La aplicación provisional del CETA es antidemocrática
La aplicación provisional del CETA es antidemocrática
Comunicado de la Campaña No al TTIP, CETA, TiSA, 6-7-16
Ayer, 5 de julio, la Comisión Europea ha propuesto formalmente la aplicación provisional del CETA, el acuerdo comercial entre la UE y Canadá, al mismo tiempo que ha reconocido que se trata de un acuerdo ‘mixto’ o de competencias compartidas entre la Unión Europea y los Estados Miembros.
Como ya advertimos desde la Campaña No al TTIP el reconocimiento del carácter mixto del acuerdo ha sido la contropartida de la Comisión Europea para que los Estados miembros cedan en la aplicación provisional del tratado, previa a su aprobación en los parlamentos nacionales.
Que el CETA legalmente tenga que ser reconocido como acuerdo mixto resulta claro en las disposiciones legislativas contenidas en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, hecho que desde la Campaña No al TTIP llevamos remarcando desde el principio; por otro lado, que la Comisión Europea lo haya reconocido como tal es por cuestiones estrictamente políticas y no legales. “La Comisión considera que el acuerdo es jurídicamente un acuerdo de competencia exclusiva de la Unión Europea“, confirmó la Comisaria Malmström esta tarde.
Varios Estados podrían, de hecho, paralizar la aprobación del acuerdo: Alemania, Francia, Austria, Bélgica, Luxemburgo y Hungría, entre otros. De aquí las prisas de la Comisión Europea para querer acelerar los tiempos a través de la aplicación provisional del acuerdo.
Según comentado por la Comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, el CETA podría entrar en vigor inmediatamente después de la ratificación del mismo por el Parlamento Europeo, votación que se podría producir el próximo otoño, pero antes de la aprobación por parte de los parlamentos nacionales, vaciando de facto el carácter mixto del acuerdo.
El CETA es un acuerdo comercial que se ha negociado en secreto durante más de cinco años (del 2009 a 2014) y que pretende ser ratificado este mismo año. Se espera que los Ministros de Comercio de la UE discutan y voten la propuesta de la Comisión para aprobar el CETA en la próximas reuniones de septiembre y octubre. El acuerdo con Canadá es considerado un caballo de troya del TTIP, acuerdo que está en estos momentos siendo negociado entre la UE y los EE.UU y cuya 14ª ronda negociadora comienza el próximo 11 de julio en Bruselas.
La Campaña No al TTIP denuncia el carácter antidemocrático de la decisión de la Comisión Europea al no permitir que los parlamentos nacionales puedan votar su aprobación antes de su entrada en vigor, y asienta un precedente peligroso para otros tratados, en un claro arrebato de la soberanía al no incluir a los parlamento nacionales en la toma de decisiones.
La aplicación provisional del tratado puede suponer que Estados soberanos, mientras que previsiblemente su parlamento nacional tiene previsto votar en contra del su aplicación, se vean demandados por una empresa, en función de los derchos que concede el CETA a las multinaciones.
Por ello la Campaña contra los tratados TTIP, CETA y TISA considera fundamental que los miembro del Parlamento Europeo paralicen el CETA antes de que entre en vigor, y oblieguen a la Comisión Europea a repensar sus estrategias de tratados.