2010 observamos que la región Sureste inicia con un incremento migratorio altísimo y se empiezan a recolocar en términos de la jerarquía de los indicadores de cómo cada entidad federativa participa en los procesos migratorios.

Aquí también hay un componente importante que es que hay también un proceso de re-estructuración: los migrantes ya no se concentran sólo en estos cuatro Estados de EU (California, Texas, Illinois y Arizona), sino que se distribuyen por distintos lugares de EU, por la Costa Oeste en términos también agrícolas del tabaco o de procesos agrícolas en Florida, pero también en el sector de servicios en estos Estados. Y el nuevo componente realmente es de servicios, porque esto habla también de un proceso de terciarización de la economía de EU, que son parte de los procesos de la economía global neoliberal. Y aquí hay un correlato bastante interesante que se ha estudiado poco que es: en la medida en que la migración se “criminaliza” y se “ilegaliza”, el número de migrantes que mueren en la frontera crece, justamente porque se incrementan los procesos de vulneración y de violencia. Así como se incrementa el número de migrantes, también el número de migrantes que muere en la frontera entre el 94 y el 2008 se multiplica por más de diez veces. La nueva geografía migratoria presenta un panorama mucho más heterogéneo, ya no se concentra sólo en el centro-occidente de México.

Y finalmente vemos cómo, en el periodo de las reformas estructurales y neoliberales, en la región sureste empieza un crecimiento migratorio y un envío de remesas descollante. Por ejemplo, Chiapas de tener 20 millones de dólares en remesas anuales en 1995, recibió 435 millones en 2003 y para el 2007 se eleva a 921 millones de dólares. Ninguna entidad federativa comportó este crecimiento y además el caso de Chiapas es muy interesante, porque es una de la entidades más golpeadas por las reformas neoliberales, sobre todo en términos de que tenía y tiene un componente agrícola muy claro y con altos niveles de pobreza. Esto muestra como un proyecto de desarrollo fallido en el tenor de la inserción de las nuevas políticas neoliberales genera este tipo de escenarios. En el marco general observamos que los indicadores demográficos y económicos crecen de manera importantísima.

La crisis económica y la contracción de la migración

Ahora bien, hay una lectura que también tiene que ver con todo el aporte que los migrantes mexicanos no documentados hacen a la economía norteamericana en términos de consumidores y de trabajadores que pagan impuestos. A partir de las reformas estructurales hay un proceso de crecimiento de los flujos migratorios más o menos acelerado, más concretamente en el año 95 empieza a crecer de manera radical, lo que frena justamente eso son los procesos económicos globales. La crisis del 2008 es lo que pone un hasta aquí al proceso migratorio y esto tiene que ver con la idea de que lo que acontece es que los nichos laborales, es decir, los trabajos que llegaban a desempeñar a EU los migrantes, empiezan a deteriorarse de manera muy clara y a reducirse. Esto es realmente lo que empieza a frenar los flujos migratorios.

Termino haciendo dos reflexiones generales. Una tiene que con ver con cómo la migración México-EU cambió en términos del perfil del migrante, incorporando por ejemplo a regiones campesinas indígenas. Este aumento del número de migrantes implicó además una pérdida de miles de jóvenes en plenas capacidades productivas. El incremento de la pérdida de vidas humanas es uno de los grandes temas pendientes y dónde faltan estudios mucho más serios. Por otro lado, cuestionar la idea de que las remesas puedan generar procesos de desarrollo a largo plazo. Lo que ha observado la literatura y los estudios más locales es que las remesas generalmente se usan para tres cosas: gasto corriente, después algo de inversión en casa-habitación y posteriormente algo de inversión productiva. Justo por esto, habría que dejar de pensar que las remesas son una alternativa; un proceso de desarrollo alternativo, porque además des-responsabiliza al Estado.

Y finalmente, en términos del sector agropecuario hay un proceso de deterioro social muy agudo en términos de feminización, de envejecimiento, de dependencia del exterior y de justamente cómo la dependencia de las remesas puede generar que se estén produciendo procesos de deterioro mucho más acentuados. Lo que hay de fondo es una reflexión que tiene que ver con cuál es el papel del Estado y de los procesos de desarrollo en términos estructurales e históricos. Mientras no haya la garantía de un proceso de desarrollo en términos bastante claros de derechos sociales, de salud, de educación, sobre todo empleo, no hay manera de que el proceso migratorio pueda reducirse de manera significativa.

En el contexto actual habría que leer la migración efectivamente como un proceso mucho más complejo y no sólo en términos de movilidad humana. Uno de los nuevos rasgos de la administración actual de EU es justamente la criminalización de los migrantes, que esto ha generado proceso de vulneración. Pero efectivamente habría que desmentir esta idea de que los procesos migratorios están en la cúspide, esto claramente como lo demostramos con una serie de indicadores “duros” es una falacia, de 2008 a la fecha la migración México EU no se ha incrementado de manera significativa.

Nota.
Este texto es la transcripción de la presentación: Movilidades humanas en la globalización. Cambios de los procesos migratorios a inicios del siglo XXI. En el marco del Taller: Periodismo, Migración y Derechos Humanos, junio 2018.


 Fuente: ALAINET.ORG