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La fiebre del TLC en Marruecos

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La fiebre del TLC en Marruecos

GRAIN
Septiembre de 2007

A principios de 2003, cuando el gobierno de Bush estaba a punto de desatar su guerra contra Irak, EE.UU. le propuso un tratado de libre comercio al reino de Marruecos. Las negociaciones comenzaron formalmente a principios de 2003 y culminaron aproximadamente un año después. En julio de 2004 el texto fue aprobado por el Congreso de Estados Unidos, y en enero de 2005 fue ratificado por el parlamento de Marruecos. Aunque los gobiernos de EE.UU. y Marruecos mantienen visiones divergentes respecto de si es aplicable o no al Sahara Occidental, el TLC entró en vigor el 1 de enero de 2006. [1]

El TLC EE.UU.-Marruecos ha sido polémico e importante por varias razones. En primer lugar, a pesar de su nombre, la iniciativa tiene poco que ver con el comercio. El principal objetivo de EE.UU. era político: acercar a un reino nor-africano amistoso a su “esfera de influencia” aún más, y como tal introducir una cuña de discordia en el mundo árabe. El tratado con Marruecos fue orgullosamente proclamado en Washington como el segundo TLC con una nación musulmana, y como un paso de trascendental importancia hacia un Tratado de Libre Comercio del Medio Oriente (MEFTA, por sus siglas en inglés) de gran envergadura, cuya culminación está prevista para el 2013. Un acuerdo regional de este tipo reuniría todas las grandes vertientes de la política de EE.UU. en el Medio Oriente. El mismo “democratizaría” la gobernanza de los países árabes, los abriría a la penetración estadounidense, y eventualmente neutralizaría toda agresión hacia Israel. Tal como lo planteó la Comisión del 11 de septiembre del gobierno de EE.UU., qué mejor manera de luchar contra el “terrorismo” -que insidiosamente vincula al Islam- que impulsar una reforma económica y política mediante un TLC. Marruecos vende muy poco a Estados Unidos. Este TLC responde a la necesidad de garantizar una base más sólida para la dominación y control del África del Norte en manos estadounidenses.

Pero África del Norte no es tan sólo una esquina del mundo árabe; también se encuentra en frente de la costa mediterránea europea. Un interés estratégico paralelo de EE.UU. era posicionarse mejor en la región, respecto de la Unión Europea. Marruecos es una ex-colonia francesa con fuertes vínculos con Francia. Tiene acceso preferencial al mercado de la UE mediante un TLC bilateral, y EE.UU. no lo tiene. Las empresas transnacionales francesas y españolas son actores centrales en los agronegocios, las finanzas, los automóviles y la energía. Al asegurarse un comercio y condiciones de comercio e inversión privilegiadas mediante este TLC, EE.UU. ganó además una mejor puerta de entrada al mercado de la UE, así como un margen competitivo contra las empresas europeas que operan a lo largo y ancho de Marruecos.

En segundo lugar, las proyecciones sobre las consecuencias sociales y económicas del acuerdo eran bastante oscuras para Marruecos. Varios estudios demostraron que los impactos de un TLC para Marruecos serían marginales en el mejor escenario, y perjudiciales -incremento de la pobreza- en el peor de los casos. [2] Una vasta gama de asuntos sensibles estaban a negociación sobre mesa: la apertura del mercado de Marruecos al maíz subsidiado de EE.UU., la imposición de las normas de origen de EE.UU. a las exportaciones textiles de Marruecos, el incremento proyectado de los precios de los medicamentos locales, y otros más. Si bien los negociadores marroquíes consiguieron instalar algunas redes de seguridad provisorias para contener las amenazas al trigo y la vestimenta, el mensaje subyacente de las investigaciones meramente econométricas era que sin un flujo adicional significativo de ayuda de EE.UU., el reino marroquí no podría cumplir con sus compromisos en el marco del tratado sin sufrir importantes reveses sociales. [3] En síntesis, la relación costo-beneficio era sumamente desequilibrada, y las preocupaciones económicas tenían mucho fundamento. Entre 2004 -año en que se firmó el acuerdo- y 2006 -el último año del que existen estadísticas completas- el superávit comercial de Estados Unidos con Marruecos pasó de una modesta cifra de 9 millones de dólares a 354 millones de dólares. [4] Eso implica un incremento del 4 mil%.
Marruecos sencillamente no está ganando con este Tratado.

La lucha en Marruecos

Benzekri Abdelkhalek, Asociación Marroquí de Derechos Humanos, grabado por Jo Dongwon, MediaCulture Action, en julio de 2006.

La gente en Marruecos ya ha sentido los impactos negativos del libre comercio. ¿De qué manera? Estos tratados imponen la liberalización de todos los servicios, incluida la educación, la salud, el transporte, el agua potable y la electricidad. Eso significa que ahora hay que pagar por los servicios públicos que anteriormente eran de acceso gratuito. La población de Marruecos es pobre, y no tiene los medios para pagarlos. Lo que reclamamos es que dichos servicios básicos sigan siendo gratuitos, especialmente en la medida en que, con estos TLC, habrá que pagar por ellos, por lo que las necesidades del pueblo en todo el país no serán cubiertas.

Hemos estado liderando una campaña en Marruecos contra estos TLC que atentan contra los intereses de la población. Varios movimientos en Marruecos han estado luchando conjuntamente contra el neoliberalismo que imponen estos TLCs. Por el momento hemos logrado detener su ejecución, pero es sólo una interrupción. Quienes están en el poder buscan otras formas de aplicar esta política de liberalización. Nosotros peleamos primero a nivel nacional, al interior de Marruecos, y luego con el apoyo de otras organizaciones que comparten los mismos ideales, también hemos luchado contra esta política a nivel internacional. El neoliberalismo destruye todo aquello que los pueblos han ganado, y divide la sociedad en dos clases: una clase alta de gente súper rica, y una clase de gente sumamente pobre. Por lo tanto es contra el neoliberalismo, contra la ley de la selva, que estamos luchando en Marruecos.

En tercer lugar, hubo una oposición significativa a estas negociaciones en nuestro país, que desafortunadamente mucha gente en todo el mundo desconoce. Diversas organizaciones sociales, políticas, artísticas, de agricultores, científicas e incluso industriales, se movilizaron contra una gama de problemas planteados por el TLC. Un tema central del debate y movilización fue el acceso a los medicamentos, puesto en jaque por las normas extremas de propiedad intelectual estipuladas en el tratado. Otro fue lo que los marroquíes denominaban la pérdida del pluralismo cultural: la transferencia inminente del control de la prensa local y el sector cultural a manos de Walt Disney, la Voz de América y cnn. Otro problema más general fue la negativa total del gobierno a hacerle caso a los reclamos de consultas, debates y participación, y a los llamados a que escuchara los cuestionamientos -ya sea que provinieran de las calles (las protestas de activistas contra el sida y productores de cine fueron violentamente reprimidas), el Parlamento (los partidos de oposición tuvieron que organizar sus propias audiencias sobre el proyecto de tratado con las ong) o el sector empresarial (los fabricantes nacionales de medicamentos estaban disconformes por haber sido excluidos del proceso). Los únicos que parecían estar contentos con todo esto en Marruecos eran algunas pocas personas del equipo negociador.

En cuarto lugar, el TLC EE.UU.-Marruecos termina rompiendo la unidad árabe. El gobierno de Marruecos ha sido un actor entusiasta de los numerosos procesos para desarrollar la cohesión y la solidaridad entre los Estados árabes. Eso incluye una serie de proyectos para alcanzar la integración política y económica, incluso una aún lejana zona de libre comercio entre todos los miembros de la Liga Árabe. Se suponía que un paso muy concreto hacia esta integración era el establecimiento de un área inicial de libre comercio entre Marruecos, Túnez, Egipto y Jordania. El Acuerdo de Agadir es un TLC entre los cuatro países. Su conclusión llevó años, y una vez firmado, pasaron aún más años antes que entrara en vigor. Cuando el Tratado -que reduce los aranceles entre los cuatro países como una herramienta para estimular el comercio entre ellos, en lugar de depender de la ue y EE.UU.- entró en efecto, los funcionarios aduaneros de Marruecos no lo pudieron aplicar. ¿Por qué? Porque tenían una copia del TLC EE.UU.-Marruecos que Rabat había firmado unos años atrás, y sabían lo que decía. Washington había introducido una cláusula en el TLC que le impide a Marruecos comerciar productos agrícolas con aranceles preferenciales con cualquier otro país que no sea “un exportador neto” de esos productos (es decir, que vende más que lo que compra). [5] Esto, en efecto, le impide a Marruecos comprarle a sus socios del Agadir productos comestibles importantes como el cuscus -tal y como se había comprometido- con aranceles bajos. En esas condiciones el acuerdo les reporta muy pocos beneficios a todos los socios, y significa de hecho la desarticulación del Acuerdo de Agadir, que representaba ese ansiado paso hacia la integración del mercado árabe.

El gobierno de Marruecos es, no obstante, un promotor agresivo de los TLC. No satisfecho con hacerle el juego a los “benefactores” estadounidenses y europeos -inversionistas de Arizona que vienen a construir paraísos de cinco estrellas para los turistas extranjeros y los burócratas de la cooperación para el desarrollo con abultadas chequeras que les asegurarán una parte de los contratos de defensa del próximo año- Rabat hace alarde y pregona sus artes en todo el continente africano. [6] Los operadores marroquíes están avanzando estratégicamente en pos de un lugar en el sector financiero y de las telecomunicaciones de Senegal, y el Reino de Marruecos ha propuesto formalmente un TLC con la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (UEMAO), un grupo de nueve Estados francófonos del África Occidental. Marruecos asumió el liderazgo del Acuerdo de Agadir para procurar que empiece a funcionar, y es el anfitrión de la Unión del Magreb Árabe (UMA) -formada por Argelia, Libia, Mauritania, Marruecos y Túnez- que aspira a tener su propio TLC, así como uno con la UEMAO, y la Unión Aduanera de África del Sur (SACU). Y mientras que la UMA ha sido catalogada como “un camello de papel” porque no avanza por razones políticas, los directores ejecutivos de los cinco países crearon recientemente la Unión Árabe de Empleadores para darle impulso al proyecto del TLC. [7] Incluso sin un tratado propio de la UMA, Marruecos está presionando a Mauritania y otros en pos de un acuerdo bilateral.

Si las reformas neoliberales canalizadas a través de los TLC con EE.UU. y la UE avanzan -lo que depende en gran parte de que se consiga el dinero para pagar por su implementación- y si más capitalistas extranjeros toman control de la economía de Marruecos crecientemente privatizada, estos grupos serán finalmente quienes penetren en otras partes del África amparándose en el fanatismo pro TLC de Marruecos. ¿Pero quién se hará cargo de los impactos sociales en cada uno de los países implicados?

Notas:

[1El gobierno de Marruecos considera el Sahara Occidental como parte del territorio soberano de Marruecos, pero el gobierno de EUA no lo reconoce así.

[2Ver por ejemplo, Ahmed Galal y Robert Lawrence, “Egypt-US and Morocco-US Free Trade Agreements”, documento de trabajo núm. 87, Egyptian Centre for Economic Studies, Cairo, julio 2003, http://www.cgdev.org/doc/event%20docs/10.23.03%20GDN%20Conf/galal%20-%20Egypt-US%20and%20Morocco-US%20Free%20Trade%20Agreements.pdf, y Nathan Associates Inc, “Assessment of Morocco’s Technical Assistance Needs in Negotiating and Implementing a Free Trade Agreement with the United States”, Arlington, 2003, http://www.nathaninc.com/NATHAN/files/ccPageContentdocfilename140890705546Morocco_English_(dst).pdf.

[3Y esto en un momento en que la amortización marroquí de la ayuda financiera estadounidense excedía lo facturado por Marruecos. (Ver Galal y Lawrence, op cit, p. 21.)

[4En 2007, superará los 460 millones de dólares, que es la cifra a la que ascendió ese superávit hasta septiembre, sólo por concepto de comercio de bienes. (Ver la base de datos comerciales de la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. en http://dataweb.usitc.gov.)

[5Saâd Benmansour, “Télescopages entre les accords de libre-échange du Maroc”, La Vie Eco, 10 de abril 2007, http://www.yabiladi.com/article-economie-1100.html

[6“L’ALE Maroc-USA: Un premier investissement”, L’Economiste, Marruecos, 9 de noviembre 2006, http://www.leconomiste.com/article.html?a=74127

[7“Les patrons du Maghreb créent leur union”, L’Economiste, Marruecos, 19 de febrero 2007, http://www.kompass.ma/actualite/detail.php?ida=10665&url=http://www.kompass.ma/&menu=1&src=eco&niveau=1


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