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El desaire del TLC por parte de EEUU hacia América Latina

El desaire del TLC por parte de EEUU hacia América Latina

Por Bernard Aronson (*)

14/01/11

El nombramiento de Bill Daley, quien encabezó la exitosa campaña durante el gobierno de Bill Clinton para la ratificación del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte, por sus siglas en inglés), colocó a un indudable defensor del libre comercio con América Latina a la cabeza del Despacho de la Casa Blanca. Desafortunadamente, aún no está claro si el gobierno de Barack Obama también lo tendrá.

El presidente Obama aseguró ser defensor del tema durante su discurso a la nación del año pasado. “Si Estados Unidos se queda a un lado mientras otras naciones firman tratados comerciales perderemos la oportunidad de crear empleos en nuestro país”, declaró. Al prometer aumentar en 100% las exportaciones estadounidenses para el año 2015 a través de una “Iniciativa Nacional de Exportaciones”, Obama prometió que “fortaleceremos nuestras relaciones comerciales…con socios claves como Corea del Sur, Panamá y Colombia”.

Dicha promesa aumentó las esperanzas en América Latina. Pero el mes pasado cuando el gobierno anunció que buscaría la ratificación del recientemente revisado Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea del Sur, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, desvió el tema del compromiso del Presidente para ratificar también los TLC con Colombia y Panamá, indicando que no “tenía los votos”. Desafortunadamente, no hay indicios que el gobierno haya empleado capital político para obtener los votos antes de tirar la toalla.

Si el gobierno de Obama se vio obligado a escoger entre la ratificación del TLC con Corea del Sur y las dos naciones latinoamericanas, podría defender sus prioridades. El PIB de Corea del Sur es tres veces superior al de Colombia y Panamá juntos. Y ahora que Corea del Norte ha lanzado ataques militares, el hecho que Estados Unidos envíe una fuerte señal del apoyo a Seúl es imperativo de seguridad.

La pregunta que el gobierno no desea responder es: ¿Por qué habría tenido que elegir?

Los nuevos líderes en la Cámara de Representantes, a diferencia de sus predecesores, apoyan la ratificación de los TLC con Colombia y Panamá y cuentan entre sus filas con un número significativamente mayor de simpatizantes del TLC entre los miembros del Partido Republicano. Un intento de la Casa Blanca para ratificar los TLC como un paquete le ofrece la oportunidad del tipo de cooperación de política de consenso entre ambos partidos que el gobierno ha declarado tener con el nuevo Congreso. Además, a medida que Washington se ha estancado en los últimos dos años, países como Brasil, Argentina y Canadá han negociado sus propios acuerdos con Colombia, el porcentaje de exportaciones estadounidenses a Colombia ha caído en 50%. Eso no puede ser un mensaje “a favor de las exportaciones” que el gobierno desea enviar a los agricultores estadounidenses cuando entra en un año electoral.

La explicación más probable para la elección del gobierno es la siguiente: El Presidente desencantó a sus simpatizantes liberales, sindicalistas y de base al extender los recortes a los impuestos de la era de Bush para los contribuyentes pudientes y aceptó recortes a los impuestos de sucesión. A medida que el equipo de Obama se prepara para la reelección, no quiere volver a echar arena en los ojos de sus simpatizantes, en este caso al ratificar los TLC con Colombia y Panamá.

Desafortunadamente, eso es un cuento viejo en América Latina. Muchos presidentes estadounidenses han proclamado metas loables en el hemisferio, luego se encuentran con oposición política interna y se olvidan de sus promesas, frecuentemente a expensa de los mejores amigos de Estados Unidos en la región.

En una cumbre en 2001, el recién presidente electo George W. Bush y su homólogo mexicano Vicente Fox, proclamaron una visión compartida acerca de una reforma migratoria integral. Pero dicho tema causó oposición del ala derecha del Partido Republicano y obligó al gobierno de Bush a archivar la iniciativa; Fox dejó la Presidencia como una figura política desvalida.

En la actualidad, Colombia es el aliado más fiel de Estados Unidos en al región. Colombia preside el Comité de la ONU que está implementando las sanciones en contra de Irán, apoyadas pro Estados Unidos. Colombia se ha asociado con Estados Unidos para proveer intenso entrenamiento y asistencia para ayudar a que el gobierno mexicano derrote la violencia proveniente de los carteles del narcotráfico en la frontera con Estados Unidos. En Afganistán, a petición de Estados Unidos, Colombia ha provisto entrenamiento anti narcotráfico y asistencia al gobierno de Karzai.

Estados Unidos firmó el TLC con Colombia hace más de cuatro años. Alejarse del compromiso ahora será percibido por Colombia como una cachetada en contra de su país y a su recién electo presidente proestadounidense, Juan Manuel Santos, por parte de un socio desagradecido.

El mensaje tampoco será desaprovechado por el resto del hemisferio. Los amigos de Hugo Chávez recibirán petróleo venezolano subsidiado. Los amigos de Estados Unidos son echados debajo de la alfombra política.

El escritor del artículo fue vicesecretario de Asuntos Interamericanos de 1989 a 1993.

Fuente (inglés): http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2011/01/13/AR2011011304926_pf.html

(*) Publicado originalmente en The Washington Post


 source: Aporrea