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Colombia: Hay que seguirle la pista al acuerdo TPP

Portafolio | Lun 28 Feb 2011

Hay que seguirle la pista al acuerdo TPP

El TPP (Transpacific Partnership) se ha ido transformando en la negociación comercial más importante, tanto por el número y relevancia de los países involucrados.

Desde hace varios años se han realizado en distintos lugares del mundo esfuerzos por desarrollar diferentes modelos de integración. La iniciativa de un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas o Alca, como gran zona desde Alaska hasta la Patagonia, dio paso a acuerdos bilaterales con Estados Unidos y, al sur del continente, originó la negociación entre la Comunidad Andina y Mercosur.

En este marco de acuerdos de integración cabe destacar que hace unos días se reunieron en Santiago de Chile los negociadores comerciales de Australia, Brunei, Chile, Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, en la quinta ronda del Acuerdo TPP (Transpacific Partnership). Lo que comenzó hace un par de años por el interés de Estados Unidos de adherir al Acuerdo P4 (entre Brunei, Chile, Nueva Zelandia y Singapur) se ha ido transformando en la negociación comercial más importante que se está adelantando -sin mencionar la Ronda Doha-, tanto por el número e importancia de los países involucrados, como porque pretende crear una zona de libre comercio en el Asia Pacífico.

Sin embargo, este proceso no está exento de dudas, desafíos y beneficios. Estados Unidos lo ha llamado el modelo de acuerdo del siglo XXI, ya que además de incorporar las disciplinas propias de un acuerdo de libre comercio, como son la desgravación arancelaria, la liberalización de servicios, las compras públicas y la propiedad intelectual entre otras, contempla áreas como coherencia regulatoria, cooperación y medidas para facilitar la participación de las pymes en el proceso exportador. Temas todos interesantes, aunque hasta la fecha no se han visto ideas concretas sobre la mesa de negociación.

Este esfuerzo también constituye un desafío, porque la mayoría de los países participantes tienen acuerdos de libre comercio entre sí y la tarea es evaluar qué más se puede ganar, o también, qué se puede perder, cuando se negocia con un grupo más grande.

Algunos de estos acuerdos existentes tuvieron altos costos para las partes (el ejemplo de Chile en propiedad intelectual es claro), y en esa medida se espera que ese país no estaría dispuesto a asumir compromisos adicionales; mientras que otras no quedaron conformes con lo alcanzado bilateralmente (por ejemplo, Estados Unidos excluyó el azúcar de su TLC con Australia) y probablemente, el TPP se convierte en una oportunidad para mejorar el acceso en este producto.

Por último, aquellos que no tienen acuerdos entre sí buscarán ‘arreglar’ esa situación (siendo el caso más notorio Nueva Zelanda con Estados Unidos). Y la pregunta que circula en el ambiente y que ha gastado muchas horas/abogado es si todos estos acuerdos que hoy están vigentes pueden coexistir con el TPP al final del proceso.

La Ronda de Santiago, al parecer, no arrojó grandes resultados, salvo -según informa Direcon- que se presentaron las ofertas de desgravación arancelaria y que todos los grupos de negociación tuvieron un texto consolidado, lo cual permite tener una primera aproximación de cómo puede seguir el proceso.

También parece que se despejó la duda, y si bien los países podrán mostrar avances, no habrá un acuerdo final para noviembre, cuando Estados Unidos sea anfitrión de la cumbre Apec.

En su reciente presentación ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, el Ustr Ron Kirk volvió a señalar que el TPP es el modelo de integración del siglo XXI, aunque no entró en mayores detalles de lo que su país espera del acuerdo.

Sin embargo, al analizar lo señalado respecto a otros temas comerciales y declaraciones previas de otros funcionarios de dicho país, se espera -entre otras cosas- una presión por incorporar estándares más estrictos en materia laboral y ambiental -y sujetos a sanciones comerciales- y reglas más estrictas en propiedad intelectual.

La pregunta que surge es cuánto más puede pedir Estados Unidos o qué tanto necesita para asegurar la aprobación del eventual acuerdo TPP en el Congreso y qué tanto más están dispuestos a dar sus ‘socios’.

Colombia debe seguir atento este proceso -como lo están haciendo Japón, Canadá y otros- porque puede delinear no sólo lo que será la política comercial de Estados Unidos en el mediano y corto plazo, sino que el TPP se puede convertir en el instrumento para que nuestro país se inserte en la región del Asia Pacífico.

OLGA LUCÍA LOZANO F.*
Especial para PORTAFOLIO


 source: Portafolio