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Derecha brasileña contra el Mercosur. Último llanto de las viudas del ALCA

Derecha brasileña contra el Mercosur. Último llanto de las viudas del ALCA

Por Eduardo Andrés Aller, 19-7-07

Desde la Redacción de APM

Se trata de una alianza entre los grupos más reaccionarios que ven en la integración regional una amenaza para sus intereses y quieren una “diplomacia más pragmática y menos ideológica”.

Así como la integración regional de América Latina supo cosechar enemigos externos, con Estados Unidos a la cabeza, también despertó viejos -y conocidos- resquemores hacia el interior de cada uno de los países que conforman, complementan y apoyan el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Son, podría decirse, las viudas del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que lloran frente a la tumba del muerto mientras se ensucian las manos para desenterrarlo.

El caso de la derecha brasileña es el ejemplo más acabado y explícito. Desde el Congreso, donde radica su fuerza objetiva, se las ingenió para provocar rispidez entre el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva y su par venezolano Hugo Chávez con un solo objetivo: mantener un MERCOSUR de neto perfil comercial.

Pero, en concreto, ¿qué es la tan comentada derecha brasileña? Principalmente, se trata del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), del Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB) y de todo un compendio de partidos menores, que va desde la democracia cristiana hasta el ultra conservadurismo. Además, el PSDB mantiene una alianza casi estratégica e histórica con los capitanes de la industria de San Pablo, la cual representa casi el 40 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y se ha visto beneficiada año tras año con el superávit de intercambio que Brasil mantiene con Argentina.

Fue el sociólogo Fernando Henrique Cardoso quien llevó, en dos ocasiones, al PSDB a la presidencia (1995-2002), período en el cual se aplicaron al pie de la letra las recetas neoliberales.

Por su parte, el PMDB, aunque en las últimas elecciones no presentó candidato a presidente, tiene la mayor estructura nacional. Su árbol genealógico tiene raíces en el “partido cívico militar” de la última dictadura.

A comparación del PSDB, sus principales aliados son los grandes terratenientes del empobrecido nordeste, territorio donde es común el trabajo esclavo, la explotación indiscriminada de los recursos naturales y los manejos políticos de corte feudal o caudillesco. En enero, este partido fue invitado por Da Silva para formar un gobierno de coalición, en carácter de aliado fundamental. Desde esa posición, el PMDB no ha hecho otra cosa que marcar la agenda política interna y externa.

Así fue que la polémica entre mandatarios se inició cuando Chávez respondió en duros términos - llamó a los senadores “loros de Washington”- cuando el Senado de Brasil aprobó en sesión plenaria un "apelo" por la reapertura de la señal privada Radio Caracas de Televisión (RCTV), tiempo después de la decisión soberana del bolivariano de retirarle la licencia de emisión.

La moción fue sometida a votación por requerimiento de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional (CREDN), y por iniciativa del senador Eduardo Azeredo, del PSDB. En ese marco, Da Silva, que necesita del poder legislativo para gobernar en paz, instó a su colega caribeño a “preocuparse de su país”.

Qué otra meta perseguía esa misiva además de generar una controversia diplomática cuando, según el periodista asesor de Telesur en San Pablo, Daniel Zanini (h), el mismo Senado permanece callado frente a la “TV Globo, cómplice de generales que tenían la nada saludable costumbre de detener, torturar y matar a brasileños, además de algunos extranjeros. Socia durante su creación en los años sesenta de la Time estadounidense, desarrolló una programación que potencia el embotamiento cultural de nuestro pueblo. Nos ofrece hasta hoy, casi a cincuenta años su malvada creación, una programación rastrera basada en sexo barato, novelas, Big Brothers, Xuxas, violencia y emburrecimento general e irrestricto”.

Para Zanini, la explicación estaría en que “muchos de los señores senadores que rechazaron la no renovación de la concesión a RCTV son ellos mismos propietarios de redes de televisión ligadas a la nuestra RCTV, o sea, retransmiten TV Globo; y son también propietarios de radios y medios de comunicación impresa y electrónica”.

Luego de la respuesta que recibieron, los senadores amenazaron con trabar el ingreso de Venezuela al MERCOSUR si Chávez no se retracta o pide perdón - tienen que ratificar el protocolo de entrada firmado por Da Silva en 2006-, pero éste redobló la apuesta y dijo que “si en tres meses no se firma el protocolo, abadonaremos el bloque”.

Y cuando la situación parecía llegar a un cuello de botella, Da Silva, en tono conciliador, aclaró: “Nadie puede hacer que discuta con el presidente Chávez, que es mi amigo”.

Al tren moderador se sumó el embajador de Venezuela en Brasil, Julio García Montoya, quién se reunió con el presidente de la CREDN, Heráclito Fortes, uno de los más críticos a Chávez. “Las desinteligencias entre los dos países quedaron atrás. No existe ultimátum. Existe un plazo que nosotros los venezolanos nos establecimos para buscar soluciones. Venezuela está totalmente dispuesta a integrar el MERCOSUR”, enfatizó el diplomático.

Además, se escucharon otras voces a favor de superar este momento complicado en el seno de la región. “Debido a la importancia estratégica del proceso de integración, ambos gobiernos deben conversar para buscar un entendimiento”, señaló Rubens Diniz, miembro del Centro Brasileño de Solidaridad entre los Pueblos y Lucha por la Paz (Cebrapaz) y de la Alianza Social Continental (ASC), un foro de organizaciones y movimientos sociales progresistas formado en la Cumbre de los Pueblos de las Américas -Santiago de Chile- en 1998, en oposición a la vigencia que el ALCA tenía en aquel momento.

El Cebrapaz es una entidad vinculada con el Partido Comunista de Brasil (PCdeB), un aliado político-electoral estratégico e incondicional del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y de, en consecuencia, de Da Silva.

El PCdeB fue la fuerza política que más sufrió la persecución y represión de los sucesivos gobiernos militares que manejaron Brasil por casi veinte años, a partir de 1964. Ya en 1980, cuando la apertura democrática era un hecho, surge el PT, con el apoyo de importantes militantes del PCdoB que volvían del exilio.

“Está en curso una maniobra de la derecha brasileña para acabar con el MERCOSUR, pues su objetivo es restablecer la estrategia del ALCA, de acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, o como dicen acá en Brasil, una diplomacia más pragmática y menos ideológica. Desbaratar esa posibilidad es una lucha que los movimientos sociales de aquí tenemos que dar”, advirtió Diniz.

Asimismo, el militante político y social señaló la necesidad de exigir “la inmediata inclusión de Venezuela en el Mercosur, sin ningún tipo de condicionantes”.

Para Diniz, el MERCOSUR ya no es más el que iniciaron Carlos Menem y Fernando Henrique Cardoso, “pero aún está lejos de lo que queremos, y para eso necesitamos a Venezuela dentro”.

En la misma dirección se manifestó el secretario de Relaciones Internacionales de PT, Valter Pomar: “El imperialismo no es un discurso, por lo que tampoco será derrotado con discursos. Para enfrentar la presiones actuales de los Estadios Unidos, es preciso, entre otras acciones, integración política, energética, cultural, comunicacional, de gobiernos y de pueblos”.

Para Pomar, “la derecha de Brasil, que es la viuda del ALCA y no piensa en los intereses estratégicos que trascienden a los gobiernos actuales de Lula y Chávez, no quiere MERCOSUR, y por eso usa cualquier pretexto para atacarlo. Anteayer fueron las dificultades con Uruguay, ayer fue el problema del gas con Bolivia y mañana será Itaipú. Por lo pronto, hoy es Venezuela”.

En este contexto, quizá la palabra resquemores sea bastante benevolente, y habría que hablar de una reacción sostenida por una alianza de grupos de poder, de diferentes características -político, económico, simbólico y militar.-, que pelean por mantener un status quo basado en la extrema polarización distributiva, que le es favorable.

Más allá de las denominaciones, resultaría fatal, para quienes desean fortalecer el MERCOSUR, errar el diagnóstico y no evaluar si se trata de los últimos coletazos de un monstruo herido de muerte o de señales de advertencia de que todo lo siniestro permanece intacto.


 source: APM