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Agricultores Europeos denuncian que los TLC favorecen una competencia desigual

Por Más Colombia | 22 de febrero de 2024

Agricultores Europeos denuncian que los TLC favorecen una competencia desigual: protestan ante sus efectos y la disminución de subvenciones

La reducción de incentivos directos y el deterioro en la tecnificación de los procesos agrícolas se suman a las crecientes restricciones que amenazan la productividad agrícola europea.

Europa es el primer exportador y el tercer importador de productos agrícolas en el mundo. Aunque en importaciones le gana a Estados Unidos y a China, en el balance (exportaciones menos importaciones) solo le gana a Brasil.

Este éxito se sustenta en fuertes incentivos directos a los agricultores, el financiamiento de la tecnificación de los procesos agrícolas y su posición dominante en organismos de financiamiento y en la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde defiende sus intereses en el comercio internacional de productos agrícolas.

Estos factores, así como una inmensa red de acuerdos comerciales con países en todos los continentes, le han permitido a Europa asegurar condiciones comerciales favorables para sus productos agropecuarios en el ámbito internacional.

Sin embargo, las recientes protestas de agricultores en países como Alemania, Bélgica, Francia y España han develado que, sin los incentivos directos (sin apoyo estatal), los beneficios de los TLC quedan en entredicho.

Europa compite gracias a los ingentes recursos públicos de apoyo a sus productores

Uno de los pilares del éxito de Europa para posicionar sus productos en los mercados internacionales radica en el apoyo decidido a los productores con recursos públicos que les permiten mejorar su productividad.

En el caso del sector agropecuario, en 1962 la Unión Europea implementó la Política Agrícola Común (PAC), con los objetivos de asegurar la seguridad alimentaria, apoyar a los agricultores con subvenciones y medidas de protección, promover la competitividad del sector, modernizar la agricultura y fomentar la innovación.

Estas ayudas han sido un factor clave de competitividad de las exportaciones agrícolas europeas. Desde la entrada en vigencia del TLC con la Unión Europea en 2013, el marco financiero plurianual para 2014-2020 de la UE estableció gastos correspondientes a dicho período en EUR $408 313 millones. Un 71,3 % a pagos directos, un 24,4 % al desarrollo rural y el 4,3 % a medidas de mercado.

De acuerdo con el DANE, en el marco del TLC entre Colombia y la Unión Europea, las importaciones de productos agropecuarios provenientes de Europa aumentaron significativamente en Colombia. En 2013, el país importó 35.200 toneladas, y esta cifra se incrementó a más de 249.000 toneladas en 2023. Entre los productos importados se encuentran trigo, cebada, manzanas, tubérculos, entre otros, principalmente de países como Francia, Italia, Países Bajos, España y Polonia.

En diciembre de 2020, en el marco del PAC, los colegisladores de la UE aprobaron el marco financiero plurianual para el período 2021-2027. A partir del 1 de enero de 2021, EUR $378.532 millones, lo que representa el 31% del presupuesto total de la Unión, se puso a disposición de los beneficiarios. Más de la mitad de estas ayudas van a seis de los 27 países de la Unión Europea: Francia (17,1%), España (12,5%), Alemania (11,2%), Italia (10,5%), Polonia (8,8%) y Rumania (5,8%).

Esto implicó que, en 2021 Francia designó recursos por $29,6 billones de pesos en ayudas directas al sector agropecuario. En niveles similares lo hizo España ($22 billones), Alemania ($20 billones) e Italia ($15,4 billones).

De hecho, los 20 países que más recursos recibieron destinaron en promedio $8 billones de pesos, lo que era equivalente al doble del presupuesto del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia en 2021 ($4,2 billones).

Tractores: un ejemplo del impacto en la productividad agropecuaria

La clave en el uso de los recursos de la PAC, no solo ha sido su volumen, sino también su destinación al apoyo a la tecnificación de los procesos productivos para mejorar la rentabilidad de los cultivos.

La tecnificación es crucial debido a factores como el aumento de la productividad total en la agricultura, la reducción de las pérdidas posteriores a la cosecha, la adición de valor a las materias primas agrícolas y la mejora de la calidad de los productos agrícolas, que están impulsando el mercado en la región.

Uno de los indicadores que permite saber cómo se encuentra Colombia frente a sus principales competidores comerciales está en el peso de los gastos en maquinaria frente al total de gastos del proceso productivo.

En Europa, las compras de tractores y accesorios representan casi la mitad del gasto del agricultor, mientras que, en América Latina y Colombia, lo que más pesa son los costos de mano de obra.

Aunque no se tienen registros de años recientes, según datos de FAOSTAT, hasta el año 2009, los 10 países con mayor número de tractores agrícolas son Estados Unidos, China, India y Japón. Los restantes seis corresponden a países europeos. En América Latina, Brasil lidera, seguido por Argentina y México. Colombia se encuentra por detrás de las principales economías de la región.

De acuerdo con Mordor Intelligence, el tamaño del mercado de tractores agrícolas de Europa se estimó en USD $14.750 millones en 2023, y se espera que alcance los USD $18.740 millones para 2028.

En contraste, en el transcurso de 2023, las importaciones de tractores en Colombia totalizaron apenas US $80 millones. Estos provinieron principalmente de Brasil, Japón, China, Estados Unidos y México. Por otro lado, las importaciones de tractores europeos alcanzaron los USD $1,8 millones en el mismo año, destacando principalmente los provenientes de Italia y Alemania.

Crisis en Europa: Europa no quiere pagar su responsabilidad diferenciada en el tema de cambio climático
A pesar de la importancia de estos incentivos, las finanzas europeas empiezan a sentir los efectos de la guerra en Ucrania y la agudización de los conflictos bélicos y comerciales en el mundo.

El gasto en ayudas militares a Ucrania y el consecuente incremento en los precios de los combustibles por cuenta de la guerra, exigen recortes en los recursos para la transición energética y para el sector agropecuario europeo para cumplir con las metas fiscales.

A finales de 2023, el Gobierno de Olaf Scholz anunció recortes de ayuda por un total de EUR $17.000 millones. Estas medidas incluyeron el retiro de las subvenciones al diésel agrícola y de la exención del impuesto de circulación para vehículos agrícolas, consideradas «climáticamente dañinas». La reacción del sector agrícola fue inmediata, estimando que estas medidas podrían aumentar los costos hasta en EUR $1.000 millones anuales.

El endurecimiento de medidas de reducción de emisiones de nitrógeno y de disminución del uso de fertilizantes han impactado negativamente la producción, mientras que la entrada de productos agrícolas con precios más bajos, gracias a los Tratados de Libre Comercio (TLC), profundizan aún más la crisis de los ingresos de los agricultores europeos.

La Unión Europea tiene una amplia red de acuerdos comerciales en vigor, con un total de 47 acuerdos distribuidos en todos los continentes. Además, actualmente está negociando activamente 7 nuevos acuerdos: Mercosur (Acuerdo con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), Australia, India, Indonesia, Filipinas, y Tailandia.

De acuerdo con Anna Cavazzini, presidenta de la Comisión de Mercado Interior y Protección al Consumidor del Parlamento Europeo, los acuerdos comerciales de la UE han creado problemas para los agricultores europeos y del sur global. Mientras que los agricultores europeos, la UE otorga subvenciones agrícolas masivas, lo que coloca a los agricultores del sur global y a los pequeños agricultores en una desventaja estructural.


 source: Más Colombia