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Presentan primera queja laboral en el marco del T-MEC

Por Dora Villanueva | 23-3-21

Presentan primera queja laboral en el marco del T-MEC

Los esquemas formales de migración laboral entre Estados Unidos y México relegan a las mujeres, los pocos espacios que se dan son en trabajos de ingresos más bajos y con menores prestaciones, acusaron el Centro de Derechos del Migrante (CDM) y Maritza Pérez y Adareli Ponce, dos extrabajadoras migrantes.

Al presentar la primera queja por el programa H2 bajo el Capítulo 23 del Tratado México-Estados Unidos- Canadá (T-MEC), detallaron que las oportunidades de migración laboral son escasas, permea la desigualdad y los roles de género tradicionales. Por ello se pide a Estados Unidos y México aplicar las leyes laborales y el marco regulatorio del acuerdo comercial.

“Se abre posibilidad de que ambos gobiernos refrenden compromiso con los trabajadores para ambos países”, explicó Rachel Micah-Jones, directora ejecutiva del CDM. Detalló que los programas H2 tienen muchas deficiencias, como punto de partida se cuenta que los permisos H2A para trabajos agrícolas y que cuentan con mejores prestaciones se dan sobretodo a hombres.

Si bien no hay transparencia en los datos, se ha documentado que en 2018 entre los permisos otorgados H2A sólo 3 por ciento fueron para mujeres.

Ana Saiz, directora general de Sin fronteras-IAP, expuso que 48 por ciento de las migrantes en el mundo son mujeres, de acuerdo con datos de la Organización Internacional de las Migraciones, pero las visas están hechas pensando en migración masculina.

En conjunto, las especialistas explicaron que hay impactos diferenciados en la migración y muchos atienden a razones de género. Además de una menor paga, las mujeres migrantes se enfrentan a violencia sexual, trata, falta de acceso a la justifica, entre otros puntos que perpetúan la desigualdad.

Adareli Ponce agregó que además de que ser pocas las oportunidades de las mujeres a un visado de empleo, algunos contratantes piden exámenes de orina para asegurarse de que la trabajadora no esté embarazada.

Micah-Jones explicó que ahora sigue que el gobierno de México revise la queja, la acepte o no e intente revisar el tema con Estados Unidos. Aunque, recalcó, si no es por esta vía, hay otras instancias a las que se puede recurrir.


 source: La Jornada