Crecen los vínculos económicos entre China y América Latina
Crecen los vínculos económicos entre China y América Latina
Domingo 14 diciembre de 2008
El gobierno chino y sus empresarios volvieron la mirada hacia América Latina y en la región hay también un creciente interés por reforzar vínculos comerciales con el gigante asiático. Ya en el 2006 el intercambio comercial entre China y América Latina superó los 70 mil millones de dólares.
El economista del Banco Mundial, Humberto López, considera que gran parte del crecimiento de la región depende de la relación con China, por la alta demanda de materias primas de ese país.
La relación de China con Latinoamérica tiene un impacto diferencial porque mientras México y América Central sufren la competencia de las manufacturas chinas que afectan la industria nacional, el cono sur está en bonanza por la inversión china en los sectores agrícola, energético y minero.
Por ello la respuesta es aprovechar la bonanza para diversificar la base productiva y no depender de los precios de las materias primas, y desarrollar una especialización industrial menos dependiente de la mano de obra intensiva.
China compra a Brasil, su mayor socio comercial en América Latina, soya y acero. El espectacular crecimiento económico de China demanda alimentos para sus 1.300 millones de habitantes y Argentina es clave en el suministro de granos y aceite de soya. Con Chile, China firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC) y le compra cobre, celulosa y harina de pescado.
Pero China es una superpotencia y tiene la capacidad de inundar los mercados con productos manufacturados elaborados a muy bajo costo (la mano de obra en China es muy barata), lo que pone en jaque a la industria nacional en cada uno de los países de Latinoamérica.
Otro problema ocurre cuando América Latina quiere o no tiene más remedio que competir con China por un mismo mercado. Como con México por el mercado de EE.UU., en el que los juguetes, electrodomésticos, textiles y piezas de ensamblaje chinas desplazaron a las mexicanas desde mediados del 2002, ocasionando al país centroamericano pérdidas de casi 3.000 millones de dólares en ganancias arancelarias por el contrabando.
Por eso, el desafío de América Latina es lograr acuerdos inteligentes que favorezcan sus economías.
