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Las negociaciones con la UE: todavía faltan unas genuflexiones

Las negociaciones con la UE: todavía faltan unas genuflexiones

Recalca, Bogotá, noviembre 28 de 2009

La semana pasada culminó la séptima ronda de negociaciones del TLC entre Colombia y la Unión Europea, sin que se cerrara el proceso. Las siete rondas se han realizado durante el presente año, después de que Colombia aceptó que en las negociaciones no se incluyeran los temas de cooperación y diálogo político. También aceptó como marco negociador lo exigido por la Unión Europea en el sentido de incluir todos los temas que no son objeto de negociación en la OMC (compras del Estado, políticas de competencia), también aceptó que el resultado final debería ser una liberación total de las importaciones provenientes de esa región en el curso de 10 años, y definió hacer toda clase de concesiones a los inversionistas europeos y dar prioridad a la suscripción de este tratado sobre la integración andina.

Ecuador y Bolivia se habían retirado hace meses de la negociación por considerar inaceptables las exigencias europeas, y la CAN, como producto de las diferencias políticas y de la suscripción de tratados de libre comercio por parte de Perú y Colombia, está al borde de la extinción, y el gobierno colombiano en lugar de intentar superar esta situación acentúa las tensiones al ceder su territorio para la instalación de bases militares estadounidenses. A pesar de las innumerables concesiones ya realizadas por el gobierno colombiano, todavía las negociaciones no culminan pues el apetito europeo es insaciable y no se resignan a nada menos de lo que se entregó a Estados Unidos.

La Unión Europea no quiere hacer concesiones en materia de disminución de aranceles a las exportaciones de banano desde Colombia, a menos que haya un acuerdo sobre esto en la OMC. Como es sabido, la UE prefiere comprar banano a sus excolonias y coloca altos aranceles al banano proveniente de América Latina, una parte muy importante del cual es comercializado por empresas estadounidenses. Entonces es un pleito entre EEUU y la UE. En materia de azúcar, la Unión Europea quiere excluirla en la OMC de la lista de productos tropicales y no abrirá su mercado a las exportaciones colombianas pues protege celosamente su azúcar de remolacha. Lo máximo que Colombia logrará será unas cuotas moderadas de exportación.

La UE pide que Colombia modifique la norma que exige que a partir del 2012 la gasolina para autos tenga el 85% de etanol, ley que se aprobó para beneficiar a los grandes ingenios, con lo cual adquiere más facilidades para vender carros en Colombia.

El resultado final será que la UE no eliminará los subsidios a su agricultura y si comprometerá a Colombia a no defenderse contra esta competencia desleal. Pero eso no es nada nuevo, ya se le había aceptado a Estados Unidos. La Unión Europea está a punto de conseguir concesiones adicionales de Colombia en materia de acceso de sus exportaciones subsidiadas de productos lacteos, porcinos y de licores cuyas importaciones amenazaran gravemente la débil producción colombiana y los fiscos de los departamentos. Los europeos exigen modificaciones al sistema de zonas francas por que no quieren que empresarios de otros países puedan usarlas para reexportar productos a esa región. En materia laboral y ambiental la UE ha sido menos exigente que EEUU y la violación de estándares internacionales no acarrearía sanciones comerciales, sin embargo la mesa en la que se tramitan estos temas no ha cerrado.

Aunque parecen temas complejos, la realidad es que el cierre se ha frenado por la falta de acuerdos en la OMC, aunque el gobierno colombiano, como siempre, quiere firmar rápidamente y a cualquier precio este TLC.

En medio de una crisis mundial que no termina y ante la evidencia mundial de que el gobierno colombiano es uno de los mayores violadores de los derechos humanos, la Unión Europea al acelerar estas negociaciones lo único que pone de presente es su desinterés por la democracia en Colombia, el predominio de sus intereses comerciales, el deseo de disputar la hegemonía económica con Estados Unidos y su interés en debilitar aun más el proceso de la Comunidad Andina de Naciones.

Más de 200 organizaciones andinas y de Europa suscribieron un comunicado exigiendo la suspensión de las negociaciones y las organizaciones sociales colombianas exigimos al jefe negociador tener acceso a una rueda de prensa en la cual hubiera garantías para exponer los puntos de vista críticos y el gobierno no aceptó, con lo cual se reiteró su manejo de las negociaciones a espaldas de los movimientos sociales.

Los movimientos sociales deben estar alerta ante el inminente cierre de las negociaciones, pues el gobierno español quiere llevar este TLC como trofeo a la cumbre Unión Europea América Latina que se celebrará en mayo en Madrid.


 source: RECALCA