Que pasa con los textos del TLC?
Hoy casi dos meses después, todavía no se conoce el texto. Sin embargo, la semana pasada se supo que Estados Unidos presentó una versión que incluye, en muchos aspectos del capítulo agrario, definiciones distintas a las que supuestamente se habían acordado y todas en contra de los intereses de Colombia. Definiciones cruciales para pollo, azúcar, soya y arroz van a renegociarse y van a sorprender a quienes pensaban que todo se había entregado en el TLC: La capacidad de arrodillamiento del gobierno es infinita y todavía caben nuevas entregas y concesiones.
No bastó una teleconferencia entre los equipos de negociación para aclarar las cosas y los negociadores colombianos tendrán que viajar esta semana para volver a negociar lo que ya estaba negociado.
Como serán de graves los asuntos que el ministro Botero, quien ni se ruboriza con las miles de concesiones ya hechas a Estados Unidos, ahora dijo que se estaban afectando los intereses nacionales. Parece que entonces los acuerdos no estuvieron suficientemente claros y que la posición del gobierno de cerrar la negociación a cualquier costo hiso que esos pequeños detalles que van “contra el interés nacional” quedaran en el limbo. El gobierno Colombiano pensó que había negociado una cosa y los Estados Unidos otra. La otra posibilidad, bastante verosímil es que al ver la claudicación habitual del gobierno colombiano, Estados Unidos vio con la traducción la oportunidad de conseguir ventajas adicionales. Los negociadores de Estados Unidos le metieron la mano al texto en varios aspectos lo cual implica una nueva negociación sobre la ya pésima negociación y los síntomas de nuevas claudicaciones son graves: Hernando José Gómez corrió a señalar, como siempre, que la posición de los estadounidenses no era de mala fe.
El efecto de todo esto ha sido impedir que en el actual debate electoral el TLC ocupe el lugar que debiera y el gobierno en medio de todas estas piruetas sigue escondiendo el texto. El gobierno debe dar a conocer el texto que entregó a Estados Unidos y la opinión pública tiene derecho a conocer la enorme entrega que hizo Uribe de los intereses nacionales en el TLC