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Porqué yo votaré contra el Acuerdo UE-MERCOSUR

Por Rodrigo Arenas, Diputado por París, Francia | 19 de noviembre de 2024

Porqué yo votaré contra el Acuerdo UE-MERCOSUR

La Comisión Europea ha anunciado su intención de concluir el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur en las próximas semanas. Esta firma no puede tolerarse. Sean cuales sean las motivaciones, esta firma se debatirá en la Asamblea Nacional el 26 de noviembre. Los representantes nacionales tendrán la última palabra sobre esta decisión, que afectará al futuro de nuestro sistema agrícola. Votaré en contra de este acuerdo.

Esta semana, los agricultores franceses han iniciado una nueva campaña, en particular para denunciar este acuerdo. Tienen razón. Fruto de 25 años de negociaciones con los países del Mercosur, la versión actual ya está obsoleta. No podemos aceptar un acuerdo de libre comercio que sólo favorecería las importaciones de productos alimenticios de menor calidad en beneficio de las exportaciones industriales (sobre todo automóviles), que corresponden a un modelo económico anticuado.

Los agricultores tienen razón en estar enfadados. Este acuerdo no haría sino añadir una piedra más a sus dificultades para obtener unos ingresos dignos, en un momento en que casi una quinta parte de los agricultores tienen unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza. Si esta situación está ligada a un modelo productivista totalmente desfasado, añadirle una nueva competencia aún más productivista no contribuirá en nada a mejorar la situación.

Negociaciones de tal importancia con los países de América del Sur deberían ser una oportunidad para relanzar la diplomacia multilateralista de Francia, basada en la ayuda mutua y el respeto de los acuerdos internacionales, incluido el Acuerdo de París. Fomentar la continuación de la deforestación en el Amazonas e importar productos que no cumplen nuestras normas, a un coste del carbono demasiado elevado para nuestras necesidades, no mejorará la posición de Francia en el mundo.

Es más, no podemos considerar justo un acuerdo que perjudica los intereses de los agricultores franceses mediante una competencia desleal, y que fomenta la explotación de los agricultores brasileños en un sistema de producción deletéreo. Al contrario, un acuerdo de tal envergadura (entre 40.000 y 45.000 millones de euros de importaciones y exportaciones al año) debería ser una oportunidad para impulsar la producción en los países afectados. La Unión Europea tiene gran parte de la responsabilidad de esta situación, que debe asumir frente a sus agricultores.

Las relaciones internacionales no deben basarse en relaciones comerciales, deben ser un pretexto para aplicar una política ecológica, social y respetuosa del medio ambiente a nivel internacional y relanzar las relaciones multilaterales que son esenciales para que Francia mantenga una voz escuchada en la región.Nuestros agricultores no deben ser el fusible de intereses industriales europeos que no están al nivel de la necesaria bifurcación ecológica. Las opciones comerciales actuales de la UE no deben amenazar la soberanía alimentaria francesa, haciendo pesar sobre las generaciones futuras e imponiendo una amplificación del carácter industrial y globalizado de nuestro sistema agrícola.


 Fuente: América Latina Mejor sin TLC