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CAN y UE hacia acuerdo de asociación

PAÍSES ANDINOS

CAN y UE hacia acuerdo de asociación

Ramiro Escobar. 3 Abr, 2008

Negociación es distinta a TLC con EEUU pero también implica riesgos

“No es como el tratado de libre comercio con EEUU”, dice Alan Fairlie, economista de la Pontificia Universidad Católica de Lima, al referirse al Acuerdo de Asociación (AdA) que la Comunidad Andina (CAN) negocia con la Unión Europea (UE) desde setiembre del 2007.

En efecto, el AdA tiene un mecanismo más complejo que el ya consumado Acuerdo de Promoción Comercial entre Perú y EEUU, más conocido como tratado de libre comercio (TLC). Incluye, además del aspecto comercial, dos dimensiones con las que la UE pretendería marcar una sensible diferencia: el diálogo político y la cooperación.

Francisco Acosta, consejero político, económico y comercial de la delegación de la Comisión Europea -órgano que gestiona y aplica las políticas de la UE- en el Perú, refuerza esta posición afirmando que, para el caso del probable AdA entre la UE y la CAN, lo que interesa es crear “un vínculo estratégico entre dos regiones”.

Resulta sugerente la insistencia en el diálogo político y la cooperación como parte de un AdA, pero a decir de Alejandra Alayza, coordinadora ejecutiva de la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE), “lo importante es saber qué tanto peso van a tener esos dos pilares en el resultado final”.

Uno de los problemas que podrían surgir viene del pasado reciente. Al haber ya suscrito el Perú -y está en camino de hacerlo Colombia- el TLC con EEUU, se crea un precedente que a los inversionistas de la UE les sirve de argumento para reclamar condiciones similares. Ese es un principio aceptado en materia de comercio internacional y casi ineludible.

Eso se evidenció en la primera ronda de negociaciones, realizada en Bogotá del 17 al 21 de setiembre del 2007, al solicitar la UE una desgravación rápida de las importaciones, al nivel de lo acordado con EEUU.

Criterios comunes en cuestión
Algo parecido sucedió en el ámbito de la propiedad intelectual. En su TLC con EEUU el Perú aceptó condiciones que iban contra la decisión 486 de la CAN, que regula todo este tema para los cuatro países del grupo (Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú). El gobierno peruano ha solicitado modificar dicha decisión, a fin de que cada país pueda establecer sus propios criterios.

Sin embargo, Acosta precisa que “nosotros tenemos claro que vamos a negociar con un bloque”, para sugerir que, en ese y otros rubros, no promoverán acuerdos que vulneren la integración de la CAN, algo que la UE considera fundamental. Pero todo indica que si los gobiernos andinos no juegan bien este partido las normas comunitarias pueden relajarse peligrosamente.

En materia agrícola, la UE acepta la existencia de “productos sensibles” (el banano, por citar un caso), pero el tema de los subsidios que se otorgan a los productores europeos no está en discusión. Acosta afirma que este tema sólo se debate en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Estos escenarios reales de la negociación revelan que la ruta hacia el AdA no está libre de espinas. Y hay algo que complica más el itinerario: la naturaleza política cualitativamente distinta de los cuatro países del grupo. Mientras que Bolivia y Ecuador bailan a ritmo parecido, Colombia y Perú lo hacen en una frecuencia completamente distinta.

Según Alayza, esto abre la necesidad de un trato especial diferenciado (TED), que tenga en cuenta las posiciones distintas en la CAN. Bolivia, por ejemplo, plantea dejar en espera algunos procesos de liberalización comercial que puedan afectar su gobernabilidad. Perú, en cambio, ha planteado incluso ir solo a un TLC con la UE.

Acosta sostiene que el TED puede aceptarse, pero una vez que el AdA haya sido aprobado, “porque si no se retrasaría la negociación”. Es decir, pueden aceptarse distintas velocidades de liberalización, sólo que después de haber llegado a un acuerdo global.


 source: Noticias Aliadas