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La sociedad civil de los países andinos exige participación real en las negociaciones del Acuerdo de Asociación CAN-UE

6-12-07

La sociedad civil de los países andinos exige participación real en las negociaciones del Acuerdo de Asociación CAN-UE

Por primera vez, negociadores de los gobiernos de la Comunidad Andina de Naciones y representantes de la sociedad civil de la región andina se reunieron para intercambiar criterios e información acerca de la negociación del Acuerdo de Asociación entre la CAN y la Unión Europea (UE). El encuentro entre gobiernos y movimientos sociales es inédito, aunque aún plagado de limitantes que en definitiva no garantizan una verdadera participación en la toma de decisiones: es muy corto el tiempo disponible para el debate, los gobiernos transmiten información muy general, están ausentes importantes sectores de algunos países.

El 24 de noviembre en la ciudad de Lima se realizó el “Primer Encuentro de la sociedad civil de los países andinos en el Acuerdo de Asociación CAN UE”, con la participación presencial de delegaciones de Bolivia y Perú, y de representantes de Ecuador (alrededor de 12 personas) y de Colombia (4 representantes) que participaron a través de video conferencias.

Intervinieron en la ronda de consultas representantes de RECALCA y de la Campaña Comercio con Justicia mis derechos no se negocian de Colombia; el Consejo Nacional de las Mujeres de Ecuador y la organización Ecuador Decide; CAOI, Red Ge y otros gremios de Perú; el Parlamento Indígena, la Asociación de Organizaciones Productoras Ecológicas de Bolivia, CONAMAQ, FENATRAHOB y otras de Bolivia.

Asistieron como representantes oficiales Adalid Contreras, presidente de la CAN; Freddy Ehlers, secretario general de la CAN; Camilo Reyes, jefe negociador de la CAN; Eduardo Brandes de Perú, Leonardo Arízaga de Ecuador y Pablo Solon, embajador para asuntos Comerciales de Bolivia. Francisco Acosta representó a la Unión Europea.

La participación masiva de representantes de la sociedad civil boliviana vigorizó a las organizaciones de los demás países andinos y demostró que es posible implementar mecanismos de participación democrática. La experiencia enseña que es importante fortalecer e impulsar algunos espacios para el análisis y propuestas de la sociedad civil, como son el Consejo Consultivo Laboral Andino y el Consejo de los Pueblos Indígenas.

La situación de las negociaciones del Acuerdo CAN UE

Las negociaciones del Acuerdo de Asociación CAN UE empezaron en septiembre de este año, en la primera ronda realizada en Bogotá, Colombia. En teoría, el acuerdo tiene tres pilares de la misma importancia, Comercio, Diálogo Político y Cooperación, que se negocian de forma paralela y coordinada.

En la inauguración del encuentro con la sociedad civil, el representante de la Comisión Europea Francisco Acosta señaló que el acuerdo va más allá de un TLC porque incluye mecanismos de cooperación y diálogo político que permitirán mejorar las relaciones socioeconómicas de los dos bloques. Además, recalcó que las charlas se enmarcarán en el respeto de las diferencias, las asimetrías y la soberanía de cada uno de los países. También descalificó algunos mensajes transmitidos por organizaciones bolivianas mediante pancartas y banderines contra un TLC con la UE.

El representante europeo informó que la UE destinó 700 millones de euros para la CAN, y que las negociaciones en curso podrían influir en el destino de esa cooperación pero no en los montos.

El embajador boliviano Pablo Solón, vocero del equipo andino que encara la negociación del pilar de Cooperación, resaltó la importancia del acuerdo para lograr el equilibrio y superar las asimetrías. Precisó que la apertura comercial frente a la UE es importante siempre y cuando exista un beneficio real para la gente.

La cooperación debe ser para desarrollar los sectores productivos de los países andinos, sólo así se logrará nivelar el desnivel y un intercambio comercial cada vez más justo, rescatando experiencias de la propia UE como son los fondos estructurales y de apoyo económico para ciertos sectores, dijo Solón.

Es importante también considerar la “cooperación de doble vía” para no entenderla solo en términos económicos, ya que la CAN también coopera a la UE en temas fundamentales como la lucha contra las drogas, la preservación del planeta y la oferta de mano de obra de los migrantes. Nuestros compatriotas realizan trabajos que muy pocos quisieran hacer en Europa y son fundamentales para que avance su economía, recordó el representante boliviano.

Solón anunció que en las negociaciones del pilar de Comercio se considerará el trato especial y diferenciado para los países de la CAN frente a la Unión Europea, al igual que los derechos humanos, los cuales no sólo se contemplarán de forma declarativa.

Según Solón, lo importante en esta negociación es que la Unión Europea respete la soberanía de los Estados y, por ende, el enfoque económico de cada uno de ellos. Por ejemplo, en Bolivia se acaba de aprobar una reforma arancelaria con participación amplia de todos los sectores mediante la cual se ha subido los aranceles de algunos productos.

Finalmente, el funcionario boliviano reiteró una vez más a sus pares europeos que no existe una sola idea de desarrollo. La negociación de “este acuerdo tiene que permitirnos este tipo de discusiones de forma franca y abierta. En Bolivia se propone el ‘vivir bien’ en contraposición al modelo consumista y de acumulación porque es insostenible para la humanidad. Ahora el ‘desarrollado’ tiene que aprender la lección que dan nuestros hermanos andinos que preservan la naturaleza”.

La sociedad civil cuestiona la esencia comercial del Acuerdo y la poca participación regional

Los representantes del sociedad civil de los países andinos exigieron en diversas oportunidades una plena y activa participación en las negociaciones del Acuerdo de Asociación CAN-UE, y manifestaron su rotundo rechazo al denominado “cuarto de al lado” debido a su carácter decorativo y falto de incidencia en las decisiones que se toman. También cuestionaron la cláusula de confidencialidad en las negociaciones, y solicitaron que se dejen a un lado las presentaciones e informaciones genéricas para concentrar la discusión en los nodos de la negociación del Acuerdo.

En general, se pidió mayor incidencia y participación social. Por ejemplo, si la sociedad andina decide retirar los temas sensibles como lo hizo el gobierno boliviano, esta decisión debe ser vinculante a los Estados andinos.

Se afirmó que no habrá ningún acuerdo beneficioso sin la activa participación de los pueblos indígenas originarios y sin reconocer sus visiones. Por ello, un primer paso en la negociación del acuerdo debería ser el reconocimiento de la Declaración de Naciones Unidas de los Pueblos Indígenas. Además, las organizaciones recordaron que antes de firmar cualquier acuerdo primero debe reconocerse la deuda histórica y ecológica de Europa con los pueblos sudamericanos.

Las organizaciones sociales andinas plantearon tomar en cuenta las asimetrías democráticas y de participación social de algunos países miembros de la CAN, como es el caso de Colombia y Perú, cuya realidad es muy distinta a lo que se vive en Bolivia y Ecuador. De igual forma, se pidió considerar las políticas de comercio exterior, ya que los dos primeros países ya firmaron un TLC con EEUU. Otro aspecto que no hay que olvidar son las asimetrías de género.

Los representantes de la sociedad civil exigieron que no se estigmatice la lucha de los movimientos sociales en contra el TCL con Estados Unidos y reclamaron respeto para la libertad de expresión en la región. También demandaron conceder mayor relevancia a los derechos laborales tanto de los emigrantes como de la población andina.

Se puso de manifiesto la contradicción que existe entre los supuestos objetivos de los pilares de Diálogo Político y Cooperación (respeto a los derechos humanos y cumplimiento de los Objetivos del Milenio) y el objetivo principal del Pilar de Comercio, según el mandato negociador europeo, cual es la liberalización comercial de los servicios, de la propiedad intelectual, inversiones y compras públicas. Las organizaciones afirmaron que es necesario contar con un estudio plural e imparcial sobre los intereses que tiene la UE en la región.

Al referirse al Pilar de Cooperación, específicamente a la transferencia de tecnología, las organizaciones sociales exigieron que se respete otras tecnologías que fueron desarrolladas en nuestra región durante miles de años. Se enfatizó en que la cooperación no debe ser condicional.

La función paternalista de la Unión Europea fue varias veces cuestionada. “Los que un día fueron invasores no pueden tener los mismos derechos que los invadidos; sería como poner a Francisco Pizarro y a Atahuallpa en la misma balanza”, comentaron los asistentes.

Finalmente, se planteó que las negociaciones comerciales que son parte del Acuerdo deben supeditarse a los derechos humanos, económicos, sociales y culturales de nuestros pueblos. Esto implica impedir por todos los medios la mercantilización del agua, la producción de biocombustibles, la sobreexplotación laboral, y la libre explotación minera que solo genera pobreza y desplazamientos forzados de poblaciones.


 source: Movimiento Boliviano por la Soberanía y la Integración solidaria de los pueblos: Contra el TLC y el ALCA